Padre Manuel Romero: Un pastor con calle y corazón

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El padre Manuel Romero es el párroco de la localidad de Milagro en la Provincia de La Rioja. Decidió su vocación sacerdotal después del asesinato de los mártires. El 6 de noviembre cumplió 80 años.

Nacido en la zona de Chilecito en 1944 fue ordenado sacerdote el 14 de diciembre de 1985. Como testigo en el juicio por el esclarecimiiento del asesinato de Wenceslao Pedernera contó que «tenía un llamado vocacional, Dios siempre llama pero uno tiene que decirle a Dios: aquí estoy y yo me negaba. Angelelli me decía que me animara. Me sacudió mucho lo de los 4 mártires y me di cuenta de que valía la pena entregar la vida por alguien.»

Era muy cercano a Wenceslao y fue una de las últimas personas que lo vio con vida: «El 25 de julio con el padre Augusto íbamos a celebrar la misa a Guanchín y llegando a Sañogasta nos dijo un hombre “mataron a Wenceslao y seguro que es Britos el que lo mató”. Nosotros celebramos la misa y volvimos, ese día nos habían invitado Coca y Wence a comer. Intentamos llegar a la casa y no pudimos por la cantidad de gendarmes que había desde varias cuadras antes de llegar. Nos fuimos al Hospital y estaba el Dr. Martínez de guardia y nos llevó a una sala en donde estaba, sobre una camilla el cuerpo de Wenceslao, ya lavado. Habrán sido las 11.30 o 12 del día».

También fue perseguido por ser amigo de Wenceslao y cercano a Monseñor Angelelli: «Después del asesinato de Wenceslao me metieron preso, revisaron toda la habitación y no encontraron nada. Me tuvieron toda la noche con 4 esposas y al otro día me llamó Britos. Yo estaba en paz, esa noche recé mucho. Lo primero que vi en la oficina de Britos fue una toalla mojada, me miró y me dijo “por la sonrisa que me diste te podés ir a tu casa” y no me hizo nada, yo tenía terror a la tortura con la toalla mojada.»

El 6 de noviembre, día de su cumpleaños fue reconocido por la Universidad de La Rioja debido su gestión en la fundación de la sede en Olta, se lo declaró ciudadano ilustre de Milagro y a una calle se le puso su nombre. homenajes que reconocen su ser de pastor.

¡Gracias padre por tu entrega!