Don Luis Bazán – 60 años poniéndole el hombro a San Nicolás

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Mientras tenga salud voy a cargar a San Nicolás

Cuando participamos del Tinkunaco, de las Procesiones de San Nicolás vemos la imagen y quizás no miramos a quienes lo portan, los que le ponen el hombro. Al menos son 32 varones que tienen que coordinar entre todos y llevar la imagen y su trono que pesan más de 600 kg. Son 12 de cada lado con las andas, uno delante que guía apoyado por 2 más lo mismo que detrás. Todos terminan con sus hombros encallecidos que se van endureciendo con los años al portar el santo apoyado por al menos 4 más que van dos de cada lado, aportando agua o remediar necesidades. 

 

 

Don Luis con la Imagen de San Nicolás

Don Luis Bazán tiene rostro bonachón y más que decirnos cómo se hace, nos cuenta porqué se hace ese sacrificio. Lleva 60 años y es el servidor con más años de servicio a San Nicolás; por ese motivo Monseñor Braida le entregó una distinción al término del Tinkunaco.

A continuación encontrarán textualmente lo que nos contó. 

Nací en Talamuyuna y desde los 5 años, que tengo uso de razón, comencé a servir a San Nicolás. Desde los 18 años que vengo sirviendo al Santo, cargando su imagen. Hoy hacen 60 años que vengo con esa tradición.

A la derecha de la foto Don Luis a los 12 años, a la izquierda de la foto su hermano mayor.

Les comparto mi historia. Yo, antes de los 18 años andaba moneando. Me sacaba la banda después de la misa y procesión. La dejaba en una esquina y salía a fachear a la plaza. En eso de dejarla, la perdí. Sentí tanto perder esa banda. Era muy hermosa, con hilos de oro, hechos por mis viejos. Ese mismo año me autocastigué y le pedí a San Nicolás que me ayude que yo iba a sacar la imagen toda mi vida mientras tenga salud. Y ese fue mi motivo por el cual, comencé a cargar la imagen con los servidores de San Nicolás.

Le hice una promesa a San Nicolás que iba a hacer que mis hijos, Luis, Eduardo, Darío y Ricardo sean promesantes. Y así fue. Todos son promesantes. También mis nietos quieren seguir la tradición de transportar la imagen del Santo Patrón Tutelar y algunos ya nos acompañan.

Conocí a Angelelli. Participaba junto con él de las reuniones. Era un Señor Pastor. Con un carisma que nadie lo tiene.

No tengo palabras para describir lo que se siente al momento de cargar la imagen. Uno se emociona y hasta llora. Una devoción enorme con mucha pasión. La gente me dice que por la edad no vaya, que me quede en la iglesia. Pero no. Mientras tenga vida y salud lo cargo.

Don Luis recibiendo el diploma de parte de Monseñor Braida, obispo de La Rioja

Yo no sabía que me iban a homenajear por los 60 años que llevo cargando la imagen. Me entregaron el reconocimiento y para mí fue mucha sorpresa. Mucha emoción estar ahí junto a Monseñor.

Don Luis con su esposa y el segundo de sus hijos

Yo de San Nicolás recibí la vida. Le pedí tantas cosas que todo lo que le pedí se me fue cumpliendo. Pedía que mis hijos nacieran sanos, de rodillas le pedía. Yo vivía en el campo, en casa de mi tía, durmiendo en el piso del comedor. Le pedía a San Nicolás que me saque de ahí. Me fui a estudiar topografía a la noche en la escuela Telechea. Y me recibí gracias a San Nicolás.

La fiesta del Tinkunaco, para mí, es el encuentro de Dios con el hombre.

El que no sabe de las fiestas de Tinkunaco, le diría que se llegue y converse con San Nicolás. Y Él les dará el OK. Porque no es tan solo tomar la imagen o ir a la procesión. Es más. El Tinkunaco es un sacrificio que lo hago con fervor y pasión de fe y si no hay sacrificio no hay amor.

Estoy eternamente agradecido a San Nicolás y a Jesús por supuesto. Soy muy cristiano. Tengo en casa una imagen de Jesús Justo Juez, tengo mi oratorio en el Secadal, un paraje a 10 km antes de Sanagasta.

¡VIVA SAN NICOLÁS POR SIEMPRE!