Monseñor Braida – Ecos de la Primera Semana del Sínodo

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Monseñor Dante Braida, Obispo de la Rioja y Padre Sinodal nos comparte lo vivido en esta primera semana

 

Querida Comunidad de la Rioja: 

Hemos transcurrido la primera semana de la segunda sesión del Sínodo sobre la Sinodalidad en la Iglesia que se desarrolla en el Vaticano desde el 30 de setiembre hasta el 27 de octubre.

Fue muy lindo el reencuentro con los participantes del año pasado, retomar el hilo de los trabajos y también compartir la vida, lo que cada uno ha transitado en este año. Vernos nuevamente nos produjo a todos una gran alegría.

El lunes y martes fueron destinados a un retiro para centrarnos en Dios, en la escucha de lo que Él nos quiere decir  y también en la misión que tenemos estos días. Había momentos de oración personal y otros momentos en donde compartíamos en grupo lo que íbamos rezando.

El retiro terminó con Celebración penitencial que fue muy fuerte. La presidió el papa Francisco y escuchamos distintos testimonios de personas que han sufrido flagelos en su vida como la guerra, la migración, los abusos. Escuchamos la Palabra de Dios y fundamentalmente pedimos perdón por las faltas personales como comunidad eclesial. Fue un momento intenso que nos dispuso para comenzar con mayor disposición y humildad los trabajos del Sínodo.

El miércoles por la mañana tuvimos Misa de Apertura en la Plaza San Pedro y por la tarde comenzamos las sesiones propias del Sínodo donde recibimos el discurso de apertura del Papa y un informe de cada uno de los 10 grupos que están trabajando temas específicos luego de la primera sesión del año pasado.

Informes de equipos de trabajo que trataron 10 temas concretos:

  1. Algunos aspectos referentes a las relaciones entre las Iglesias católicas orientales y la Iglesia latina (IdS 6).
  2. La escucha del grito de los pobres (IdS 4 y 16).
  3. La misión en el espacio digital (IdS 17).
  4. La revisión de la Ratio Fundamentalis Institutionis Sacerdotalis en perspectiva sinodal misionera (IdS 11).
  5. Algunas cuestiones teológicas y canónicas en torno a formas ministeriales específicas (RdS 8 y 9).
  6. La revisión, en perspectiva sinodal y misionera, de los documentos sobre las relaciones entre Obispos, Vida Consagrada, Agregaciones eclesiales (IdS 10).
  7. Algunos aspectos de la figura y del ministerio del Obispo (en particular: los criterios de selección de los candidatos al episcopado, la función judicial del Obispo, la naturaleza y el desarrollo de las visitas ad limina Apostolorum) en una perspectiva sinodal misionera (IdS 12 y 13).
  8. El rol de los Representantes Pontificios desde una perspectiva sinodal misionera (IdS 13).
  9. Criterios teológicos y metodologías sinodales para un discernimiento compartido de cuestiones doctrinales, pastorales y éticas controvertidas (IdS 15).
  10. La recepción de los frutos del camino ecuménico en la praxis eclesial (IdS7).

Nuevamente experimentamos la cercanía del Papa y entre nosotros, acompañando el camino y escuchando mucho.

A continuación comenzamos a considerar el Instrumento de trabajo en donde están todas las reflexiones que venimos aportando como iglesia a lo largo de estos años previos. De los 4 capítulos que tiene este material hemos trabajado con el primero que son los «Fundamentos de la Sinodalidad». Estuvimos en grupos (organizados por idiomas), llamados círculos menores, donde cada uno iba expresando sus aportes y luego el secretario de cada grupo se reunía con los de los del mismo idioma (los de idioma español son 15) y hacían una síntesis de lo trabajado. Al día siguiente se exponían esos trabajos y se agregaban intervenciones libres. El viernes se hizo un material de síntesis.

Algunos de los FUNDAMENTOS de la Sinodalidad que consideramos son:

El camino sinodal que venimos transitando se fundamenta en la renovación eclesial del Concilio Vaticano II y en la eclesiología manifestada en el documento “Lumen Gentium”. Nos invita a vivir como Pueblo de Dios en el que todos sus miembros tienen una misma dignidad en virtud del Bautismo, que nos inserta en la vida trinitaria.

A su vez, la sinodalidad implica una forma de vivir caracterizada por la acogida, la escucha y el discernimiento personal y comunitario, realizado con el impulso del Espíritu Santo.

También, implica  reconocer la dignidad del laicado, su función en el seno de la Iglesia y su compromiso en el mundo, valorando los diversos carismas y talentos, fomentando la participación de todos, la corresponsabilidad y la complementariedad de las diversas vocaciones.

También se consideró FUNDAMENTAL que, para la sinodalidad tenga una forma adecuada, es vital escuchar el clamor del Pueblo de Dios, particularmente de los más pobres y vulnerables. Los pobres son sujetos activos de la vida de la Iglesia y no solo destinatarios de la misión. 

Terminamos la primera semana elaborando cada grupo un texto lo más completo posible como aporte al documento final. En el plenario, como en todos los momentos hubo una escucha atenta por parte de todos.

 

Otro momento importante fue el día domingo. Por la tarde de ese día el que el Papa nos invitó a rezar el Rosario por la paz en la Basílica Santa María la Mayor. Estamos viviendo este Sínodo en un contexto creciente de guerras.

Vivimos el trabajo de estos días como una gran responsabilidad y mucha esperanza que, como Iglesia, encarnemos cada día más los valores del Reino y nos dispongamos a vivir un estilo de relaciones más cercanas y con apertura misionera permanente. más participativa, que escucha y que discierne los desafíos de este tiempo, escuchando atentamente y de modo permanente el Evangelio para responder a las necesidades de las personas de hoy.

Sigan rezando por el Sínodo, yo también desde aquí los acompaño en la distancia, los tengo muy presentes en cada reflexión. En cada  aporte que hago trato de expresar también lo que vivimos y aprendemos en nuestro compartir de cada día. Que Dios los cuide mucho.

Bendiciones y mucha paz