El Sínodo es lugar de comunidad y armonía – Homilía de Francisco en la apertura

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Fuente: AICA

Francisco presidió la misa de apertura de la segunda sesión de la XVI Asamblea General del Sínodo de los Obispos en la Plaza de San Pedro.

El Papa Francisco presidió hoy, en el Vaticano, la misa de apertura de la segunda sesión de la XVI Asamblea General del Sínodo de los Obispos, pidiendo que el encuentro evite convertirse en un «diálogo de sordos». La segunda sesión de la Asamblea sinodal tiene lugar tres años después de una consulta global lanzada por el Papa.

«Tengamos cuidado de no transformar nuestros aportes en terquedades que defienden o agendas que imponer, sino ofrecerlos como regalos para compartir, dispuestos también a sacrificar lo privado, si eso sirve para crear algo nuevo juntos, según el proyecto de Dios. De lo contrario, acabaremos encerrándonos en un diálogo de sordos», advirtió en la homilía de la celebración, que reunió a miles de personas en la Plaza de San Pedro.

Los participantes del Sínodo habían ingresado en una solemne procesión, que duró varios minutos.

Se debe mostrar «respeto y atención -en oración ya la luz de la Palabra de Dios- a todos los aportes recogidos a lo largo de estos tres años de intenso trabajo, intercambio, confrontación de ideas y paciente esfuerzo por purificar la mente y el corazón», dijo Francisco.

El Papa admitió que el encuentro tiene muchos temas que abordar, agregando que «los escenarios en los que se insertan son amplios, universales».

Esforzándose por comprender el camino
La homilía del Papa en la misa de apertura de la Asamblea General del Sínodo se centró en las imágenes de «la voz, el refugio y el niño».

En su reflexión para la fiesta de los Santos Ángeles Custodios, el Papa recordó el mandato de Dios «de escuchar la voz del Ángel que Él había enviado».

Mientras la Iglesia continúa su camino sinodal, afirmó, «el Señor pone en nuestras manos la historia, los sueños y las esperanzas de un gran pueblo, la Iglesia esparcida por el mundo». Invitó entonces a los participantes a «esforzarse por comprender el camino que debemos seguir para llegar a la meta que el Señor desea para nosotros».

Para eliminar los obstáculos a la armonía querida por el Espíritu Santo, continuó el Papa, es necesario estar abiertos a la aportación de todos, para escuchar la voz de Dios.

El Papa quiso resaltar la importancia del diálogo y reforzó la idea de que «esta no es una asamblea parlamentaria, sino un lugar de escucha en comunión».

Un abrazo acogedor, un lugar de refugio
Siguiendo el concepto de refugio, el Papa Francisco dijo que las alas protectoras del ángel de Dios se convierten en «un símbolo de lo que Dios hace por nosotros, y también un modelo para que lo sigamos». Los dones de cada uno son una gran riqueza para toda la Iglesia; pero, al mismo tiempo, debemos estar dispuestos a acercarnos entre nosotros, ofreciéndonos unos a otros «un abrazo acogedor y un lugar de refugio».

«Cuanto más nos demos cuenta de que estamos rodeados de amigos que nos quieren, nos respetan y nos aprecian», afirmó, «amigos que quieren escuchar lo que tenemos que decir, más libres nos sentiremos de expresarnos de forma espontánea y abierta».

«Abrazar, proteger y cuidar forma parte de la naturaleza misma de la Iglesia, que es, por vocación, lugar de encuentro hospitalario», añadió.

Como un niño pequeño
Por último, el Santo Padre evocó la imagen de «un niño», como el que Jesús puso ante los discípulos, «invitándolos a convertirse ya ser pequeños como Él».

La paradoja de que el más grande en el cielo sea aquel que se hace pequeño, como un niño, «es fundamental para nosotros», afirmó el Papa. Aunque el Sínodo afronte necesariamente temas grandes e importantes, «es precisamente por esto que no debemos perder de vista al niño, a quien Jesús sigue poniendo en el centro de nuestros encuentros y mesas de trabajo», recordó.

La Iglesia necesita lugares de paz y de apertura, que se creen principalmente en los corazones, donde cada uno se sienta acogido como un niño en los brazos de su madre«.

Guiados «por la brisa del Espíritu»
«Hermanos y hermanas -concluyó el Papa Francisco-, retomemos este camino eclesial con la mirada puesta en el mundo, porque la comunidad cristiana está siempre al servicio de la humanidad, para anunciar a todos la alegría del Evangelio».

Y, finalmente, después de proclamar una jornada de oración y ayuno por la paz en el mundo para el 7 de octubre, el Papa Francisco invitó a los fieles a seguir «caminando juntos», escuchando al Señor y dejándonos «guiar por la brisa del Espíritu».

La nueva sesión se extenderá hasta el 27 de octubre, con el tema ‘Por una Iglesia sinodal: participación, comunión, misión’; la primera sesión tuvo lugar en octubre de 2023.

La sesión sinodal cuenta con 368 miembros con derecho a voto, de los cuales 272 son obispos; Como ocurrió en 2023, más de 50 votantes son mujeres, entre religiosas y laicas de varios países.

Después de la misa, el Papa recorrió la plaza de San Pedro, en un coche descubierto, para saludar a la multitud durante varios minutos.

Texto Completo de la Homilía