En la Jornada mundial de los pobres el Papa Francisco, lo mismo que desde hace varios años, invitó a almorzar a la Sala Pablo VI a 1300 pobres
Fuente: Vatican News
En el mismo lugar en donde se desarrolló el Sínodo de la Sinodalidad y cumpliendo con su deseo de que la Iglesia es para todos, todos, todos, estuvieron compartiendo con él y siendo servidos por personal de la Cruz Roja.
Carta del papa por la Jornada Mundial de los pobres
Formó parte de este grupo Giuseppe, un sin techo de Roma, que hace unos días recibió un par de zapatos como regalo del Pontífice quien esta semana recibió un par de zapatos de la talla 42. Francisco entregó inmediatamente este regalo a la oficina papal de limosnas. Unas horas más tarde, Joseph llegó necesitado de zapatos; dijo que ya no podía caminar con los viejos que llevaba. La talla 42 era providencialmente la suya. «Inmediatamente recibió los zapatos del Santo Padre y se los puso».
Los actos del domingo 17 vienen precedidos de numerosas iniciativas de atención a los pobres, como el ambulatorio situado bajo la columnata Bernini, abierto todos los días y que acoge diariamente a unas 150 personas sin hogar. Todos los necesitados, incluso los sin papeles o que no saben italiano, pueden contar con una atención médica completa. Pero ante todo está escuchar al prójimo, su historia y sus necesidades, porque «devolver la dignidad también pasa por escuchar». Estas personas con fragilidades son visitadas por médicos y reciben gratuitamente medicamentos del Santo Padre en la farmacia vaticana. La comida después de la Eucaristía con los pobres, organizada por el Dicasterio para el Servicio de la Caridad, corre a cargo de la Cruz Roja Italiana. Al final, todos han recibido una mochila con alimentos y artículos de primera necesidad para la vida cotidiana.
Los pobres no son imágenes para conmover, sino personas que exigen dignidad La oración del pobre sube hasta Dios (Francisco)