Pastoral Carcelaria: ‘No encerremos la esperanza’
Fuente: AICA
Ante el debate parlamentario sobre la posibilidad de bajar la edad de imputabilidad, la comisión episcopal reitera su NO a esa iniciativa e insiste en que la clave está en la prevención.
Ante el debate parlamentario sobre la posibilidad de bajar la edad de imputabilidad a 13 años, la Comisión Episcopal de Pastoral Carcelaria y el Secretariado Nacional propone que «no encerremos la esperanza» y lo hace ofreciendo algunas ideas, a partir de conocer la realidad carcelaria y trabajar con menores infractores de la ley.
«Es necesario pensar con esperanza la realidad de los niños y jóvenes, ‘la esperanza que lo arrastra todo, que ve lo que será, ama lo que será y hace andar a todo el mundo'», plantea la Comisión en un comunicado.
«Tanto monseñor Jorge Lozano como otros obispos expresaron su negativa ante la posibilidad de bajar la edad de imputabilidad a los menores. La Iglesia Católica insiste en la prevención», se recuerda allí.
Desde la perspectiva cristiana y de compromiso con la realidad carcelaria, y «conociendo de cerca todo lo que está en relación con el delito y la justicia», la Pastoral Carcelaria reitera su posición: «No a la baja de la edad de la imputabilidad».
«Estamos dispuestos a seguir dando razones de nuestra esperanza y una vida nueva para todos, en un mundo de hermanos, donde todos tengamos las mismas oportunidades y posibilidades para crecer y salir adelante en la vida», concluye el mensaje.
Texto del comunicado
«No tengamos miedo de soñar en grande, buscando los ideales de justicia y de amor social que nacen de la esperanza».
Ante el debate parlamentario sobre la posibilidad de bajar la edad de imputabilidad a 13 años, queremos expresar algunas ideas que surgen, como fruto de conocer la realidad carcelaria, trabajar con menores infractores de la ley, y de la cercanía con nuestros hermanos presos, sus familias y todos los actores que forman parte del mundo de la Carcelación.
Sí, consideramos que es necesario un nuevo régimen penal juvenil, que acompañe y promueva integralmente el desarrollo de los menores, pero sin bajar la edad mínima de imputabilidad.
«Necesitamos a los jóvenes, necesitamos su creatividad, sus sueños y su valentía, su simpatía y sus sonrisas, su alegría contagiosa y también esa pizca de locura que saben llevar a cada situación, y que ayuda a salir del sopor de la rutina y de los esquemas repetitivos en los que a veces encasillamos la vida». Los necesitamos, pero NO presos, sino como parte de una sociedad más justa, sana, solidaria, que los incluya para participar y evolucionar, no encerrados en una decadente y oscura involución.
Nunca el encierro, ni penas más duras, ni la baja de la imputabilidad, son la solución para detener la violencia. Son salidas superficiales y sin lógica de solución hacia el futuro.
«La esperanza cristiana no es un fácil optimismo, ni un placebo para incautos? no es negación del dolor y de la muerte» por eso, es importante pensar acerca de la implementación de la ley, pues las estadísticas no justifican su aplicación. Se conoce que los delitos cometidos por adolescentes entre 14 y 16 años representan el 0.4%, un porcentaje bajo del total de delitos en el país y que el porcentaje de participación en homicidios es del 0.7%. Además, las normativas internacionales y recomendaciones de organismos como Unicef y la ONU, sugieren mantener una edad mínima alta para la imputabilidad, protegiendo los derechos de los menores.
Es necesario pensar con esperanza la realidad de los niños y jóvenes, «la esperanza que lo arrastra todo? que ve lo que será? ama lo que será… Y hace andar a todo el mundo».
Tanto Monseñor Jorge Lozano como otros Obispos expresaron su negativa ante la posibilidad de bajar la edad de imputabilidad a los menores. La Iglesia Católica insiste en la prevención.
Por lo tanto, desde nuestra perspectiva cristiana y de compromiso con la realidad Carcelaria, conociendo de cerca todo lo que está en relación con el delito y la justicia, afirmamos, como ya lo hemos hecho en otras oportunidades, un «No a la baja de la edad de la imputabilidad». Estamos dispuestos a seguir dando razones de nuestra esperanza y una vida nueva para todos, en un mundo de hermanos, donde todos tengamos las mismas oportunidades y posibilidades para crecer y salir adelante en la vida.+