Llegó a Olta desde Bolivia por seguir a Jesús

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Marianne es una joven de Bolivia que transita su experiencia vocacional junto a las Hnas. Franciscanas Angelinas en Olta. Ella nos cuenta como vive esta experiencia de discernimiento

 

Mi nombre es Marianne Cuellar Antelo, soy de Bolivia, vine directamente desde allá de la ciudad de Santa Cruz, tengo 28 años y estoy ahora haciendo una experiencia vocacional como aspirante de la Orden Franciscana Angelina en Olta.

¿Qué te ha llevado a elegir esta experiencia?

El amor al Señor. Más que todo eso, el amor al Señor. Cuando te llama, te atrapa y no hay dónde escapar. Porque lo sentí dentro y también porque sentí mi llamado.

Soy la primera en mi familia de ingresar a una orden, bueno, ya mis hermanos, uno de mis hermanos ya se casó, el otro tiene corteja o novia, como le dicen aquí. Y, bueno; soy la primera.

¿Y cómo lo toma tu familia todo esto?

Se sorprendieron al principio. Igual me apoyan mucho. Les está costando un poco, pero al final, como ven que estoy feliz y bien, van a estar felices y bien. Y, bueno, medio que también de cierto modo, se esperaban que tome esta decisión.

Desde chica, sirviendo a Dios…

Yo desde chica más o menos, casi diez años, iba a rezar el rosario a los hospitales, en familiares y también en hogares de niños.

¿Por qué las Hnas. Angelinas y no otra orden?

Elegí las Hnas. Angelinas porque primero yo entré a hacer un discernimiento vocacional con ellas y segundo porque me llamó la atención su gozo, su felicidad en el hacer de cada día, en el hacer sus oficios. Todo. La felicidad y el gozo que, con las que ellas sirven cada momento.

Integrándose con los jóvenes de Olta

Los domingos con Sor Johana participamos con el grupo de jóvenes de Olta. Como recién acabamos de volver, estamos reestructurándolo y acomodando. Y son nuevos jóvenes porque ya hay una nueva generación que entra. Algunos vienen de la confirmación, así que estamos en eso y feliz de poder participar con ellos.

Mirando las vocaciones.

He visto que, en el día de hoy, o sea, en el mundo, está complicado porque, bueno, primero son ya menos jóvenes que van a la iglesia. Y segundo porque todo lo que menos piensa es en la vocación.

En la vocación, bueno, todos tenemos vocación porque es una llamada al servicio, tanto en el matrimonio es una llamada al servicio, como los religiosos y también los sacerdotes. Pero muy pocas personas piensan en el sacerdocio o en ser religioso o monja o monje. Y, bueno, nos vamos a rezar por las vocaciones porque en las congregaciones hay cada vez menos vocaciones.

O muchas veces van y dentro de poquito tiempo se salen. Por eso hay que rezar mucho. Y para finalizar, el mensaje para los jóvenes, porque por ahí hay chicos y chicas, obviamente, que quieren entrar.

¿cuál es tu mensaje para los jóvenes que sienten curiosidad de querer pertenecer a una orden?

Bueno, el mensaje que le doy a los jóvenes es que la vida religiosa no es una pérdida de tiempo. Como le digo, es una llamada al amor, al amor al Señor, al servicio y al servicio con la iglesia, que somos todos nosotros. Y, bueno, es una llamada al amor.

El Señor, no le tengan miedo a esa llamada que el Señor nos hace personal cada uno. Puede que la vocación de cada uno, alguno sea casarse con una persona, otro sea sacerdote, religiosa, monja, monje. Bueno, que no le tengamos miedo a esa llamada y que estemos abiertos a que el Señor nos llame para poder dar nuestro servicio y nuestro amor a lo que Él tenga pensado para nuestra vida.

Oramos por la experiencia de Marianne junto a las Hnas. Angelinas y los jóvenes de Olta.

Que Dios, por intercesión de San Francisco, siga iluminando tu camino.