Fuente: Prensa del Sínodo – Conferencia del día 7 de octubre
El Sínodo ha llegado de una manera natural en Asia
En la Asamblea Sinodal los vínculos se estrechan, algo que “ayuda a entender lo que significa ser Iglesia, caminar juntos como bautizados que tienen una misión”
La imagen de la sinodalidad es la imagen de un puente, un puente para ir más allá
En el día en que la Asamblea Sinodal ha dado un paso más con el inicio de los trabajos sobre un nuevo módulo, de los cuatro en que se divide el Instrumentum laboris, el de las relaciones, la Sala Stampa ha acogido un nuevo encuentro con miembros de la Asamblea Sinodal, en este caso, el arzobispo de Bombay, cardenal Oswald Gracias, Mons. Gintaras Grusas, arzobispo de Vilna, y la Hna. Mary Teresa Barron. Junto con ellos, los habituales Paolo Ruffini, Sheila Pires y Cristiane Murray.
Oración y solidaridad con Oriente Medio
De lo sucedido en la congregación general de este lunes, Ruffini ha destacado el momento de oración y solidaridad con los pueblos de Oriente Medio en el Dia de Oración y Ayuno, convocado por el Papa Francisco para este 7 de octubre, buscando lo que nos une por la Paz. Igualmente, afirmando que caridad, cercanía y sinodalidad están vinculados, informó sobre la recogida de la limosna para la parroquia de Gaza, siempre presente entre las preocupaciones del Papa les llama. Igualmente recordó la presencia en la Asamblea Sinodal de 9 de los cardenales nombrados por el Papa, las palabras de la madre María Ignacia Angelini, que llamó a una conversión de las relaciones para pasar de un modelo piramidal a un modelo sinodal.
El nuevo módulo ha supuesto un cambio de miembros en los círculos menores, en las mesas redondas, que eligen al relator, el secretario es elegido previamente por la Secretaría del Sínodo, recordó Sheila Pires, relatores y secretarios que realizan un amplio e importante trabajo. Los trabajos comienzan con la presentación de los miembros, que posteriormente presentan su reflexión, preparada previamente, lo que da paso a la conversación en el Espíritu.
Este martes, informó la secretaria de la Comisión para la Información, serán elegidos los miembros de la Comisión para la redacción del Documento Final. Junto con ello, tras explicar el desarrollo de los trabajos, se refirió a los foros teológicos que serán realizados en la tarde de este miércoles, donde será reflexionado sobre el Pueblo de Dios como sujeto de la misión y el papel y autoridad del obispo en una Iglesia sinodal.
El Sínodo algo natural en Asia
El tema de las relaciones ha despertado un enorme interés, según el cardenal Gracias, que ha destacado la enorme aportación sobre estos temas en el mundo asiático. Recordó la asamblea asiática realizada en 2022, con la participación de 200 obispos, que, en palabras del arzobispo de Bombay, abordó estos mismos argumentos, concentrándose en la renovación pastoral. “El Sínodo ha llegado de una manera natural en Asia”, afirmó el cardenal, para quien es necesario trabajar juntos desde el respeto.
Entre los elementos importantes, afirmó que la Iglesia debe tender puentes, por lo que es importante la relación con otras religiones, insistiendo en que “tenemos que trabajar juntos buscando a Dios”. El cardenal se refirió igualmente a los medios digitales y su importancia para los jóvenes. En ese sentido, contó que recientemente un joven se dirigió a los obispos asiáticos dándoles la bienvenida al mundo digital, reconociendo Gracias que los obispos “nos hemos resistido a ese mundo digital”. En el camino sinodal llamó a seguir avanzando y danto frutos para poder revitalizar la Iglesia, e igualmente destacó los aportes de los delegados fraternos, miembros de otras iglesias, en la asamblea.
El Sínodo es más que algo burocrático
La cercanía y solidaridad con aquellos que sufren la guerra es una realidad que tiene que ver con lo que se hace en Sínodo, afirmó Mons. Grusas, que insistió en que el Sínodo es más que algo burocrático. Hablando sobre el módulo de las relaciones, dijo que, al abordar la guerra, se tiene en cuenta lo que el Papa dice en Fratelli tutti, somos una única familia que reza por la paz. Igualmente destacó la importancia de la oración personal, del amor entre las iglesias, con aquellas que se encuentran en dificultad, refiriéndose a la cercanía de la Iglesia europea con la Iglesia de Ucrania y Gaza, llamando a “rezar por el milagro de la paz”.
El presidente del Consejo de Conferencias Episcopales de Europa resaltó que, en esta Segunda Sesión de la Asamblea Sinodal, los vínculos se estrechan, algo que “ayuda a entender lo que significa ser Iglesia, caminar juntos como bautizados que tienen una misión”. Por eso, no dudó en decir que “este Sínodo es una oportunidad para todos para aprender a ser Iglesia”, una afirmación decisiva, pues por encima de los temas a ser tratados, lo fundamental es encontrar el camino a seguir para ser una Iglesia que siente la necesidad de caminar juntos.
Escuchar como Iglesia a los excluidos
Al crecimiento y profundización en la capacidad de escucha reciproca se ha referido también la Hna. Barron, que ve necesario escuchar la voluntad de Dios, aprender a respetar las divergencias. En ese sentido, la presidenta de la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG), resaltó que no debemos convencer a los demás a aceptar lo que nosotros creemos y en como la Iglesia puede escuchar mejor a aquellos que están excluidos, “debemos escuchar cada vez mejor, la sinodalidad es el modus vivendi de una Iglesia que vive en misión”, insistiendo en que el reto es ir hasta los que no son escuchados.
La religiosa contó la experiencia de la UISG, que cuenta con una oficina dedicada a la sinodalidad, que se reúne con un equipo intercultural, descubriendo como imagende la sinodalidad la imagen de un puente, un puente para ir más allá. Han establecidos cuatro prioridades: crecer en el discernimiento, saber escuchar y cómo construir relaciones mejores con toda la humanidad y con la creación, para poder realizar mejor estas relaciones. Igualmente, la religiosa se refirió a la necesidad de revisar el modelo de liderazgo, para que sea más sinodal, para ayudar y ser solidarios con quienes en la Vida Religiosa se encuentran en las periferias, prestando atención a cómo continuar este camino en la Vida Religiosa.
