Jubileo de los Comunicadores de La Rioja

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  El Área de Comunicación diocesana tuvo su Jubileo el sábado 31 de mayo de 2025. Cerca de 80 comunicadores de diversos lugares de la Diócesis se reunieron en la capital riojana y junto al obispo, el Padre Dante Braida, recibieron la gracia de la indulgencia plenaria. Luego de 3 años de andar de esta área Pastoral el obispo expresó que este encuentro presencial era un sueño cumplido y el inicio de muchos encuentros más.

Comunicadores de Chilecito con Monseñor Braida

La Jornada comenzó a las 9 de la mañana con la recepción y encuentro de todos. El Área está formada por el equipo diocesano, llamados DigitalMIn que expresa su identidad de Ministros Digitales de la comunicación, y por los comunicadores de cada comunidad llamados TinkuRedes expresando la intención de ser un red de encuentro como significa la palabra Tinkunaco. Al ser de diferentes lugares y comunidades muchos se conocieron en ese momento personalmente y aquí se vio la maravilla de la comunicación digital puesta al servicio de la Buena Noticia, porque sentían que se conocían por haber compartido desde hace tres años el camino pastoral de la Comunicación.

Monseñor Dante con los comunicadores de Chamical

La primera actividad fue una hora de adoración al Santísimo mientras 3 sacerdotes ofrecían el sacramento de la Reconciliación. Luego se pasó a un momento de formación, a cargo del Equipo Diocesano, sobre el llamado a ser comunicadores del Evangelio, el modo de ser y hacer comunicación de la Iglesia y de la Diócesis de La Rioja.

Seguidamente se estableción un conversatorio entre los presentes y Monseñor Braida con muchas preguntas y reflexiones que enriquecieron a todos. Este momento puede verse en el Canal de You Tube de la Diócesis de La Rioja

Después del almuerzo y un momento de animación se realizó a través de la conversación espiritual un rico diálogo en grupos que dará lugar a un documento guía.

Para seguir con los pasos de la Indulgencia Plenaria se hizo una peregrinación entre el Colegio Sagrado Corazón, lugar del encuentro, y la Catedral San Nicolás de Bari. Alli monseñor Braida abrió la Puerta Santa que todos atravesaron con emoción para luego celebrar la misa en donde el obispo alentó a alimentar con la oración y el contacto con Dios el llamado a ser comunicadores del Evangelio.

En futuras entregas ampliaremos lo ocurrido en la Jornada. A continuación ofrecemos la Homilía de Monseñor Braida.

«Estamos celebrando un año de gozo, de jubileo de alegría por los 2025 años del nacimiento de Jesús. Nuestra mirada debe estar puesta en Él, Dios hecho hombre que vino a manifestar a toda la humanidad cuánto nos ama Dios. Toda la Vida de Jesús es una expresión, una comunicación del amor de Dios Padre.

De muchas maneras Jesús les dio pruebas de que estaba vivo, de que había vencido el mal y la muerte. Con la ascensión abre las puertas para la venida del Espíritu Santo y así haga presente el amor de Dios en todo el tiempo.

En el Evangelio dice que debe anunciarse a todos esta Noticia de la Resurrección, Jesús les dice ustedes han experimentado conmigo el amor de Dios y de eso tienen que dar testimonio, de lo que han vivido conmigo.

Queridos hermanos comunicadores de la diócesis: para poder comunicar la Buena Noticia de la que dice nuestro lema tenemos que profundizar siempre la experiencia de encuentro con Él, tenemos que hacer viva en nosotros la experiencia del Encuentro con Dios para poder ser comunicadores de su bondad y de su Buena Noticia.

El mensaje que nos dejó Francisco advierte que la comunicación suele ser agresiva, con palabras que son puñales para herir, para dañar al otro, para dañar su fama, su dignidad. También dice que no tenemos que acostumbrarnos a esta realidad, a que se usen los medios en lo oculto de la identidad para dañar a otros, aunque sea frecuente no tiene que ser lo normal. Por eso el Papa habla de desarmar la comunicación y purificarla de la agresividad. Los Medios de comunicación no deben ser usados como armas. Agrega Francisco que necesitamos descubrir en el roso del otro el rostros de Cristo. Entonces mientras mayor sea la experiencia de Dios mejor veremos en el otro el rostro de Dios. Eso genera esperanza, la presencia de Jesús resucitado.

Los destinatarios de la comunicación tienen el rostro de Cristo, por eso debe ser bien tratado, cuidado y promovido en su propia dignidad.

Francisco declara que los cristianos no son los que hablan de Dios sino los que reflejan la belleza de su amor, una nueva forma de vivir todas las cosas. Toda comunicación tiene que tener mansedumbre al estilo de los compañeros de Jesús y el Papa habla de sueños: sueño con una comunicación que haga compañeros de camino, pensemos en nuestros seguidores como compañeros de camino, sueño con una comunicación que hable al corazón, con apertura y amistad.

Hoy compartíamos con varios de ustedes y descubríamos que en el comunicador pasan cosas en su vida, con sueños, proyectos, cosas lindas, dolores, frustraciones, pérdidas y al ver que esas cosas pasan en los demás, considerar que aquello a quienes comunicamos no es un aparato, una marioneta, sino un ser humano al que le pasan cosas y es bueno que tengamos presente que lo que digo ayude a otros en la situación existencial de lo que el otro está viviendo, dar respuestas y dar contención, iluminar lo que estamos viviendo nosotros y los demás. Hoy para comunicar, primero hay que escuchar. Y aquí hay que vencer la tentación del protagonismo y la auto referencialidad, evitar los discursos inútiles. El buen comunicador es el que escucha, lee, mira, incluye y encuentra en el otro la mejor parte de sí mismo. Una comunicación bien hecha, con amor despierta lo mejor de sí en los demás.

En este encuentro experimentamos la sinodalidad. Somos de distintos lugares de la provincia pero experimentamos que caminamos juntos, que queremos crecer, formarnos y madurar para que la comunicación sea mejor y que parta de la comunión entre nosotros.

Finalmente necesitamos cuidar nuestros corazones y crecer en la vida interior, para sembrar esperanza debemos ser mansos y nunca olvidar el rostro del otro, que nuestra comunicación ayude a sanar las heridas de la humanidad. Somos parte de esta sociedad herida y para sanarlas hace falta la cercanía con Dios.

Para comunicar buenas noticias debemos comunicarnos frecuentemente con Dios y así hablar al corazón de los demás desde lo que Dios nos habla a nosotros. Hoy quedó de manifiesto que comenzó el día con un buen rato de adoración, de cara a Jesús y después nos pusimos a conversar entre nosotros.

Los invito a que esta jornada de júbilo nos ayude a renovarnos en la fe, a poner los ojos fijos en Jesús y vivir con alegría esta misión, esta vocación que Dios nos encomienda. No respondemos a los me gusta que nos ponen en las notas sino que respondemos a alguien que nos ha llamado y que nos envía. A él responder con la confianza de que lo que uno siembra Dios se encarga de que florezca y dé frutos en el corazón de las personas y no está al alcance nuestro saber lo que genera en los demás cuando comunicamos al Señor. Lo nuestros es sembrar, Dios nunca se deja ganar en generosidad porque Dios recompensa la siembra.

Que siempre seamos testigos del amor de Dios y lo comuniquemos con alegría especialmente a los pobres y marginados que son el corazón de la Iglesia.»