Las homilías radiales tenían gran acogida a lo largo del territorio de la provincia de La Rioja. En aldeas, parajes y pueblos sin posibilidades de “tener la misa”, sus pobladores se habituaron a seguir la que el obispo celebraba todos los domingos desde la Catedral de la ciudad de La Rioja a las 8 hs.- Esta extensión geográfica del Mensaje por la radiofonía, y su contenido profundamente consustanciado con la realidad, con permanentes referencias a la vida concreta resultó siempre molesta a los sectores afectados por la prédica evangélica del Pastor, porque revitalizando el fervor religioso animaba al compromiso en la superación de las situaciones de injusticias que se vivían.