“Nos duele constatar el miedo reinante en nuestro pueblo; las angustias de los hogares; la inseguridad en que vivimos los argentinos. No es el camino para la paz y para la fraternidad el camino de la violencia en todas sus manifestaciones. Le pedimos a la Virgen Madre que nos devuelva a los argentinos el amor por la vida y la sorpresa por la muerte”, dijo el obispo diocesano, monseñor Enrique Angelelli en la homilía de la misa radial oficiada ayer.
“Sabemos que no son horas de discursos sino de procederes, rectos, honestos, justos y generosos – acotó -. Revisemos los cristianos si nuestros procede- res privados y públicos son conformes al Evangelio que asumimos desde nuestro bautismo y juramos ser testigos del mismo en nuestra confirmación”.
La homilía
Al comienzo de su alocución, el prelado formuló diversos saludos a personas y entidades, entre ellos, uno para los participantes del congreso de FATPREN. Se refirió luego a la importancia del día de la Inmaculada Concepción que se celebrará hoy y al tiempo de Adviento.
“Necesitamos orar mucho por nuestra Patria – dijo luego -, especialmente la oración de ustedes, niños, enfermos y la oración del padrenuestro en familia tomados de la mano”, señalando que esa fue una de las consignas de la gira de la imagen de San Nicolás.
“A la Virgen Inmaculada, Madre de Dios y Madre de los hombres, en este 8 de diciembre le suplicamos humilde y confiadamente que no nos deje solos a los argentinos; necesitamos purificarnos de nuestros pecados privados y públicos; necesitamos que María nos ilumine para no seguir enceguecidos y sembrando de dolor nuestra tierra. Le debemos suplicar ser como ella, ‘oyentes de la Palabra de Dios’, que nos ayude a escudriñar a su luz los signos de los tiempos que vivimos, interpretar lúcidamente los acontecimientos dolorosos que padecemos y sufrimos”.
Y agregó: “Necesitamos deponer el orgullo, la soberbia, el egoísmo, la ceguera, de mente y de corazón, la arrogancia y la irresponsabilidad, el desprecio por la vida de cada hombre, la ambición desmedida de poder y de buscar de erigir ‘ídolos’ de barro, que hoy son y mañana caen como las hojas de los árboles”.
Más adelante, y al igual que el domingo pasado, Angelelli reiteró que “ninguna autoridad humana, de la jerarquía que sea, es competente para señalar los límites de extensión de la misión pastoral, ni el contenido de la Fe Católica”.
Por último instó a que hoy la diócesis “suplique insistentemente a María Santísima por La Rioja y por la Patria”.