El desafío de la Pastoral de Adicciones: afianzar el trabajo en red y la organización del bien
Durante el Encuentro Nacional de Pastoral de Adicciones conversamos con el Padre Fabián Belay y con el laico Patricio Bolton, ambos formados y comprometidos con las adicciones, quienes nos compartiren sus ricas reflexiones
La Pastoral de Adicciones de la Iglesia Católica en Argentina renovó su compromiso durante un encuentro nacional realizado en La Rioja, destacando la importancia de trabajar en red y fortalecer la «organización del bien» como respuesta al creciente flagelo del consumo de sustancias, que afecta incluso a niños desde los ocho años.
En el encuentro nacional organizado por la Pastoral de Adicciones de la Iglesia Católica en La Rioja, líderes y referentes eclesiales abordaron uno de los desafíos más urgentes y desgarradores que atraviesa la sociedad argentina: el consumo problemático de sustancias. Fabián Belay, sacerdote de la arquidiócesis de Rosario, y Patricio Bolton, miembro del equipo nacional de la Pastoral, ofrecieron reflexiones que combinan realismo y esperanza.
Para el padre Belay, las adicciones representan “la lepra de nuestra época”, una herida que afecta no solo a quienes consumen, sino también a sus familias y comunidades. «Es impactante ver que en todo el país hay niños de ocho años que ya están atrapados en el consumo. Incluso conocemos casos de familias donde tres generaciones han padecido esta problemática», explicó. Sin embargo, destacó la acción del Espíritu Santo en la Iglesia, que ha suscitado iniciativas como los Hogares de Cristo, la Fazenda de la Esperanza y otras redes que se inspiran en el modelo del Buen Samaritano.
La clave, señaló, está en organizar el bien frente a un mal que opera de forma estructurada y sistemática: “Así como el crimen organizado avanza, nosotros debemos fortalecer las redes de contención y abrazar esta realidad en cada parroquia, barrio y comunidad”.
Factores que impulsan el consumo: una sociedad que necesita respuestas
Patricio Bolton también profundizó en las raíces del problema, señalando que la presencia masiva de sustancias en los barrios, la falta de espacios de recreación y la ausencia de adultos referentes son factores determinantes. “Los niños muchas veces están solos, construyendo una subjetividad cargada de angustias. Sin plazas dignas, clubes o propuestas culturales, es natural que busquen respuestas en las adicciones, ya sea a sustancias, juegos o pantallas”.
El sacerdote advirtió que este panorama refleja un modelo de sociedad que falla en ofrecer horizontes y vínculos sanos: “No es extraño que surjan adicciones cuando desde pequeños los niños carecen de espacios para jugar, encontrarse y proyectar un futuro”.
La problemática de las adicciones no se limita únicamente al consumo de sustancias. Durante el encuentro, los referentes de la Pastoral de Adicciones destacaron el creciente impacto de las pantallas y los juegos en línea en las infancias y adolescencias. “Hoy no es de extrañar que haya niños adictos a las pantallas o a los juegos. Desde edades tempranas, muchos viven aislados, sin espacios públicos para jugar, ni adultos referentes que los acompañen y contengan. Esto contribuye a un vacío emocional que las adicciones, de cualquier tipo, terminan llenando”, reflexionó Patricio Bolton.
En este sentido, se subrayó la necesidad de generar propuestas concretas que fomenten el encuentro y la construcción de vínculos saludables. “Las pantallas y las apuestas online son parte del mismo problema, porque reflejan una falta de horizontes que brinda la sociedad a las nuevas generaciones. Si no hay espacios para el arte, el deporte y la cultura, las adicciones continuarán creciendo”, advirtió Bolton, llamando a fortalecer los lazos sociales como principal herramienta de prevención.
La esperanza en la acción conjunta
A pesar de lo sombrío de la situación, ambos referentes coincidieron en que hay motivos para la esperanza. “El compromiso de la Iglesia y de la sociedad civil es enorme. Cada vez se trabaja más en red, articulando esfuerzos con el Estado y otras organizaciones”, afirmó Bolton. Además, subrayó la importancia de fomentar vínculos entre instituciones como escuelas, centros de salud, clubes y familias para construir un tejido social sólido que actúe como contención.
Por su parte, Belay destacó el valor de las iniciativas ya existentes dentro de la Iglesia: “Es tiempo de profundizar lo que se ha construido y seguir llevando el Evangelio a las periferias, donde más duele y donde más esperanza hace falta”.
Un llamado al compromiso
El encuentro en La Rioja no solo fue un espacio para el diagnóstico, sino también una invitación a la acción. Los líderes de la Pastoral de Adicciones insistieron en que la solución no es solo responsabilidad de la Iglesia, sino de toda la sociedad. «Necesitamos adultos responsables, empáticos y disponibles que escuchen y acompañen a las nuevas generaciones», concluyó Bolton.
La Iglesia Católica, fiel a su misión de abrazar a los más vulnerables, reafirma su compromiso de trabajar junto a todos los sectores para ofrecer esperanza y oportunidades a quienes más lo necesitan. Porque, como recordó el padre Belay, “el Evangelio es caminar junto a los que sufren, devolviéndoles la dignidad y el amor que necesitan para renacer”.