Monseñor Angelelli es celebrado en Montegiorgio, la tierra de su padre

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Nuestro Beato Enrique era hijo de Juan Angelelli y Celina Carletti, inmigrantes italianos. Su padre nacido en 1896 en Montegiorgio, llegó a Argentina en 1912 con 16 años. Allá quedaron sus tíos y primos quienes fueron visitados por Monseñor Enrique y guardan un grato recuerdo de él.

Monseñor Dante Braida recibió el pedido de una reliquia para entronizar en la Parroquia del pueblo y, aprovechando su estadía en Roma por el Sínodo, viajó hasta el lugar y compartió con todos.

Monseñor Braida y Monseñor Pirán con familiares de Monseñor Angelelli

Aquí nos cuenta lo vivido en esos días.

Cartel que anuncia la celebración del Beato Angelelli

El sábado 13 de octubre fui a visitar el lugar desde donde emigró la familia Angelelli padre de nuestro beato mártir Enrique. La localidad tiene 7000 habitantes y se llama Montegiorgio en la provincia de Fermo de la región de Marche –cuya capital es Ancona-, a unos 250 km de Roma.

Fui invitado por el párroco de la Iglesia P. Pierluigi Ciccarè, a través del P. Mario Moriconi, sacerdote italiano que estuvo sirviendo en Argentina desde 1973 a 1984, en la diócesis de Morón. Me acompañó en esa visita Mons. Marcos Pirán, obispo auxiliar de Holguín en Cuba, oriundo de Argentina (diócesis de San Isidro).

Carteles en la carretera cerca de Montegiorgio y llegando a la Parroquia anunciaban las actividades para conmemorar a este nieto del lugar.

El programa comenzó el día viernes 12 con la presentación del libro “Sólo el Evangelio” de Anselmo Palini. El día sábado se congregó la comunidad parroquial en una sala de cine-teatro de la misma parroquia donde pude compartir una charla sobre la vida y misión pastoral del Beato Enrique y el contexto de su martirio, dedicando un tiempo a la beatificación. Agradezco al seminarista José Rocco (de origen venezolano) que ofreció el servicio de traductor. También pudimos relacionar el testimonio de su vida pastoral aplicando el Concilio Vaticano II con el actual Sínodo sobre la sinodalidad que estamos viviendo.

De este encuentro participó también el Obispo de Fermo, Monseñor Rocco Pennacchio, quien se refirió a Mons. Angelelli destacando su testimonio y el mensaje actual para la Iglesia.

También se acercó el P. Enzo Nicolini (en el centro) que, siendo joven sacerdote acompaño a mons. Angelelli en su visita a Montegiorgio trasladándolo a casa de sus familiares en una moto. Recuerda su sencillez y cordialidad.

Miembros de la comunidad luego realizaron algunas preguntas y finalmente se concluyó con una cena comunitaria. Varios familiares de Enrique participan de la vida parroquial, hijos de sus primos o primas y sus respectivas familias. Fue muy emotivo el encuentro y el poder contarles algo de sus familiares de Argentina. Gianfranca, una de ellas, recordaba a Monseñor Angelelli en una oportunidad que los visitó.

El día domingo nos congregamos a la mañana para celebrar la Eucaristía a las 11 en el templo parroquial. Allí pude entregar las reliquias de Monseñor Angelelli y, a la luz del Evangelio, compartir sobre su vocación y fidelidad a la misión recibida del Señor.

Un hermoso cuadro con el rostro del beato Angelelli, presidió ambos encuentros. Finalmente pude dialogar de modo particular con algunos de sus familiares.

Familiares de Monseñor Angelelli al término de la Misa
De izqierda a derecha el P Ciccaré, los obispos Braida y Pirán con miembros de la Comunidad.

Doy gracias a Dios por esta oportunidad de dar testimonio no solo de la vida del Beato Mártir Enrique Angelelli y sus compañeros, sino también de su legado que hoy alimenta nuestras vidas  y acciones pastorales.