Misceláneas de los mártires Carlos y Gabriel

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Colaboración: Rubén Díaz, Sala de la Memoria de Chamical

El año pasado en una afectuosa visita a la Parroquia de los Frailes Capuchinos en el Barrio de Nueva Córdoba, tuve la dicha de poderme confesar y dialogar un par de horas con el sacerdote Sebastián Glassman. Él me mostraba sus hermosos trabajos tallados en madera, algunos con herramientas de carpintería que habían pertenecido al Beato Gabriel Longueville. Sebastián fue uno de los laboriosos artistas que grabaron la famosa Cruz de Bajo de Lucas, lugar del Martirio de Carlos y Gabriel.

Era la segunda vez que lo visitaba al Padre Glassman, me interesaba conversar con El por sus largos años como seminarista y luego párroco en la provincia de La Rioja a mediados de las décadas de los 70 y los 80.

De este diálogo surgió la información de la visita del Superior de los Frailes Capuchinos a la Ciudad de Olta, pero también la de Jorge Mario Bergoglio, Superior de la Orden Jesuítica en ese momento para Argentina.

Inmediatamente le solicité me describa esos hechos, Glassman me confirmó con muchos detalles que «todavía no se había Ordenado Sacerdote a pesar que ya había finalizado sus estudios, que estaba en una búsqueda personal interna». «Por esta razón tomó su mochila y emprendió un pequeño viaje de mochilero desde el Departamento Chilecito para visitar a sus hermanos de la Orden Capuchina en la Localidad de Olta. Al llegar a Chamical, para no molestar en la Parroquia, se dirigió a la salida de la ciudad con el objetivo de hacer dedo sobre la ruta 79 y pedirle solidaridad a algún automovilista». «Grande fue su sorpresa cuando al cabo de un buen rato un antiguo rastrojero se paró para llevarlo, el que conducía era un viejo amigo, el Padre Aguedo Argelio Pucheta que estaba viviendo en Malanzán desde 1974, acompañado por una humilde señora de la zona rural que andaba haciendo trámites y otro sacerdote».

Ante la ocupación completa de la cabina, «tuvo que treparse a la parte trasera del fiel vehículo, que hizo de su último tramo del viaje una experiencia maravillosa en contacto con la hermana naturaleza». «Al llegar a Olta, su amigo Pucheta le presentaría a su Superior el Jesuita Jorge Bergoglio que estaba de visita en la zona, recuerda con total seguridad que todavía no habían asesinado a Carlos ni Gabriel, tampoco a Wence ni a Monseñor Angelelli, ya que por causa de esos tristes hechos él definió su Ordenación Sacerdotal».

«Los sonrientes viajeros continuarían su camino rumbo a Malanzán atravesando las serranías llanistas, seguramente por el camino del Dique de Anzulón».

Por otro lado, luego de una charla que nos dio en la Sala de la Memoria y de varias entrevistas personales sobre aquellos tiempos, el Sacerdote Roberto Queirolo quién estaría designado en la Parroquia de Chamical desde agosto de 1976 a 1983, reemplazando a los Mártires Murias y Longueville, nos comentó en varias oportunidades que «una siesta tranquila, golpearon la puerta de la Parroquia El Salvador de Chamical, al acudir a ver que solicitaban, se encontró con un hombre quien se presentó como sacerdote jesuita, quién le pedía la posibilidad de utilizar el sanitario, inmediatamente lo hizo pasar». «Al rato estaban conversando sobre su paso por la zona, comentándole que era el Superior de los Jesuitas, que se llamaba Jorge Bergoglio y no recuerda bien si iba o regresaba de visitar al Padre Pucheta en Malanzán». «Muy agradecido, el cordial visitante se despidió de Queirolo», «no recuerda con exactitud la fecha, pero está seguro que fue después del 76, ya que Roberto ya llevaba un buen tiempo en la Parroquia chamicalense junto a Augusto Pereyra».

Las vueltas del destino quisieron, que aquel joven jesuita pasara por Los Llanos riojanos de manera humilde y silenciosa, como lo hizo cuando le salvara la vida a tres seminarista de Monseñor Angelelli en el Colegio Mayor de Buenos Aires ante el terrorismo de Estado. Seguramente habrá llevado en su corazón algo de nuestros paisajes, ya que en sus recientes memorias publicadas en el mes de enero, recuerda con gran emoción y amor a nuestra provincia.