Maximiliano Palacio es Seminarista de la Diócesis de la Rioja, quería ser médico pero el plan de Dios para él era el sacerdocio. Aquí nos cuenta su camino.
Mi nombre es Maximiliano Palacio. Tengo 37 años, oriundo de la provincia de San Juan. Llegué a La Rioja para estudiar medicina y, estando ya avanzado en la carrera, me encontré con Dios gracias a la invitación de un amigo de ir a misa.
Posteriormente me incorporé activamente a la comunidad parroquial de Niño Jesús, Parroquia Encarnación del Señor, en el Barrio Shincal, desempeñándome como catequista de confirmación. Participé también en pastoral de juventudes y pastoral vocacional de la misma diócesis. Fue en estas tareas que fui descubriendo el llamado a la vocación sacerdotal y comencé a recorrer un largo camino de discernimiento vocacional –de tres años–, en la diócesis riojana. Por lo que, al tomar la decisión de ingresar al seminario, quise entregar mi vida al Señor en el lugar mismo donde me llamó a seguirlo.
Ingresé al preseminario –experiencia de discernimiento profundo– en la misma diócesis, en el año 2017. Un año después, en el 2018, ingresé al Seminario Mayor Ntra. Señora de Loreto en la arquidiócesis de Córdoba, ya que nuestra diócesis no cuenta con seminario propio.
Hoy me encuentro transitando el sexto año de formación, desarrollando mi actividad pastoral en la Parroquia “Nuestra Señora de los Remedios”, en la ciudad de Monte Cristo –provincia de Córdoba–, junto al Pbro. Nicolás Pedernera. Entre las distintas tareas pastorales que desempeño, a las que más estoy abocado es al acompañamiento de grupos juveniles y la visita a personas que están atravesando procesos de enfermedad, acercándoles el sacramento de la Comunión y acompañándolos a rezar.