Jubileo de los diáconos riojanos

0
10

En la localidad de San Blas de Los Sauces y en el marco de la Fiesta patronal de invierno, los diáconos de la Diócesis tuvieron su jubileo

Compartimos las Palabras de Monseñor Braida en la apertura de la Puerta Santa y en la Homilía de la misa jubilar.

Apertura de la Puerta Santa

Con alegría nos reunimos para celebrar hoy este día de fiesta, de fiesta patronal aquí en San Blas junto también con la celebración del día domingo que es un día que dedicamos a Dios, al Señor cada semana y hoy también con la alegría de contar con la presencia de los diáconos de la diócesis que celebran su jubileo y también nos acompañan aquellos que están preparándose para recibir también el diaconado. Agradecemos la presencia de todos y estamos aquí porque hay un diácono que está acompañando la vida de la comunidad, el diácono Daniel junto con el Padre Miguel, ellos nos han invitado para que podamos vivir este momento de alegría, de gozo, de acción, de gracias junto con la comunidad de San Blas que está aquí reunida y también con aquellos que nos siguen a través de la radio o de los medios de comunicación.

Estamos aquí ante este templo que es uno de los templos señalados para el año del jubileo, como un templo jubilar adonde venimos a buscar también la gracia de la indulgencia, encontrarnos con Dios, por eso queridos peregrinos y peregrinas hemos caminado como lo hacemos en la vida y llegamos a esta puerta santa que es el signo del inicio de una fiesta pero también es un llamado al cambio de nuestros corazones, un cambio que significa una opción por el cuidado de la madre tierra, una opción por el cuidado de los vínculos fraternos, por eso en este momento ante esta puerta que vamos a atravesar enseguida sabiendo que Jesús es la puerta por la cual ingresamos al reino de Dios, ante esta puerta vamos a pedirle a Dios perdón de nuestros pecados.

Señor, tú nos has llamado a confiar en tus promesas pero hemos permitido que la duda y el individualismo y la desesperación debiliten nuestra fe, por eso te decimos Señor ten piedad, Cristo tú eres la luz en medio de nuestras tinieblas pero a menudo hemos cerrado nuestros ojos a tu presencia, a reconocer tu presencia en tus preferidos los pobres, por eso te decimos Cristo ten piedad, Cristo ten piedad, Señor nos diste la misión de compartir la esperanza con los demás pero muchas veces hemos callado ante las injusticias que nos rodean y la opresión de los más frágiles, por eso te decimos Señor ten piedad, Señor ten piedad, y Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.

Vamos ahora a abrir la puerta y al atravesarla tengamos presente esto, nosotros pasamos de un lugar a otro por la puerta, para nosotros la puerta significa la presencia misma de Jesús, Él dijo en el evangelio de Juan yo soy la Puerta, el que entra por mí se salvará, tendrá vida plena, por lo tanto entramos a un lugar sagrado y es como entrar en la presencia de Dios que nos habita y a la vez también es recibir de Él esta palabra que nos dice no conviértanse crean en el evangelio, pasar la puerta es también pedirle a Dios Señor quiero que mi vida esté llena de la tuya y quiero que me ayudes a cambiar, a mejorar, a transformar mi vida para que sea también discípulo tuyo y un fiel servidor de tu reino en la realidad que hoy nos toca vivir, así que pidámosle a Dios la gracia, pasar por la puerta de la conversión y también de la gracia y las indulgencias para nosotros o también la podemos pedir para para un ser querido.

Homilía

Querida comunidad de San Blas que nos recibe le damos gracias por estar reunidos aquí con ustedes compartiendo la fiesta patronal, saludamos a las autoridades presentes, el municipio, la provincia También de Nación, diputados Y damos gracias por la presencia también de los diáconos Los candidatos también al diaconado con su familia Y a toda la comunidad aquí reunida Y a quienes nos siguen por las redes sociales También nos acompaña el padre Jorge que vino de Sanagasta, él es el decano de todo el decanato norte, y el padre Jorge Hilal que acompaña también en la formación permanente de los diáconos El diácono que se ordenó hace poco, Fabián Vega, que está camino al sacerdocio Y el resto son diáconos que todos han sido ordenados hace 3, 4 años Es el primer grupo que se ha ordenado de diáconos formados aquí en la diócesis Un grupo de 11, aquí están la mayoría Y aquí lo conocen a Daniel, que está a cargo de la comunidad, trabajando Daniel es célibe, él sintió desde chico este llamado a consagrar su vida a Dios Por eso no ha formado una familia, porque sintió este llamado a vivir para él y para el bien de los demás Entonces en ese sentido vive su consagración a Dios como célibe Los diáconos, el resto son casados, tienen sus esposas, hijos, nietos Y bueno, además de su familia, tienen también sus ámbitos laborales Algunos vienen del mundo como obrero de una empresa. otros trabajan en el ámbito de la administración pública, en el mundo de la empresa, otros son jubilados, jubilados del ámbito de la policía, de la empresa también De la docencia.

Dios como que los va tomando de distintos lugares Y los ha llamado a vivir esta vocación al diaconado Y la palabra diácono quiere decir: servidor a ejemplo de Jesús, que no vino a ser servido, sino a servir. Esta dimensión del servicio en realidad es algo propio de todos los cristianos Todos los cristianos estamos llamados a vivir la vocación de servicio en el lugar donde nos toca y en los ámbitos donde cada uno se mueve pero todos seguimos a Cristo, a Cristo servidor.

 Esta misa la celebramos en el contexto del jubileo que el Papa quiso hacer hincapié en la esperanza este año, este año jubilar, el jubileo se celebra cada 25 años, en el 2000 fue el anterior, el anterior fue en el 75 que le tocó a Mons. Angelelli predicarlo, llevarlo adelante y siempre hay un tema en especial que toca, el del 75 fue el hincapié en la reconciliación, en el 2000 fue Jesucristo ayer, hoy y siempre, era justo pasar de un milenio al otro en ese tiempo y ahora, el Papa Francisco quiso poner el acento en la esperanza, que es una de las virtudes teologales, una virtud teologal es una virtud teologal quiere decir que es dada por Dios especialmente y que uno la vive con la guía y la asistencia del mismo Dios.

Las virtudes teologales son tres, la fe, la esperanza y la caridad, las tres tienen, marcan un aspecto distinto, la fe que hace, nos ayuda a creer en Dios y en todo lo que él nos ha revelado anteriormente, cuando uno lee el Antiguo Testamento ve que Dios se va manifestando en la vida de un pueblo, que lo asume, que lo libera, que le va dando los mandamientos, Dios se va manifestando y el pueblo va creyendo y confiando en él y la máxima revelación de Dios, ¿quién fue? Jesús, Jesús es el hijo de Dios que se hace hombre, uno de nosotros, por lo tanto en él está lo más que Dios pudo revelar al hombre, por eso toda su vida y sus palabras son lo que Dios nos quiere decir a nosotros para que vivamos bien la vida y la misión que nos encomienda, por eso creer en Jesús es también conocerlo cada día más, generar un vínculo fuerte, profundizar en las enseñanzas del evangelio, entonces uno recibe lo que él nos ha dado, lo acepta por la fe, confía que es un mensaje creíble y que nos ha dado una vida plena y si uno vive como él nos enseña, la esperanza nos ayuda a mirar hacia adelante, hacia adelante con optimismo, pensando siempre que si seguimos lo que nos enseña Jesús en lo que creemos, eso nos abre un horizonte de vida plena, por eso quien cree mira hacia adelante con esperanza sabiendo que Dios en lo que nos espera siempre va a ser mejor si lo seguimos a él, por eso qué lindo la esperanza nos invita a mirar hacia adelante con confianza sabiendo que cada día Dios puede hacer algo nuevo y mejor si yo sigo con fe lo que él me ha enseñado y el Papa justamente pone esto de la esperanza porque ve que en el mundo hay muchos aspectos que hablan de que como que hemos perdido el rumbo, hoy tantas guerras, que se pelean un pueblo con otro, gente que muere, uno dice qué sentido tiene este mundo o hacia dónde llevan los dirigentes para que nos lleven a guerra constantemente, si hay hambre en el mundo, uno dice qué pasa en este mundo que mucha gente no tiene lo necesario para vivir o a veces hay tantas peleas entre nosotros que no podemos dialogar o hay tanta como grieta, enemistad, qué pasa, qué hay en el corazón humano que no podemos mirar hacia adelante buscando el bien de todas las personas, bueno sabemos que hoy un tema a veces que la falta de sentido de la vida, lleva gente que esté como deprimida o a veces en situación de consumo o se quitan la vida, cosas muy dolorosas que hablan de que a veces no tenemos como un sentido, un futuro, no miramos con esperanza, por eso el papa dice que en este año jubilar que reavivemos esta virtud de la esperanza para que miremos hacia adelante con optimismo y para que eso suceda necesitamos aferrarnos más a Dios, conocerlo más, descubrir lo que él nos enseña para poder vivir la tercera virtud que es el amor y el amor es la nota distintiva del cristiano, la nota distintiva y si la fe es como que mira al pasado para confiar en lo que Dios nos ha revelado, la esperanza nos hace mirar al futuro, el amor nos hace vivir en el presente de un modo distinto y nuevo conectando con Dios a quien tenemos que amar por sobre todo y amando a los demás como él nos amó hasta dar la vida, por eso el creyente que creen en Dios y confía en lo que él nos ha revelado sabe que el amor es el que le da sentido a la vida y le da sentido a cada momento de la vida, a cada instante y ese amor Dios lo da en abundancia a quien le abre el corazón y también nos permite que cada situación de la vida uno pueda vivirla de distintas maneras, de una manera plena.

Si ustedes han hecho la opción por el matrimonio y es porque han descubierto que hay un amor que los llamó a querer a la persona que Dios le pone a su lado y a darlo todo por esa persona, por esa unidad y por el servicio a los hijos, a los nietos, si he recibido la capacidad de ser, de tener un trabajo, de ser ama de casa o de trabajar en el ámbito público o privado, en ese trabajo quien ama lo va a hacer con responsabilidad cada día con mayor dedicación. ¿ por qué? porque sabe que en ese trabajo uno expresa el amor y lo que hace es también un servicio a los demás por eso el servicio es también una expresión de amor y los diáconos tienen que justamente vivirlo en plenitud y ayudar a que la comunidad lo pueda vivir entonces cuando uno vive por amor, miren, cada cosa que haga uno, ya sea una sonrisa que brinda a los demás, ya sea una ayuda material, ya sea un saludo, ya sea un gesto, ya sea un trabajo, todo tiene sentido. ¡qué lindo poder vivir la vida conectado con el amor! y que cada cosa que hacemos lo pongamos allí y si en la comunidad vemos necesidades, vemos situaciones de personas que están pasando un mal momento por distintos motivos, el amor siempre, el amor evangélico nos lleva como un radar a detectar esos lugares, esas personas y ahí poner el corazón y eso marca una diferencia, a veces. Uno ve el tema del bullying en las escuelas, que la persona más débil, más le caen encima para herirla. Un joven cristiano, cuando ve esa situación va a obrar distinto, a esa persona voy a estar más cerca, más la voy a ayudar, más la voy a acompañar. A veces pasa también en la sociedad, que alguna persona es señalada o marcada o porque ha cometido algún error, y está como apartada socialmente, allí el corazón cristiano que ama va a poner el corazón en ayudar a rescatar, en ayudar a que las personas puedan descubrir que tienen dignidad y que eso no se pierde con nada, por eso el amor siempre nos lleva a optar especialmente por los que más necesitan, entonces vemos como la fe nos ayuda a recibir todo lo que Dios nos da, a vivirlo en el amor y si todos vivimos de esta manera, el futuro para adelante seguro que va a ser prometedor y de una mejor vida que pasa a veces cuando uno pierde la fe o pierde la referencia a Dios, todo empieza a diluirse porque aparece la gran tentación hacer en la vida lo que yo quiero y en definitiva hago lo que me parece, a veces lo que me parece si tiene que ver con hacer daño a alguien o con mentir y bueno si yo soy el que manejo mi vida y a veces pasa esto que cuando uno gobierna como le parece, termina a veces haciendo mucho daño a los demás y pierde como el rumbo y cuando uno pierde la fe o la deja que se debilite, esta referencia a Dios que me ayuda a ver al otro como hijo y como hermano y bueno ya lo veo como uno más en la sociedad o hasta a veces como un extraño y que tengo que ver yo como dijo Caín, ¿que tengo que ver yo con mi hermano? entonces por lo tanto la fe cuando se debilita o se pierde me desorienta también respecto de los demás y si hago bien o mal no me importa, entonces esa es la gran lucha espiritual, o confío en Dios y me dejo guiar por él o hago lo que me parezca. Cuando Dios va como gobernando nuestra vida y vamos buscando cuál es su voluntad, las cosas cambian, se renuevan y siempre hay un horizonte de vida no sólo para uno sino para todos los que nos rodean, por eso la fe nunca nos saca del lugar donde estamos, la fe nos hace vivir con los pies en la tierra, conectado con Dios pero con los pies en la tierra tratando de mejorar y transformar todas las realidades que hoy nos tocan, por eso un cristiano está llamado en el mundo a ser fermento de algo nuevo en cualquier edad que tengamos, un niño, un adolescente, un joven, un anciano, todos tenemos un lugar en la sociedad, tenemos que ocuparlo y tenemos que ser fermento de algo nuevo y distinto, el profeta Jeremías en la primera lectura decía que bueno porque él justamente trataba de hacer las cosas bien y decía la verdad bueno lo trataban de apartar o de acallar, bueno cuando uno vive el evangelio también aparecen contrariedades, a veces aparecen problemas, pueden aparecer burlas o si bueno que te la das de santulón y no, no tiene nada de santulón, no? pero muchas veces somos incomprendidos por vivir el evangelio, si San Blas es mártir porque justamente muchos no lo comprendieron y quisieron eliminar su vida, si Monseñor Angelelli, los beatos mártires son tales es porque han vivido la fe y no fueron comprendidos por aquellos que quisieron apagar su voz o apartar su vida para uno seguir otro tipo de camino, por eso el martirio es la máxima expresión del amor de la caridad y el mártir es una persona de mucha esperanza, sabe que aunque le quiten la vida Dios los recibe en su plenitud y dejan sembrada una semilla de amor enorme que nos cambia la vida.

La escuela del diaconado está bajo la protección de Wenceslao Pedernera, el laico de los cuatro mártires que según cuenta su esposa cuando el concilio vaticano segundo restaura el diaconado él sentía este deseo, Monseñor Angelelli quería comenzar con la escuela del diaconado que no pudo hacerlo y Wenceslao le había dicho a su esposa yo creo que tengo que ser diácono, por eso la escuela tiene el nombre de Wenceslao porque justamente él sintió este llamado y tuvo la gracia del martirio; así que en la escuela tener un mártir como como patrono ya nos dejó la vara alta, como para decir bueno yo tengo que dar lo mejor como diácono, dar lo mejor en este tiempo de formación y todo cristiano saber que justamente mi vida tiene sentido cuando la vivo desde el amor y por el servicio, gente necesitamos sembrar esperanza en este mundo donde a veces parece que está todo mal no o bueno las cosas buenas que pasan no son noticias y no son noticias las peleas . La realidad que nosotros vivimos cada día hay muchos signos de esperanza uno ve en la sociedad muchas personas que buscan hacer las cosas bien que no transan con la corrupción que no transan con cosas que hagan daño no a los jóvenes o a la sociedad y que siembran algo nuevo en sus emprendimientos en su docencia en el ámbito en que cada uno se mueve, esos signos de esperanza nos tienen que alentar también a nosotros a sumar a sumar hacer una cadena de amor donde justamente todo lo que hagamos siembre algo nuevo y distinto para el bien de los demás así que bueno pidámosle a Dios queridos diáconos en este día que damos gracia por esta vocación que puedan ser siempre personas de oración conectadas con el amor que es Dios, que puedan también siempre construir la fraternidad primero en su familia en el ámbito ocupándose de los seres queridos que Dios los puso en su hogar ocupándose también de la fraternidad en las comunidades donde les toca servir en la parroquia, en los grupos pastorales donde les toca creando fraternidad los ámbitos donde ustedes trabajan cada día también creando fraternidad y fortaleciéndola en ustedes como cuerpo diaconal ayudándose mutuamente acompañándose en las buenas en las malas y a la vez también sembrando.

Fraternidad con el obispo y también con los sacerdotes todos tenemos en común que Dios nos ha llamado a ser ministros o sea servidores del pueblo y de la evangelización constructores de unidad por eso un diácono tiene que en el servicio ser factor de unidad, de unidad en la vida fraterna y a la vez también los invito a que se comprometan fuertemente en el conocer y activar la dimensión sinodal de la iglesia para ayudar a que todos los bautizados se encuentren su lugar en ella y nadie se sienta que está fuera; todos adentro como decía el papa, todos todos todos pero eso tenemos que trabajarlo mucho porque hay tantos bautizados que hoy no se sienten parte de la iglesia entonces tenemos que ensanchar la carpa y siempre alentando la dimensión misionera.

La iglesia no está para que nos sintamos bien y los que estamos y listos y no siempre en misión a salir al encuentro de los demás especialmente los más pobres y alejados, ahí tienen que hacer punta también en los diáconos con la comunidad ir al encuentro de todos. El papa decía la sinodalidad es para la misión y también decía la misión misericordiosa no juzgando sino abriendo puertas de compasión para que todos se sientan y reciban la vida plena que Jesús vino a traernos. Que este día de la alegría de fiesta por san Blas Dios los renueve a los diáconos en su compromiso y a toda la comunidad nos ayuda a vivir la alegría del amor y siempre con esperanza es siempre apostando a un futuro mejor.