Experiencias Pastorales Seminaristas Verano 2022

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Vida que florece a la par

Vida que florece a la par

Soy Exequiel Gómez, estoy formándome para sacerdote, vivo en la capital y en esta oportunidad quisiera compartir una de las primeras experiencias pastorales que he vivido en la diócesis.

En el mes de diciembre, en las últimas semanas, preparándonos para el nacimiento del niñito de Dios, tuve la gracia y la dicha de encontrarme y ser acompañado por la parroquia Santa Rosa de Lima, ubicada en Patquia. Me he quedado sorprendido por la extensión de la misma, pude, en compañía del párroco del lugar, visitar varios puestos, ranchos y familias muy buenas, que lo dan y se dan todo. En una oportunidad visitamos a la señora Carmen, mientras realizaba las tareas del hogar y cuidaba a los animales, nos recibió feliz y nos comentó que vivía sola hace mucho tiempo, pero que la soledad no le molestaba todo lo contrario se manifestaba alegre, contenta, esto me impacto y fue un gran testimonio que resonó en mi corazón.

Fue una experiencia muy gratificante y linda, donde palpe de muy cerca esta religiosidad popular muy sentida y vivida a pleno. Me quedo con el escuchar atentamente y el comprender la situación de cada uno, sobre todo ver el corazón dispuesto a lo que estamos viviendo como comunidad diocesana, la sinodalidad.

Se pudo concretar un encuentro de comunidades, donde no podía faltar el buen asado con un cordero a la parrilla, para trabajar el material disponible de la sinodalidad. ¡Qué mejor mesa que esta! Donde la vida va floreciendo en el compartir. Doy gracias a Dios de poder vivir esos momentos muy lindos con la gente.

Estoy muy contento de ir conociendo parte de la diócesis, ayudándome muchísimo a ver y entender las realidades de la diócesis.

Las palabras del corazón

Soy Maximiliano Palacio, soy de San juan, pero La Rioja, ya hace varios años, gano mi corazón; por eso decidí formarme para sacerdote para la diócesis de La Rioja. Les comparto, algo de lo vivido de mi experiencia pastoral en la última semana de diciembre en la parroquia Ntra Sra del Milagro en Milagros.
Antes que nada, quiero remarcar la gran riqueza que encontré al compartir, durante el transcurro de los días, con el padre Manuel Romero, párroco del lugar, sobre su experiencia pastoral y de vida.
Tuve la gracia de conocer a las hnas. salesas, que se encontraban en una experiencia de misión, y me uní a ellas en parte de su andar, en esos días tan acalorados. Se visitó a varias familias, y me atrapo mucho la sencillez y la manera de recibirnos, que con su humildad nos brindaban todo, desde un vaso de agua fresca hasta un pedacito de pan dulce.
Al meterme un poco más a campo adentro, me impacto la calidez, no por el sol, de los ranchos con los que me encontraba, pero, sobre todo, la frescura de la mirada de esas personas, una mirada inocente, paciente, esperanzada, fue un muy lindo testimonio. En una ocasión, una doña me compartió que todo lo que hacía en el día, lo hacía rezando el rosario, mínimo 8 rosarios le calculaba; Ella decía que rezando hablaba con maría de Jesús. Descubrí que en esa fe había un dialogo tan profundo, que rezaba con el corazón, me marco cada palabra que dijo.

Buena madera

Soy Lucas Nazar, de la parroquia Ntra Sra de la Candelaria de Nonogasta, ya hace varios años que me encuentro en el seminario, y les comparto una de tantas experiencias pastorales que he vivido en mi tierra querendona de La Rioja.

En diciembre me toco ser acompañado por la comunidad de Vinchina, en la cual me he sentido muy acogido y cuidado por las familias del pueblo, me abrieron no solo las puertas de sus hogares sino las de su familia toda. El compartir la mesa de la comida, era ocasión de conocer las realidades y el caminar de la comunidad. Fui testigo de una comunidad laburadora, con los pies sobre la tierra, que dialoga y discute. Me sorprendió el trabajo que están llevando a cabo con la construcción del templo, la perseverancia que muestran y el compromiso que tienen con San José, patrono de la comunidad, me supieron comentar que para empezar dicha construcción tuvieron que ir al rio a buscar las piedras con las que levantaron las paredes, y no solo fue una camionada sino varias, y entre carcajadas y mandarinasos lograron levantarlo, ya queda poco y la fe sigue intacta, una comunidad de buena madera.

Tuve la oportunidad de conocer la parroquia vecina, Villa Castelli, donde pudimos tener un lindo momento de formación sobre la sinodalidad, surgieron muchas preguntas y reflexiones sobre donde estamos parados como iglesia. ¡Hay muchas ganas de trabajar!

Ya terminando la experiencia pude participar en el rezo de la novena de Ntra Sra de Andacollo en la localidad de Jagüe, la cual me alegro y me enseño mucho de sus tradiciones, tanto el baile de los chinos, como el himno cantado cada noche. Se respira una hermosa fe, llena de promesas y sentimientos que cada persona manifiesta al andar tantos km para llegar. El poder vivir esos momentos, es realmente valioso y agradezco de corazón poder formar parte de tantas tradiciones vivas.