El Papa Francisco agradeció a todos los maestros por su vocación, al decir que educar es una misión importante, que acerca a tantos jóvenes al bien, a la belleza y a la verdad.
Tantos maestros que marcaron y marcan el camino, que nos enseñan día a día y se dedican completamente a esta misión. Alicia del Valle Gonzáles, es una de tantas que va dejando su huella en cada alumno. Lleva 32 años ejerciendo esta increíble y desafiante profesión. Actualmente está en la Escuela EPET N° 2 Paula Albarracín de Sarmiento, Chilecito-La Rioja.
Nos cuenta que desde niña ya sabía que quería ser docente, siempre le gustó enseñar, pero les debe esta profesión a sus padres, los cuales fueron sus grandes maestros.
Alicia: “El afecto y tiempo que dedicaron, especialmente mi madre -porque al vivir en el campo quien se ocupaba de las tareas domésticas y de nuestra crianza era mamá, ya que papá regresaba tarde de las labores del campo- los valores que me inculcaron, la responsabilidad y compromiso al estudio, a la lectura, etc. Les doy las gracias porque a pesar de vivir una niñez, adolescencia con muchas carencias económicas, ellos con gran sabiduría supieron legarme las mejores herramientas para la vida”.
Uno de los grandes desafíos que nos compartió es que los educandos de hoy puedan sentir, vivenciar el maravilloso desafío de aprender a través del misterioso mundo de las bibliotecas de papel, de la instrucción docente, de la eficaz y valiosa ayuda de la «primera Escuela»: la Familia, que las escuelas vuelvan a contar con alumnos que jueguen, conversen, interactúen, dialoguen, canten, rían, trabajen en las aulas, cumplan con sus obligaciones escolares, estudien, pregunten, y sobre todo respeten.
Por último, alentó a todos los docentes con estas palabras: “Que Enseñar a Aprender con afecto y respeto es el más loable regalo que se le puede dar a un ser humano que no es tu HIJO”.