Fuente: ADN Celam
El Diácono permanente Geert De Cubber —belga, casado, con tres hijos, quien da testimonio del proceso sinodal de Europa en este Sínodo— fue al hueso muy descriptivamente sobre el ministerio que él mismo encarna:
“Generalmente me siento en la otra parte, no estoy acostumbrado al micrófono. ¿Cómo vivo a nivel personal este Sínodo? Puedo afirmar que yo no habría podido participar aquí sin mi familia. [Una periodista presente en la Sala de Prensa lo calificó de ‘presínodo’.] Una vez que yo fui elegido, nos reunimos en familia, me senté con mi mujer y mis tres hijos alrededor de la mesa, y compartimos si era útil o no enviar al padre a Roma durante un mes. Todos acordaron que sí y esto ha sido una bendición porque si uno de los cuatro hubiera dicho que no yo no hubiera aceptado y no estaría aquí con ustedes. Este es el punto de partida para mí. Mi experiencia de sinodalidad empieza precisamente en casa.
”Con respecto a la situación que vivimos en Bélgica —no es un secreto— somos una típica iglesia de Europa occidental que se enfrenta a numerosas dificultades porque tenemos una gran mayoría de personas ancianas y no sabemos lo que nos deparará el futuro. ¿Cómo afrontar la sinodalidad en este contexto sin permanecer en un nivel teórico-abstracto?
”Lo que yo he hecho —porque estoy implicado en la Pastoral Juvenil y soy responsable en la diócesis de Gante de la comunicación sobre la sinodalidad— es llevar la sinodalidad dentro de nuestro trabajo con los jóvenes. Y no solo en mi diócesis sino con todas las diócesis belgas, tenemos fuertes relaciones interdiocesanas. Hemos querido aunar todas estas pastorales jóvenes en una única asociación para entender cómo avanzar de manera sinodal.
¿Hay pocos diáconos en el Sínodo?
”Somos varios diáconos aquí: hay uno que es melquita, otro sirio y uno que se ordenará sacerdote. El año pasado —De Cubber participó en la Primera Fase de este Sínodo en el 2023— se dijo que no se prestaba la suficiente atención a este tema y creo que sería bueno reunir a un importante número de diáconos. Sé que en los Estados Unidos es un ministerio muy fuerte. Los diáconos no estaban del todo contentos, me he reunido con algunos de ellos porque no cuentan con una debida representación.
Diácono-puente
”Esta mañana me he dirigido a la asamblea diciendo que deberíamos pensar en el diácono como alguien que tiende puentes en el seno de su familia, con otras familias, la comunidad y la sociedad. Esto es muy típico en Bélgica y en el mundo occidental donde impera el secularismo. Lo que podemos hacer como diáconos es avanzar con coraje en los lugares donde nadie quiere ir, ir hacia aquellos que no tienen voz, que son marginados, por la Iglesia o la sociedad o ambas.
Quiero ser diácono, no sacerdote
”Inevitablemente habrá que consultar a los diáconos sobre el diaconado y hay que implicar a sus mujeres y a sus hijos que tienen la sabiduría suficiente para expresar sus opiniones. ¿Qué es ser un diácono y qué no lo es? Para mí ser un diácono, no es solo una preparación al sacerdocio, mi vocación no es ser sacerdote, quiero a los sacerdotes, amo a los obispos, los necesitamos, pero esta no es mi vocación. Debemos dialogar sobre qué es el diaconado cuando se habla del ministerio ordenado.