Día de las Infancias – Hogar del Carmen

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Hogar del Carmen: Un espacio ancestral donde la niñez encuentra amor y cuidado

En el centro de la Ciudad Capital de La Rioja, la estructura ancestral del Hogar del Carmen se convierte en un refugio de amor y contención para muchas niñas que, con historias difíciles, encuentran en sus pasillos un espacio de cuidado y protección.

El Hogar de la Virgen del Carmen de la Congregación de las Hermanas Dominicas de San José nace en La Rioja en el año 1894 luego de un terremoto que azotó a la población. En sus 125 años de servicio han albergado a cientos de niñas y adolescentes. Fue reconocido como parte de la ruta de los mártires por parte de la Secretaría de Culturas y la Secretaría de Derechos Humanos.

Administrado por las Hermanas Dominicas de San José, este Hogar no solo ofrece un techo, sino que se dedica a la formación integral de las niñas, uniendo el desarrollo humano, espiritual y emocional. La Hermana Graciela Correa Brito, miembro de esta congregación, nos abre una ventana a la vida diaria del Hogar del Carmen y comparte su visión sobre la niñez en los tiempos actuales.

El carisma de la congregación, como explica la Hermana Graciela, se centra en «el abrazo a la humanidad doliente», especialmente a través de la formación del corazón y la inteligencia de las niñas. Muchas de ellas llegan con heridas profundas, producto de situaciones familiares difíciles como el abandono, abuso o violencia. «Nosotras tratamos de crear un ambiente donde se sientan amadas, queridas y respetadas, para que puedan crecer en un entorno sano y seguro», explica la hermana Graciela.

En una época en la que la niñez parece acortarse y la adolescencia precoz se impone, el trabajo de las hermanas adquiere un valor especial. En este sentido, la hermana Graciela reflexiona que los cambios actuales “como la tecnología y la virtualidad han impactado profundamente en la niñez. Hay una erotización y una pérdida de la inocencia que son preocupantes. Es urgente que la sociedad se replantee qué espacios y medios estamos brindando para proteger esta etapa tan tierna de la vida».

– ¿Cómo es el servicio de acompañamiento que, desde hace bastante tiempo, realiza la congregación?

Hermana Graciela: «Nuestro carisma es el abrazo a la humanidad doliente. Nos enfocamos en formar el corazón y la inteligencia de la niña y la adolescente, muchas de las cuales llegan con heridas profundas, ya sea por el abandono o por historias familiares difíciles. En el Hogar del Carmen, trabajamos en equipo con las familias, brindando una educación integral que incluye formación académica y en virtudes. Fomentamos capacidades como la trascendencia, el autodominio, la autoestima y la empatía, para que las niñas puedan dar un sentido a su vida y encontrar la dignidad en sí mismas.»

– ¿Cuáles son los cambios que ustedes pueden visibilizar que afectan para bien y no tan bien la etapa de la niñez?

  1. G: «Hoy en día se busca una formación integral para las niñas, lo cual es muy positivo. Las familias están más abiertas a recibir acompañamiento, y desde el Estado se han implementado capacitaciones útiles para quienes trabajamos con las niñas. Sin embargo, también observamos un fenómeno preocupante: la niñez se está acortando y la adolescencia precoz se está imponiendo. La virtualidad y la tecnología, cuando no son bien utilizadas, están afectando profundamente a las niñas, robándoles la inocencia y la capacidad de vivir plenamente su niñez.»

Si habría que identificar aspectos que afectan a las infancias, ¿cuáles serían?

  1. G: «Uno de los aspectos más preocupantes es el lugar que los padres han dejado en la educación y formación de sus hijos. Delegar en la escuela o en otras instituciones no debe significar dejar de lado la responsabilidad principal que tienen los padres. Otro aspecto es el uso inadecuado de la tecnología y la virtualidad, que distorsiona la realidad y afecta el desarrollo saludable de las niñas.»

– ¿Cómo piensan que viven la relación con Dios las niñas que tienen situaciones complejas en sus familias?

  1. G: «La relación con Dios se va construyendo a medida que crecen, pero un elemento central en este proceso es la imagen de la Virgen. Para muchas de las niñas, la Virgen representa una figura materna, un refugio de consuelo y amor. A través de María, las niñas pueden experimentar la ternura y el amor incondicional, lo cual es fundamental para su desarrollo espiritual.»

– ¿Qué les causa felicidad a las niñas que están con ustedes?

  1. G: «Lo que más les brinda felicidad es estar en el hogar, sentirse parte de una comunidad que las cuida y las valora. El simple hecho de compartir el día a día, tener una rutina estable, sentir que tienen un lugar propio, una cama, una mochila, y saber que alguien las espera con amor, todo eso les da una seguridad y una felicidad que va más allá de lo superficial.»

«Los niños son los brotes más tiernos que tenemos”

En el Día de la Niñez, la hermana Graciela se adentra en el corazón mismo del mensaje cristiano y nos recuerda que “Jesús nos invita a hacernos como niños para entrar en el Reino de los Cielos. Esto no significa infantilizar nuestra fe, sino adoptar la confianza y el abandono del niño en los brazos del Padre».

En un mundo donde la desconfianza y la autosuficiencia parecen dominar, la Hermana Graciela destacó la urgencia de redescubrir esta actitud infantil, no como una regresión, sino como un camino hacia una fe más auténtica y vivida. «Este llamado es más necesario que nunca», aseguró con firmeza.

«Los niños son los brotes más tiernos que tenemos. Es nuestro deber protegerlos de las ‘hormigas’ que intentan robarles su infancia. Es nuestra responsabilidad brindarles un ambiente seguro y sano, donde puedan crecer en dignidad y amor”, explicó con emoción la hermana Graciela.