Fuente: ADN CELAM
Una Iglesia en constante estado de misión, que sale del templo y va hacia las periferias. Esa es la Iglesia que monseñor Vicente Bokalic Iglic, de la Congregación de Misioneros del Verbo Divino, hoy arzobispo de Santiago del Estero, vio ‘en acción’ cuando era auxiliar del cardenal Jorge Mario Bergoglio en Buenos Aires, y que también pretende impulsar como cardenal.
Se trata de una elección, la del Papa Francisco, que resultó “inesperada” para monseñor Bokalic, y que también se vincula con el hecho de que, desde hace unos meses, es primado de la Argentina, ya que el Papa Francisco estableció que la diócesis primada del País sea, precisamente, Santiago del Estero, que está ubicada en el norte del país, en consideración a que allí comenzó la evangelización de la Argentina.
“Una Iglesia descentralizada”
P: ¿Cómo recibió la noticia de que el Papa Francisco lo eligió cardenal?
R: Recibí esta noticia con gran sorpresa, estaba muy concentrado en el trabajo pastoral de la diócesis, no me siento preparado para asumir esta gran responsabilidad, pero confío en la misericordia de Dios y en la ayuda del Espíritu Santo para servir de la mejor manera a la Iglesia universal y al Papa Francisco.
P: Usted ya colaboró con el cardenal Bergoglio y lo conoce bien. ¿Cuáles aspectos le parecen muy remarcables y relevantes de la acción y magisterio del Papa Francisco?
R: Trabajé muchos años con el cardenal Bergoglio y fui su auxiliar durante cuatro años antes de que se convirtiera en Papa. Hay aspectos de su trabajo pastoral que conocí durante ese tiempo, y que continuaron una vez que el cardenal Bergoglio fue elegido Papa. En primer lugar, quiero destacar su espíritu misionero, impulsó una Iglesia abierta, en estado de misión, que sale del templo y va a las periferias, tanto geográficas como existenciales. Lo subrayó constantemente, y dio su ejemplo personal, con su presencia en lugares de dolor, de sufrimiento, de abandono.
Insistió en una Iglesia acogedora, renovada, cercana a la vida de las personas, al mundo de la soledad, de la marginación, dando siempre prioridad al Evangelio de Jesús, al anuncio del kerigma, del amor de Dios.
Luego, recuerdo la promoción del laicado, la valoración de la mujer, y siempre esa cercanía efectiva a los pobres, la prioridad a la misión, que son rasgos característicos de la propia Iglesia latinoamericana.
P: ¿Cómo piensa que podría colaborar con el Papa, desde su tarea como cardenal?
R: Me impactó la carta que nos envió, pidiéndonos que seamos hombres de oración, con una mirada amplia, que abarque el mundo entero, la realidad universal, una mirada verdaderamente universal; de nuevo, caminando “descalzos”, cerca del dolor y del sufrimiento.
Ayudar a que una Iglesia misionera y sinodal se convierta en una forma de vida de una Iglesia descentralizada, que reconoce los carismas que Dios da a cada bautizado, una Iglesia que promueve los ministerios y la promoción de los laicos, cada vez más maduros y participativos. Estas son algunas de las ideas que se desprenden de la carta y que me gustaría subrayar. Necesitamos comunidades de oración, solidarias, capaces de compasión, orientadas a la evangelización de todos.
P: Nos puede explicar las razones de la decisión del Papa Francisco sobre la diócesis de Santiago del Estero como Iglesia primada de Argentina. ¿Cómo reaccionaron los fieles a esta decisión y a su nombramiento?
R: La primera evangelización de Argentina comenzó por el norte en 1570, con la diócesis de Tucumán. Santiago fue la sede de la primera diócesis, de hecho, fue la primera ciudad de Argentina. La decisión del Papa reconoce este hecho, la gente recibió la noticia con mucha alegría, no era algo esperado.
Hay mucha gratitud en sentirse reconocido. Nosotros que ahora vivimos en una región muy pobre del país, en el noroeste, lo vivimos como una bendición de Dios. Por otro lado, esto ha despertado un renovado espíritu evangelizador, un nuevo celo misionero, especialmente hacia los más alejados, los que viven en las periferias. Verdaderamente una gran alegría, y eterna gratitud al Papa Francisco.
Biografía y trayectoria eclesial
Vicente Bokalic Iglic nació el 11 de junio de 1952 en Lanús (Buenos Aires). En 1970 ingresó en la Congregación de la Misión (Lazaristas). Estudió Filosofía en el Colegio Máximo de San Miguel y Teología en el Seminario de Buenos Aires. Profesó los votos perpetuos el 5 de junio de 1976. Ordenado sacerdote el 1 de abril de 1978, fue responsable de la Pastoral Vocacional y Juvenil en Buenos Aires, y desde 1981 ocupó también el cargo de Vicario Parroquial de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa.
De 1983 a 1986 fue formador y ecónomo, y de 1987 a 1990 superior en el Seminario de la Congregación de la Misión. De 1991 a 1993 trabajó nuevamente en la Parroquia Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, de 1994 a 1997 fue misionero en la Prelatura de Deán Funes y, de 1997 a 2000, Superior del Seminario de su Congregación en San Miguel. Misionero y Párroco en la Diócesis de Goya de 2000 a 2003, de diciembre de 2003 a diciembre de 2009 ejerció el cargo de Superior Provincial de la Congregación de la Misión. Luego fue destinado nuevamente en la Parroquia Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa de Buenos Aires. El 15 de marzo de 2010 fue nombrado Obispo titular de Summa y Auxiliar de Buenos Aires (Argentina). Recibió la consagración episcopal el 29 de mayo del mismo año.
El 23 de diciembre de 2013, el Papa Francisco lo nombró Obispo de Santiago del Estero (Argentina). El 22 de julio de 2024, el Santo Padre elevó la Diócesis de Santiago del Estero (Argentina) al rango de Arquidiócesis Primada de Argentina, y lo nombró primer arzobispo de Santiago del Estero (Argentina).
