En estos días, con motivo del Sínodo, para conocer la opinión de los vecinos hacemos visitas, así voy descubriendo cómo esta pandemia profundizó las problemáticas existentes de los más pobres. En este contexto actual vino a mi memoria la figura del Padre Armelín, un santo en la cotidianeidad. Párroco de Chamical. No recuerdo desde y hasta cuando estuvo él.
¡Pobre al extremo! remendada la sotana, pulóver, pantalones, por donde lo miren, siempre con una sonrisa. Era un hombre muy feliz y eso trasmitía.
Era nuestro Profesor de Religión en el Instituto Pío XII – actualmente Pbro. Luis Torres Molina-
¡Para desarrollar el contenido de los encuentros nos hacía analizar la letra de las canciones de Palito Ortega! Que en esa época estaba de moda y para nosotras las adolescentes, era lo mejor que nos podía pasar. ¡Cantar las canciones de Palito en clase!
¡Lo más importante! Nos enseñó a amar a todos, más allá de la condición en que se encontraban, sin juzgar : a mujeres que estaban en la prostitución, a los que tenían adicciones, a los pobres, nunca juzgar, siempre amar, siendo cercanos y escuchándolos.
Para el Padre Armelín todos éramos santos y santos.
Una anécdota: los diferentes cursos de la secundaria nos pusimos de acuerdo para regalarle el día del Párroco –creo fue allá por el año 1967 ó 1968- pantalones, zapatos, pulóver, camisa y le dijimos era para que tirara esa ropa vieja.
Pasaban los días y el Padre seguía con la misma vestimenta. Decidimos ir a la parroquia- quizá molestos o enojados- a preguntarle, sospechábamos que no la tenía y asi fue, nos dijo: “hay hermanos el albañil que está trabajando acá tenía una camisa hecho pedazos y me dijo que no tenía más, y tiene muchos hijos, no puede comprarse nada, entonces se le regalé a él”
No cabe duda que nuestro enojo creció.
Hoy de grande entendemos “que lección de amor y desprendimiento”
El Padre Armelín, es una de esas personas que dejó huellas profundas en la juventud y que personalmente, gracias a Dios por haberlo puesto en mi camino, en una etapa de formación
Ah! Otra del Padre. Todos los lunes almorzaba con un Pastor que vivía a media cuadra de la Parroquia. Nos enseñó a tratarlos bien, con amabilidad. En esos años, arriba mencionados, si un evangelista tocaba la puerta, dábamos un portazo en la nariz, ni siquiera lo saludábamos.
-. Vecina de Chamical: Cuando pienso en algún acontecimiento que quede marcado en la línea del tiempo, me viene a la mente cuando se realizó el traslado de los restos de Carlos y Gabriel a la Parroquia. fue un momento que, desde lo personal, lo viví con mucha alegría y emoción, como comunidad nos preparamos mucho, en muchos detalles, desde una flor, hasta acondicionar la infraestructura, madera especial para los cajones, todo fue con detalle. y lo mejor fue lo que se forjó en el corazón de cada uno, ahora cada vez que vamos a la Parroquia, no solo está Jesús presente, sino también Carlos y Gabriel, que son justamente la raíz de nuestra fe en Chamical.
– de una vecina chamicalense: Para mí uno de los momentos más importantes que marcó profundamente mí compromiso y misión fue la beatificación de nuestros Mártires.
Los momentos previos, la preparación para ese gran acontecimiento, lo vivido ese inolvidable día.
La iglesia riojana estaba de fiesta, para nosotros los de la parroquia de Chamical era una gracia de Dios, nuestros queridos curitas Carlos y Gabriel ya eran beatos, reconocidos por toda la Iglesia universal. Felicidad y emoción.
-. En mi caso, puedo dar testimonio de la impresión y distribución de un periódico «La voz de los Llanos» cuyo director y redactor fue el profesor Alilo Núñez (lo peor es q no recuerdo fechas)
En un principio se imprimía en la misma impresora del diario El Independiente, luego en el diario El Sol, luego en un taller particula y x último en impresora propia (q tuve el orgullo de manejarla)
Lo q no recuerdo y no tengo idea es de las fechas. Su hija Alicia debe tener algún álbum al respecto.
-. Don Alfredo Narvaéz, Pelacho para los allegados y Maestro para otros. Fue el maestro de campo, el de los primeros auxilios, el de la camioneta azul, que socorría cualquier urgencia en la perdida Escuelita Nro 304 José de Ugarteche, en el Bajo del Jumial. Llegó muy joven, levantó una escuela junto a su mujer y sus vecinos de los puestos de El Jumial, La Buena Suerte, El Alto, San Agustín y San Jesus; y ahí se aquerenció por toda su vida docente.
-. El video de la Presentación de la delegación de Chamical (con títulos, imágenes de pantalla y créditos) en la presente edición de la Chaya 2021.
Título de la obra: El agua, un Chamical y la chaya
La propuesta escénica es una obra integral compuesta por coplas y chayas tradicionales del cancionero riojano y chamicalense que en su desarrollo narra la historia de este pueblo de los Llanos en relación al problema del agua y la chaya riojana, pasando por los distintos momentos históricos que forjó esta sociedad.
En la puesta integral se intenta transmitir el sentimiento chayero que impregna a Chamical a lo largo de su celebración tradicional. Se avanza desde un momento inicial donde se evoca a nuestras raíces y nuestros ancestros, luego se representa la continuidad de la tradición ancestral a través del paso del tiempo, describiendo algunos mojones históricos de nuestro pueblo que llevaron al inicio de las chayas barriales y que hasta el día de hoy se mantienen en vigencia. Y se arriba a un final vibrante que manifiesta la alegría del carnaval riojano en Chamical a través del canto, de la danza, de sus colores, de la diversidad y la contemporaneidad. Se manifiesta como se vive y pervive el espíritu ancestral de la chaya aun en estos tiempos tan tecnológicos-digitales.
-. La gente del paraje rural Santa Barbara, recuerda con mucho cariño al Padre Gabriel Longueville. Ellos cuentan que el siempre llegaba al pueblo en su bicicleta, con sombrero por el camino costero desde el paraje de Santa Lucia, costeando el cerro a dar la misa y visitar los hogares de las familia de la zona. Cada vez que llegaba los niños corrian a su encuentro y a su lado venían corriendo acompañando al padrecito que recorría demasiados kilómetros para ir a dar misas a los pueblos. Luego de la misa era popular siempre compartir el mate o yerbiau como le dicen con pan cacero. A veces, cuando le agarraba la noche se quedaba a dormir en alguna casa de alguna familia y volvia al dia siguiente.
-. Cuenta una historia familiar chamicalense que una vez, hace tiempo, en una reunión familiar uno de los miembros de la familia había tomado en exceso. Ya llegada la noche, la familia le recomendó que no se volviera a su domicilio porque el demonio andaba suelto de noche y lo podía agarrar. El, audaz por los efectos del alcohol hizo caso omiso y decidió partir para volver a su hogar, en plena noche chamicalense manifestando que si se le aperecia el demonio lo iba a enfrentar.
No pasado un tiempo comenzaron a escuchar los gritos de este familiar ebrio. Los perros de la casa comenzaron a ladrar enloquecidos, las mujeres de la casa tomaron sus rosarios y comenzaron sus rezos, los hombres mientras tantos salieron con sus puñales a ayudar a este familiar que quiso salir. No muy lejos lo encontraron todo arañado, lastimado, sus ropas rotas. El mismo exclamaba que en ese momento, una figura oscura y maligna lo enfrento.
-. LA ÑUSTA. Esta iniciativa comercial fue de Don Elías Adi quien en la década del 60 fabricaba la mencionada gaseosa, y que llegó a competirle nada menos que a la multinacional «Coca-Cola».
LA ÑUSTA SALE AL MERCADO: La gaseosa Ñusta «Reina del Sol» sale por primera vez el 6 de febrero de 1957, convirtiéndose de esta manera en la primera gaseosa producida íntegramente en la provincia. La producción promedio en ese momento y que duró un año eran de 120 botellas ( 4 cajones ) por hora, cantidad que con el paso de los años fue aumentando gracias a la popularidad alcanzada, primero en Chamical para luego extenderse al resto de La Rioja y a otras provincias argentinas.
La Ñusta tenía seis sabores: Naranja, Pomelo; Limón; Manzana; Limper (Lima Limón) y la Chamicola, que era uno de los sabores más populares de la Ñusta, tanto fue así de su éxito que la bautizaron como la «fiebre chamicalense», y que según cuenta Don Elías tenía un sabor exótico y exquisito. La elaboración de la Chamicola era en base a un jarabe natural.
Por Augusto Agüero