Silvia Díaz de San Blas de Los Sauces y Alejandra Aciar de Guandacol son catequistas de los Decanatos San Juan Evangelista y San Pedro respectivamente.
“Adaptarse a las nuevas etapas, aprender a escuchar” son las palabras que fueron resonando en el Encuentro anual diocesano de catequistas, realizado en la ciudad de La Rioja el sábado 24 de febrero.
Una oportunidad única para renovar la misión y el servicio del ser catequista, enriqueciéndose con la experiencia del otro, con las realidades diversas que nos atraviesan y con la Palabra de Dios que nos ilumina el camino.
Te compartimos el testimonio de Silvia, que con su entrega generosa y simpatía dejo una huella inmensa en muchos corazones:
“Mi nombre es Silvia Díaz pertenezco a la parroquia de San Blas de los Sauces, hace muchos años soy catequista, actualmente la estoy coordinando y acompaño en la catequesis para adultos.
En nuestra zona una de las cuestiones de la catequesis que podemos contemplar es ante todo la formación, con qué material trabajar, por lo menos es lo que me pidieron que busque en estas jornadas. Personalmente esta experiencia que estoy viviendo en la jornada me encanta porque estoy aprendiendo muchas cosas y tengo la necesidad de darlas a conocer porque es muy importante lo que nos enseño el padre Pepe y tan cierto. Lo que más me impacto es cuando nos habló de la inclusión, que tenemos que incluir a todos, no caer en el riesgo de excluir a los niños con discapacidad, y además otro tema que me gustó mucho es de cómo recibir a las personas en las parroquias, tenemos que aprender a escuchar y responder como corresponde.
En base a mi experiencia creo que un catequista nunca le puede faltar la buena voluntad y la disposición de dar el ejemplo, ser testimonio de vida. A veces uno cree que es catequista solo porque ha hecho una formación, pero además es necesario la experiencia, esto le permitirá irse innovando tras los años que vayan pasando. También debe tener muy buena predisposición para con los niños y los jóvenes, ya de por sí son distintas realidades.
Estoy muy contenta por los años que llevo anunciando a Jesús y doy gracias a Dios por permitirme seguir haciéndolo. ¡Gracias infinitas!”
Es importante hacer una memoria agradecida por tantos rostros que con su testimonio y generosidad hicieron posible el crecimiento del Reino.
Ahora te presentamos a Alejandra Aciar que tuvo la oportunidad de participar de esta jornada. Ella pertenece a la Parroquia San Nicolás de Bari en Guandacol, hace 10 años viene acompañando la catequesis de comunión y confirmación. Ella nos compartía:
“Desde hace mucho tiempo me llama la atención el hecho de poder estar cada vez más cerca de la comunidad por el servicio que damos generosamente, de alguna manera, si bien nosotros somos parte de servidores de la comunidad, me insta a estar cada vez más cerca de las familias.
Siempre estoy esperando estas jornadas, me llena de esperanza, porque me reconforta mucho, a pesar de que uno viene con sus problemas, en este momento dejo todo atrás y estoy solo con Dios. Me voy reconfortada, con mucho animo de seguir, hay momentos que me bajoneo o quiero dejar para descansar, pero cuando participo de estos momentos se me levanta el ánimo. Sobre todo, lo que me llego a fondo es el hecho de que siempre debemos tener presente la Palabra de Dios, no tenía mucho conocimiento de ella; a pesar de que aplicamos varias estrategias en la catequesis para enseñar, la Palabra es fundamental, me siento comprometida en darla conocer.
Creo que un catequista lo que siempre tiene que llevar es la biblia, la Palabra, con ella tenemos mucho para dar, ofrecer. Más allá del don que podemos tener como catequista es importante la Palabra que no se nos caiga de la mano, con ella podemos hacer mucho bien.