Nació el 18 de marzo de 1931 en Étables, una pequeña localidad de Ardèche en el sur de Francia. Desde muy pequeño manifestó su inquietud por la vocación sacerdotal, en el año 1948 ingresó al seminario mayor de Viviers. Pero en 1952 su formación se vio interrumpida al ser incorporado al servicio militar, fue durante el periodo de la guerra colonial francesa contra los que luchaban por la independencia en Argelia, esta dura experiencia lo marcó profundamente. Como seminarista integraba el equipo de la capellanía militar, en los informes, los capellanes destacaron su desarrollo espiritual y su práctica sacramental.
En el año 1956 reingreso al seminario para terminar sus estudios de formación sacerdotal y el 23 de julio de 1957 fue ordenado sacerdote. En el año 1968 decidió responder al llamado del papa Pio XII quien alentó a los sacerdotes diocesanos a comprometerse en la acción misionera en países donde debe extenderse el don de la fe, en la encíclica “Fidei Donum”.
El 1 de febrero de 1970 llegó a Argentina, más precisamente a la arquidiócesis de Corrientes, pero antes estuvo 3 meses en Cuernavaca, México, allí participó de un curso de pastoral en el centro de formación para América Latina donde recibió clases de español y cursos sobre religión, historia política y sindicalismo de este continente.
Sacerdocio en la La Rioja
En 1971, de común acuerdo con el responsable argentino del comité episcopal Francia – América Latina se trasladó a la diócesis de La Rioja donde se sumó al proyecto pastoral de Mons. Angelelli.
El 7 de mayo de 1971 fue nombrado vicario cooperador en la parroquia “El Salvador” en Chamical (La Rioja). Los vecinos del lugar lo recuerdan como un hombre sencillo, amable y servicial que visitaba a los vecinos en bicicleta, particularmente a los más pobres y por su forma de ser era muy bien recibido por todos. Como pastor se esforzó por conocer a todo su rebaño, visitando todos los parajes de la jurisdicción parroquial y también recuerdan que fue un gran animador de la organización de Cáritas.
Gabriel fue escultor y pintor, puso este talento al servicio de la evangelización, talló un viacrucis de madera y en piedra pintó a Nuestra Señora de los Llanos, la virgen María con los rasgos propios de una mujer de La Rioja.
Durante la noche del 18 de julio de 1976, Carlos y Gabriel estaban cenando en la casa de unas religiosas, en dicho lugar se apersonaron unos desconocidos, portando credenciales y diciendo pertenecer a la Policía Federal. Pidieron al Fr. Carlos que lo acompañara hasta la ciudad de La Rioja con el pretexto de declarar a favor de unos detenidos de Chamical, Carlos oingresó a buscar un abrigo y les comentó esto pero el P. Gabriel no quiso dejarlo ir solo. Le dijo “Voy con vos”.
Sus cuerpos fueron encontrados dos días después en el paraje Bajo de Lucas, a 8 Km del templo parroquial, allí fueron asesinados.
Cabe destacar el espíritu misionero del P. Gabriel, ese espíritu lo llevó a abandonar su tierra para brindarse como sacerdote en lugares donde había muy pocos. Fue un hombre realmente entregado, misionaba y misionaba con su bicicleta, recorriendo las calles de Chamical y compartiendo con los vecinos. Esta misión lo llevo a entregarse también a su compañero de pastoral Fr. Carlos de Dios Murias, un joven de tan solo 30 al momento de ser asesinados. El P. Gabriel siempre estuvo predispuesto para acompañarlo, incluso hasta en las últimas consecuencias, sabía muy bien lo que estaba sucediendo en esa noche del 18 de julio, conocía muy bien la situación, ya habían recibido amenazas y desde el corazón expresó con firmeza: “Voy con vos”, como lo relataron las religiosas.
Con esta frase: “Voy con vos”, vivió el mayor gesto de fraternidad: “No hay amor más grande que dar la vida por los amigos” (Juan 15,13)
Este espíritu misionero impregno también a toda su familia: en dialogo con la hermana del P. Gabriel, fray Martín Bitzer (vicepostulador de la causa de los Mártires) comentó que al escuchar que él regresaba a Argentina, ella le pidió a su hija la chequera y le dio un cheque de 300 euros para la misión. Esto lo dejó sorprendido y expresó: “No solo entregaron a su hermano para la misión, siguen colaborando con las misiones”
Cabe recordar que en el año 2018, un grupo de 30 jóvenes de la diócesis de Viviers misionaron en la diócesis de La Rioja y unos años después realizó una misión pastoral durante dos años un seminarista de la misma diócesis del P. Gabriel Longueville, quien expresó: “el punto más fuerte para mí, de este encuentro con Gabriel, fue de entender y experimentar de alguna manera su fraternidad con el pueblo riojano, acompañando al beato Carlos cuando le dijo “voy contigo” a la hora de su martirio. Se hizo totalmente hermano y amigo para no dejarlo ir solo. Estuvo junto con él. Y algo de esto lo pude experimentar a través de las actividades pastorales que hice: traté de ser un hermano más para el otro, un amigo en Cristo”.
Fuente: https://radiomaria.org.ar/rm-joven/martir-de-la-fraternidad-p-gabriel-longueville/