Fuente: prensa del Sínodo
Monseñor Inácio Saure IMC, arzobispo de Nampula en Mozambique, se refirió al tema: “He sido misionero en Congo. He tenido una excelente experiencia de iniciación con los jóvenes, un grupo que intenta hacer propios los elementos cristianos. A nivel local en la Iglesia de Mozambique, contamos con iniciativas en este sentido pero, los últimos 6 años me ocupo de la Pastoral Juvenil, hemos permitido a los jóvenes estudiar juntos para concebir juntos una única pastoral para y con los jóvenes. Esto podría ayudarnos a mejorar la pastoral”.
“El sínodo nos trae una gran novedad, el 20 de octubre se celebrará la canonización del santo que pude conocer ya desde el principio de mi vocación —beato José Allamano, fundador de los Misioneros de la Consolata—. El eslogan de nuestro fundador era ‘Primero santos y luego misioneros’. La coincidencia de la canonización de nuestro fundador en el sínodo no es una casualidad”, detalló el arzobispo de Nampula.
Saure denunció también que en Cabo Delgado se vive en guerra desde el año 2017, con un saldo de 5000 muertos y más de 1 millón de desplazados. “Hoy podemos afirmar que la población ha sido abandonada. Dar a conocer esta situación durante el Sínodo puede ayudar a ver qué se puede hacer: se ha hecho mucho pero se necesita mucho más”.
“En Mozambique nos enfrentamos a serios problemas económicos. En nuestra última visita ad límina presentamos los proyectos para los seminarios pero no disponemos ni de medios económicos ni de otros recursos. El Papa nos prometió su ayuda y la posibilidad del intercambio de misioneros de África hacia Europa”, indicó el arzobispo africano subrayando un cambio en el paradigma de la misión.
