El movimiento Hogares Nuevos, tiene presencia en más de 20 países y llegó a Argentina en 1982, iniciándose en Rufino al sur de Santa Fé, por iniciativa de un grupo de matrimonios, acompañados por el Padre Ricardo Facci, motivados por la encíclica de Juan Pablo II Familiaris consortio, que también es guía en su metodología. La santidad y la alegría de las familias es la misión de este movimiento.
Pio y Marita Cabrera, referentes diocesanos generales recuerdan que la llegada a nuestra diócesis se produce en Chilecito, con un grupo de laicos con el acuerdo del Obispo de ese momento Monseñor Marcelo Colombo, quien conocía esta maravillosa obra. El párroco era Enrique Martínez, quien con gusto acogió la idea en el oeste de la provincia. Dentro de sus acciones, se realizan retiros para matrimonios donde los participantes se encuentran a sí mismos y con Cristo, recuperando la alegría del primer amor.
Hogares Nuevos, tiene algunas ramas, además de los matrimonios, como; hijos de matrimonios, sacerdotes misioneros de la familia y consagradas misioneras de la familia.
Respondiendo a las inquietudes de iglesia en la actualidad se ofrecen talleres CAC (construyendo el amor conyugal) para novios y aquellas parejas que necesitan acompañamiento.
Los encuentros del matrimonio con Cristo son conversionales, según los testimonios de las familias producen un profundo cambio en las parejas, al sacarlos de la rutina e impulsarlos a redescubrirse como pareja, recuperando los valores de la familia y resistiendo a la cultura de la muerte.
El caminar en comunidades ayuda a las familias a crecer en la fe y tomar conciencia de la importancia de tener a Cristo en sus vidas, preguntándose siempre: “¿Que haría Cristo?” antes de tomar decisiones.
Un pilar fundamental es María, Reina de la familia, para sostener a las familias y en particular a los hijos en una sociedad que muchas veces plantea desafíos que solo con fe y en comunidad se pueden superar.
Los directores y referentes recuerdan que nuestro Obispo Dante invita al movimiento a expandirse a otras zonas de la diócesis, como el norte.
Edgardo y Ángela Valenzuela, referentes en la diócesis de La Rioja, circulistas y catequistas, cuentan que viven el caminar juntos como un “nosotros” en el amor conyugal gracias a la experiencia juntos en Hogares Nuevos. Con respecto a la familia nos dicen que es allí donde nace todo como cimiento de amor para la comunidad, “la familia es la Iglesia doméstica, los hijos son importantes para transmitir todo en la sociedad” y agregan que Hogares Nuevos les cambió la vida como familia, después de participar en el primer retiro que se hizo en la Diócesis. El último encuentro, se hizo este mes en la casa de Retiros Maranatha en Sañogasta fue un reempezar después de la pandemia, una manera de activar nuevamente el movimiento, que junto a 8 familias encontraron guía y acompañamiento. Para perseverar se realiza una vez al mes una reunión con los matrimonios, llamada cartilla.
La comunidad de Hogares Nuevos nos invita a conocer la Obra y poner en valor la santidad dentro de nuestras familias para llevarla a la sociedad.