Un camino de oración centrado en la liturgia que me lleva al Cristo Total

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Es muy hermoso ver como cada persona tiene un camino único y diferente de oración, pues la oración es el dialogo con Dios y cada persona lo hace desde su profundidad que nace de su historia de vida, de la experiencia de la gracia, de lo que la providencia fue gestando en cada uno, ciertamente hay líneas comunes a todos, que surgen de las fuentes de la Biblia, la tradición y el magisterio.

Pero luego cada uno tiene su camino como lo escribe el Papa Francisco en Gaudete et Exúltate «cada uno por su camino».

Mi oración arranca como la de la mayoría con la enseñanza de mis padres, pero ya comienzan de niño las diferencias,  me gustaba ser monaguillo y de 6 años ayudaba a veces hasta 3 misas por domingo, eso fue marcando mi gusto por la liturgia , por las cosas sagradas, y lógico la gracia trabaja con lo que hay, la oración fue creciendo con esas realidades , el silencio de la iglesia antes de misa cuando todavía no llega la gente y hay que preparar las cosas, el leer la lectura en ella, la oración de acción de gracias después de comulgar, siempre todo giró en torno a la liturgia, veo que otras personas tienen su encuentro de forma fuerte o un énfasis con la Biblia y la llevan de un lado a otro con gran devoción y se ve que la Biblia es su centro, no digo que yo no ore con la Biblia, pero hay un centro y un énfasis, no excluyente, que es la liturgia.

Ermita San José del silencio y del Tinkunaco – Anjullón

Luego cuando comienzo mi camino de vida monástica, la salmodia o rezo de los salmos desde la 03:30 h AM cuando la naturaleza duerme, el monje comienza en comunidad a alabar a Dios, y si, a veces con sueño, luces y sombras, pero tenía el ideal de llegar a anciano y ser igual que algunos monjes ancianitos que van a rezar con gran fervor y perseveran hasta el final.

Mi realidad fue cambiando, pero esa coordenada no, hoy encuentra en mi ermita, en Anjullon, en una vida con rasgos de ermitaño, pero donde el diaconado marca toda mi vida, y se va convirtiendo en oración, y a pesar de que me ordenaron hace un año con 64, tuve mi primer llamado claro al » orden sagrado» a los 12 años, por eso me parece que soy diacono desde hace muchos años, es como que afloró ahora, lo que venía en el misterio viviendo en mí, todo unido a la oración litúrgica. Ella mana de los responsorios breves de laudes y vísperas “inclina Señor mi corazón a tus preceptos, dame vida con tu palabra “que se transforman en jaculatorias, las lecturas tanto de la misa como de la liturgia de las horas se vuelven mi contacto diario con la Palabra de Dios. Las preces se transforman sobre todo a la mañana que trato de comenzar temprano, entonces dispongo de un poco más de tiempo para quedarme prolongando alguna frase que resuene en ese momento, son una poesía, con una jerarquía teológica perfecta que evita sobrenefasis: epocales, zonales, personales, corrientes del momentos y modas espirituales para permanecer en lo que no cambia , que siempre está allí, porque la Palabra de Dios y Dios mismo permanece para siempre, solo uno tiene que ir ahondando y encarnando esa realidad que está allí, “Dios nos ama y sabe lo que nos hace falta“, puede haber una expresión de mayor consuelo, o en las oraciones finales o la oración colecta que nos dan el justo equilibrio de la fe de modo superlativo, donde la Trinidad tiene el primer lugar, la gracia de Dios surca todas las oraciones enseñándome a gustar y vivirla y a enamórame perdidamente de ella y querer anunciarla.  “Ilumina, Señor, nuestros corazones y fortalece nuestras voluntades, para que sigamos siempre el camino de tus mandatos, reconociéndote como nuestro guía y maestro».

«Quédate con nosotros, Señor Jesús, porque el día ya se acaba; sé nuestro compañero de camino, levanta nuestros corazones, reanima nuestra esperanza; así nosotros, junto con nuestros hermanos, podremos reconocerte en las Escrituras y en la fracción del pan».

María y José con su «corazón indiviso» y que siempre tienen una palabra: Jesús, son esenciales en mi camino de oración, me hacen vivir en el ámbito de Nazaret.

Es en la liturgia donde los misterios de la fe se van sucediendo con la armonía y la variedad propia de seres que no podemos ver todo junto sino por partes, «dejarse modelar el corazón por la liturgia«, esta síntesis es mi camino de oración, donde se nos presenta gran cantidad de santos , para que elijamos  con un «corazón católico» el que más me mueve el espíritu para avanzar en la vida de la gracia y de servicio, los santos: mujeres y varones que comparten su experiencia, y  no quiero olvidarme de los tres Arcángeles y el ángel custodio, los 4 me ayudan en mi oración.

la Eucaristía» centro y culmen de la fe, es una oración que contiene todo o la totalidad, por eso mi oración definitiva, sin la cual no puedo vivir, es la del Cristo Total, Jesús y sus plenitudes, ordenadamente amadas y amado por El en mí y en todo, porque todo fue creado por El y para El y todo se mantiene en El, y en El habita toda plenitud.

       Bendito sea Dios que nos da tantos bienes y gracias en la liturgia que se hace oración.