Servicio Diocesano de Liturgia – Diócesis de La Rioja
MENSAJE DE PRESENTACIÓN
Estimados Hermanos:
El próximo 20 de abril conmemoraremos el 90 ANIVERSARIO de la fundación de nuestra
querida Diócesis de La Rioja. En cada parroquia y comunidad estamos invitados a celebrar con espíritu agradecido este acontecimiento.
Aquí les compartimos este TRIDUO, para contribuir a la preparación de esa celebración. Tres días para rezar con los tres ejes que nos propone el Lema del año Jubilar: FE, ESPERANZA, MISIÓN. Rezaremos con la Palabra de Dios y con mensajes de los diferentes obispos que han sido pastores en la Diócesis.
Las comisiones de historia y de misión continúan trabajando para llevar adelante el recoger
la memoria del camino recorrido agradeciendo y alabando a Dios por su obra, en el primer caso, y para concretar salidas misioneras en cada rincón de la Iglesia diocesana en el segundo.
Que podamos vivir con intensidad este tiempo de gracia para también nosotros hoy renovarnos en la FE, la ESPERANZA y la MISIÓN.
¡Bendiciones y mucha paz!
+ Dante Braida
“90 años de fe, esperanza y misión”
El pasado 01 de enero nuestro Obispo Mons. Dante, en su mensaje de Año Nuevo, al culminar la solemne
procesión en honor de Jesús, Divino Niño Alcalde y San Nicolás, dio inicio a un Año Jubilar en nuestra Diócesis para celebrar el 90° aniversario de su creación acontecida un 20 de abril de 1934, nos decía nuestro pastor: “Nos convocamos desde hoy, a vivir un Año Jubilar Diocesano, que se extenderá hasta el domingo 24 de noviembre,
Fiesta de Cristo Rey. El Lema que nos acompañará es: “90 años de FE, ESPERANZA y MISIÓN1”
Un Año Jubilar es ante todo un año de gracia, “éste es el tiempo oportuno: es el día de la salvación” (2 Co 6,2). Así lo expresa el Apóstol San Pablo. Por eso, cuando se convoca un Jubileo se nos ofrece un tiempo oportuno, un espacio de penitencia y de conversión a lo largo de un año; en nuestra Diócesis podemos afirmar con seguridad que se trata de un tiempo para renovarnos en la fe, la esperanza y la misión.
Sabemos que el próximo 07 de julio será la celebración central del Año Jubilar en el marco de las Fiestas de San Nicolás. Pero para comenzar a avivar nuestro entusiasmo preparamos ahora un triduo de oración y reflexión para el próximo 20 de abril, día en que se creó formalmente nuestra Diócesis de La Rioja. Cada día del triduo nos propone reflexionar sobre uno de los aspectos del lema elegido para este año: “90° años de fe, esperanza y misión”. Las oraciones, como los textos bíblicos y los mensajes de nuestros obispos son de libre elección pudiendo ser sustituidos por otros textos según el criterio de cada comunidad.
Un Jubileo es la ocasión propicia para hacer memoria agradecida del don de la fe recibido de nuestros mayores; un tiempo de gracia para renovarnos en la virtud de la esperanza para encaminarnos con más firmeza en el desafío del anuncio misionero del Reino de Dios. Bendecido tiempo jubilar.
Equipo Diocesano de Liturgia
Primer día del Triduo: «90 años de fe…»
Ritos iniciales
- En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
- Breve acto de contrición:
- Tu que nos animas en la fe. Señor, ten piedad.
- Tu que nos animas esperanza. Señor, ten piedad.
- Tu que nos animas a la misión. Señor, ten piedad.
- Oración:
Dios todopoderoso y eterno, que en Cristo revelaste tu gloria a los pueblos de la tierra, custodia la obra de tu misericordia, para que la Iglesia, que peregrina en La Rioja, persevere con fe inquebrantable en la confesión de tu Nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Liturgia de la Palabra
- De la Segunda Carta del Apostos San Pablo a Timoteo (2 Tim. 1,3-8)
Doy gracias a Dios, a quien sirvo con una conciencia pura al igual que mis antepasados, recordándote constantemente, de día y de noche, en mis oraciones. Al acordarme de tus lágrimas, siento un gran deseo de verte, para que mi felicidad sea completa.
Porque tengo presente la sinceridad de tu fe, esa fe que tuvieron tu abuela Loide y tu madre Eunice, y estoy convencido de que tú también tienes. Por eso te recomiendo que reavives el don de Dios que has recibido por la imposición de mis manos. Porque el Espíritu que Dios nos ha dado no es un espíritu de temor, sino de fortaleza, de amor y de sobriedad.
No te avergüences del testimonio de nuestro Señor, ni tampoco de mí, que soy su prisionero. Al contrario,
comparte conmigo los sufrimientos que es necesario padecer por Evangelio, animado con la fortaleza de Dios.
- Salmo
Antífona: Feliz quien confía en el Señor
¡Alaba al Señor alma mía!
Alabaré al Señor toda mi vida; mientras yo exista, cantaré al Señor.
No confíen en los poderosos, en simples mortales, que no pueden salvar:
cuando expiran, vuelven al polvo,
y entonces se esfuman sus proyectos.
Feliz el que se apoya en el Dios de Jacob y pone su esperanza en el Señor,
su Dios: él hizo el cielo y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos.
La voz de nuestros pastores
Mons. Froilán Ferreira Reinafé2 1° Obispo Diocesano (1935 – 1964)
Carta Pastoral 1945
“En efecto: San Nicolás fue el gran custodio de la fe en Mira y en toda el Asia Menor durante las
persecuciones (…) San Nicolás ha custodiado siempre la fe en esta provincia de La Rioja, a pesar de (…), de las distancias, del abandono espiritual, de la escuela sin Dios, de las instituciones voluntariamente ajenas al espíritu de Cristo. Ese libro que su Imagen ostenta en la mano izquierda, y que nos recuerda el libro de los Santos Evangelios que siempre llevó en la mano, como hemos dicho, es el mudo testimonio de que ha velado por la pureza de la doctrina, por su constante actualidad, porque no desapareciera del hogar riojano la enseñanza (…) catecismo que hizo honrados y virtuosos a los padres y a los hijos que deseamos siga siendo siempre la mejor herencia en la familia riojana”.
Mons. Bernardo Witte3
4° Obispo Diocesano (1977-1992) Homilía: Misa Radial 26 de abril de 1987
Sentimos la necesidad de crecer en la Fe, a fin de testimoniar con valentía nuestra configuración con Cristo y su Iglesia.
Tomás, el incrédulo, en su primera etapa, haya por doquier muchos imitadores, que expresan también hoy en día: “si no veo, no puedo creer, o me cuesta creer”
Existe el peligro de una Fe mediocre o tibia. Conviene recordar la Palabra de Dios en el Apocalipsis: “tengo contra ti que no eres ni caliente ni frio. Porque eres tibio, te voy a vomitar de mi boca…”. Una Fe bloqueada por la soberbia, como el caso del fariseo, que pretendía rezar y decía en el templo: “gracias, Señor, porque no soy como los ladrones… ni como este publicano…”. Hay quienes aspiran a una Fe sin renuncias, como el joven rico que no quiso seguir a Jesús por que los muchos bienes que poseía se lo impidieron. Una Fe sin obras, que es infructuosa, como la de aquellos que preguntaran: “¿Señor, cuando te vimos hambriento y no te dimos de comer? Y el responderá: no los conozco”. Una Fe sin sacrificios, como siervo infiel que devolvió los talentos sin usarlos, viviendo sin fatigas, sin riesgos y sin frutos, esquivando el duro esfuerzo requerido para ganar el pan de cada día con el sudor de su frente. Una Fe sin compromiso sincero, cuando el Señor afirma: “el que quiera venir en pos de mí, que cargue su Cruz y que me siga”. De una Fe autosuficiente, que prescinde del Magisterio de la Iglesia. “El que los desprecia a ustedes me desprecia a Mí”, les dice el Señor.
La oración nos invita a rezar con humildad: “Señor, reaviva la fe del pueblo, a creciente en nosotros tu gracia para que comprendamos mejor la excelencia del bautismo que nos purificó, el poder que nos hizo renacer y la sangre divina que nos redimió”.
- Momento de silencio.
- Oración de los fieles.
A cada intención respondemos: ¡Señor, acrecienta nuestra Fe!
- Señor, te pedimos que en este especial año jubilar, reavivemos el don de la fe en nuestras familias, para que cada hogar crezca en un sincero testimonio de compromiso evangélico. Oremos.
- Señor, te pedimos por el don de la Fe en nuestras comunidades, para que todos sembremos con obras concretas lo que recibido de nuestros mayores. Oremos.
- Señor, te pedimos por el don de la Fe en nuestros niños y jóvenes, para que experimentando una firme confianza en Ti crezcan en un testimonio vivo de tu amor. Oremos.
- Señor, te pedimos por el don de la Fe para toda nuestra Diócesis, para que no tengamos miedo de arder en pasión por el anuncio de tu nombre. Oremos.
Confiando en que Dios hace crecer el don de la Fe rezamos: Padre Nuestro…
Ritos conclusivos
Para finalizar proponemos rezar la oración a San Nicolás, a nuestros Beatos Mártires o a nuestra Señora del Rosario de Tama.
Oración a San Nicolás
Glorioso San Nicolás, que fuiste declarado “Padre y Patrón Tutelar”, guíanos con tu ejemplo para que vivamos decididamente nuestra fe cristiana.
Enséñanos a apreciar la oración, la Palabra de Dios y los sacramentos.
Ruega, Santo Bendito, por el Sumo Pontífice, por nuestros pastores y por todos los que trabajan por hacer presente el Reino de Dios entre sus hermanos.
San Nicolás, atiende a tus devotos, que te suplican confiadamente en sus necesidades. Escucha a los enfermos y a los angustiados, que acuden a ti. Reconforta a los que están privados de la libertad y a los ancianos. Intercede ante Dios por nuestros seres queridos que han muerto, para que gocen de la alegría de los justos.
San Nicolás, protege a esta Provincia y a sus hijos, que te invocan como insigne protector.
Te suplicamos por la paz para nuestra patria, y para todos los pueblos de la tierra. Y que nuestra vida, animada por el Espíritu Santo, sea como la tuya San Nicolás, una constante respuesta de amor a la voluntad amorosa del Padre. Amén.
Oración para pedir la canonización de los beatos mártires riojanos
Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en Él y por Él manifestaste bienaventurados a los que tienen hambre y sed de justicia, y a los perseguidos y ultrajados por causa suya, te imploramos que la Iglesia en Argentina recoja y siga haciendo fecunda la siembra evangélica de los Beatos Enrique Angelelli, Carlos de Dios Murias, Gabriel Longueville y Wenceslao Pedernera.
Te pedimos la gracia de ver proclamados sus nombres
entre los santos mártires de tu Iglesia.
Que sus vidas y muertes, como testigos de la fe en Jesús, afiancen por tu Espíritu la esperanza en el corazón de tu pueblo, para que, peregrinando hacia el Tinkunaco final,
construya la paz en la justicia y el amor. Amén.
Oración a nuestra Señora del Rosario de Tama
Santa María, madre nuestra, que, en cada misterio del Santo Rosario, nos brindas al Salvador, acudimos a ti, necesitados, nos alegramos quien desde la Cruz del Señor te haya encomendado la misión de acercarnos a Él y a su Iglesia por la conversión y la penitencia. Madre nuestra del Rosario de Tama que tu presencia renueve nuestra vida, alivie nuestro ser agobiado por el sufrimiento y la enfermedad sostenga nuestra docilidad a la gracia y fortalezca nuestro amor a los demás convirtiéndonos así en testigos del amor del Padre que no vacilo por tu intermedio en darnos a Jesús. Amén.
Segundo día del Triduo: «90 años de Esperanza…»
Ritos iniciales
- En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
- Acto de Contrición:
- Tú, que viniste a visitarnos con la paz. Señor, ten piedad.
- Tú, que vienes a salvar lo que está perdido. Señor, ten piedad.
- Tú, que vienes a crear un mundo nuevo. Señor, ten piedad.
- Oración
Dios nuestro, que nos ofreces días especiales de salvación para que te reconozcamos como creador y padre de todos, ayúdanos con bondad para que, recibiendo gustosamente tus dones, podamos cumplir tu voluntad de renovar todas las cosas en Cristo. Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
Liturgia de La Palabra
- De la Primera Carta del Apóstol San Pedro (1Pedro 1,3-9)
Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, que, en su gran misericordia, nos hizo renacer, por la resurrección de Jesucristo, a una esperanza viva, a una herencia incorruptible, incontaminada e imperecedera, que ustedes tienen reservada en el cielo. Porque gracias a la fe, el poder de Dios los conserva para la salvación dispuesta a ser revelada en el momento final.
Por eso, ustedes se regocijan a pesar de las diversas pruebas que deben sufrir momentáneamente: así, la fe de ustedes, una vez puesta a prueba, será mucho más valiosa que el oro perecedero purificado por el fuego, y se convertirá en motivo de alabanza, de gloria y de honor el día de la Revelación de Jesucristo.
Porque ustedes lo aman sin haberlo visto, y creyendo en él sin verlo todavía, se alegran con un gozo indecible y lleno de gloria, seguros de alcanzar el término de esa fe, que es la salvación.
- Salmo
Antífona: La bondad del Señor, dura por siempre.
Yo sellé una alianza con mi elegido, hice este juramento a David, mi servidor:
«Estableceré tu descendencia para siempre, mantendré tu trono por todas las generaciones.»
Le aseguraré mi amor eternamente, y mi alianza será estable para él;
le daré una descendencia eterna y un trono duradero como el cielo.
La voz de nuestros pastores
Beato Mártir Mons. Enrique Angelelli4
3° Obispo Diocesano (1968 – 1976) Mensaje de Pascua 1974
Y si Cristo resucitó, todo se ilumina en nuestra vida. Tiene sentído nuestra alegría, nos inunda
interiormente una paz profunda e inquebrantable, y nuestra esperanza tiene firmeza inconmovible. Porque Cristo resucitó, todo deberá ir cambiando, en nuestro pueblo hasta lograr ser un pueblo interiormente rico, con la sabiduría de Dios, y exteriormente fraterno, con la fuerza que nos da la Fe, la Esperanza y el Amor. Andando por nuestros pueblos riojanos cómo constata uno que en muchos hermanos nuestros la pascua de Cristo es como el pan de cada día en sus vidas. La sabiduría que brota de sus labios es fruto de un Bautismo que se lo ha ido madurando interiormente, hasta hacer de la persona una presencia contagiante de la pascua. Es como si tocáramos la presencia viva de Cristo.
Pero también somos conscientes que vivir la pascua en cada uno de nosotros, y hacer de una comunidad diocesana una comunidad plenamente pascual, no es fácil. Es tarea difícil y constante; es tarea que debe ser realizada con gran serenidad interior, pacificados interiormente; es tarea exigente; sin demora y constantemente, sin miedos. Para esto nos ayuda aquello de San Pablo: “Sé en Quien creo y en Quien espero y en Quien confío”.
Partiendo de la visión de la pascua de Cristo, nuestra Iglesia Diocesana (lo hemos repetido más de una
vez) es RIOJANA y es UNIVERSAL; es Una, Santa, Católica, y Apostólica; quiere vivir cada vez más con sentido de pascua toda su vida y toda su misión evangelizadora y santificadora; y a la vez con conciencia de PEREGRINA, limitada, pobre, y en esperanza. Porque posee los signos dolorosos de la cruz; porque es precisamente “peregrina”; al mismo tiempo también posee todo el DON DE DIOS, que es el Cristo pascual.
Mons. Roberto Rodríguez5
6° Obispo Diocesano (2006-2013)
Mensaje en las Fiestas de San Nicolás 2007
Todos somos Iglesia y somos nosotros los que tenemos que ir los unos a los otros en un fecundo encuentro de compresión, justicia y solidaridad, así vivimos en la fecundidad del amor. Somos nosotros, también como comunidad eclesial, los que tenemos la misión de mostrarnos a los que viven como si Dios no existiese, para hacerles comprender las maravillas del proyecto que Dios tiene para todos los hombres y que nosotros, con la ayuda de la gracia nos esforzamos por vivirlo en la humildad y el amor.
Necesitamos un laicado comprometido y valiente, que no tema mostrar su condición de bautizados.
La Iglesia de La Rioja, bajo la protección de su Patrono San Nicolás, y con la guía del Espíritu Santo, se presenta ante el mundo como estandarte de vida nueva, que funde con el fuego del Espíritu Santo los corazones de sus hijos, para que cada uno pueda contribuir al establecimiento del Reino de Dios en el mundo de hoy.
- Momento de silencio
- Oración de los fieles:
A cada intención respondemos: ¡Señor, renuévanos en la esperanza!
- Por todos los enfermos y aquejados de dolencias, para que encuentren consuelo y fortaleza en su sufrimiento. Oremos.
- Por aquellos que enfrentan dificultades económicas y carencias materiales, para que encuentren el apoyo necesario y la providencia divina en sus vidas. Oremos.
- Por los líderes de nuestra comunidad, para que guíen con sabiduría y justicia, buscando siempre el bien común. Oremos.
- Por todos los fieles reunidos aquí, para que mantengamos viva nuestra fe y confianza en ti, Señor, incluso en medio de las pruebas y desafíos de la vida. Oremos.
Confiando en que Dios hace crecer el don de la Fe rezamos: Padre Nuestro…
Ritos conclusivos
Para finalizar proponemos rezar la oración a San Nicolás, a nuestros Beatos Mártires o a nuestra Señora del Rosario de Tama.
Oración a San Nicolás
Glorioso San Nicolás, que fuiste declarado “Padre y Patrón Tutelar”, guíanos con tu ejemplo para que vivamos decididamente nuestra fe cristiana.
Enséñanos a apreciar la oración, la Palabra de Dios y los sacramentos.
Ruega, Santo Bendito, por el Sumo Pontífice, por nuestros pastores y por todos los que trabajan por hacer presente el Reino de Dios entre sus hermanos.
San Nicolás, atiende a tus devotos, que te suplican confiadamente en sus necesidades.
Escucha a los enfermos y a los angustiados, que acuden a ti.
Reconforta a los que están privados de la libertad y a los ancianos. Intercede ante Dios por nuestros seres queridos que han muerto, para que gocen de la alegría de los justos.
San Nicolás, protege a esta Provincia y a sus hijos, que te invocan como insigne protector.
Te suplicamos por la paz para nuestra patria, y para todos los pueblos de la tierra. Y que nuestra vida, animada por el Espíritu Santo, sea como la tuya San Nicolás, una constante respuesta de amor a la voluntad amorosa del Padre. Amén.
Oración para pedir la canonización de los beatos mártires riojanos
Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en Él y por Él manifestaste bienaventurados a los que tienen hambre y sed de justicia, y a los perseguidos y ultrajados por causa suya, te imploramos que la Iglesia en Argentina recoja y siga haciendo fecunda la siembra evangélica de los Beatos Enrique Angelelli, Carlos de Dios Murias, Gabriel Longueville y Wenceslao Pedernera.
Te pedimos la gracia de ver proclamados sus nombres entre los santos mártires de tu Iglesia.
Que sus vidas y muertes, como testigos de la fe en Jesús, afiancen por tu Espíritu la esperanza en el corazón de tu pueblo, para que, peregrinando hacia el Tinkunaco final, construya la paz en la justicia y el amor. Amén.
Oración a nuestra Señora del Rosario de Tama
Santa María, madre nuestra, que, en cada misterio del Santo Rosario, nos brindas al Salvador, acudimos a ti, necesitados, nos alegramos quien desde la Cruz del Señor te haya encomendado la misión de acercarnos a Él la penitencia.
Madre nuestra del Rosario de Tama que tu presencia renueve nuestra vida, alivie nuestro ser agobiado por el sufrimiento y la enfermedad sostenga nuestra docilidad a la gracia y fortalezca nuestro amor a los demás convirtiéndonos así en testigos del amor del Padre que no vacilo por tu intermedio en darnos a Jesús. Amén.
Tercer día de Triduo: «90 años de Misión…»
Ritos iniciales
- En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
- Acto de Contrición:
- – Tú, que nos envías a anunciar tu Palabra. Señor, ten piedad.
- – Tú, que nos convocas a ser hermanos. Señor, ten piedad.
- – Tú, que nos llamas a extender tu Reino. Señor, ten piedad.
- Oración
Dios nuestro, con admirable providencia has dispuesto que el Reino de Cristo se extendiera por todo el mundo concede a tu Iglesia peregrina en La Rioja manifestar en todo tiempo al Salvador a todos los hombres. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Liturgia de La Palabra
- Del Evangelio según San Mateo (Mt. 28, 18-20)
Al acercarse a ellos, Jesús les dijo: «Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo».
- Salmo
Antífona: ¡Vayan, por el mundo, y anuncien el Evangelio!
Bendeciré al Señor en todo tiempo, su alabanza estará siempre en mis labios.
Mi alma se gloría en el Señor: que lo oigan los humildes y se alegren.
Glorifiquen conmigo al Señor, alabemos su Nombre todos juntos.
Busqué al Señor: él me respondió y me libró de todos mis temores.
Miren hacia él y quedarán resplandecientes, y sus rostros no se avergonzarán.
Este pobre hombre invocó al Señor: él lo escuchó y los salvó de sus angustias
La voz de nuestros pastores
Mons. Horacio Gómez Dávila6
2° Obispo Diocesano (1964-1968)
Auto pastoral del 30 de noviembre de 19617
“Visita misionera de San Nicolás”
No es novedad para nadie los difíciles tiempos que nos tocan vivir. Dificultades de todos los órdenes van llenando de tribulaciones nuestros corazones. (…) Estas han enfriado en muchos la piedad y las prácticas cristianas, llegándose en muchos casos hasta el abandono total de las mismas. (…) No podemos ver indiferentes, la descristianización paulatina y perseverante del pueblo confiado a nuestro cuidado pastoral. (…) Los gravísimos problemas que agitan hoy a nuestros pueblos y que van sembrando desencuentros, divisiones y odios en las relaciones mutuas (…) no son en el fondo más que reflejos del profundo desencuentro de la conciencia cristiana con su Dios.
Hoy la gran necesidad del pueblo riojano, es retomar el camino de un cristianismo vivido hasta las últimas consecuencias, es el despertar de la conciencia del cada bautizado a vivir las obligaciones que le impone el Bautismo.
Por eso, con nuestra autoridad hemos dispuesto que el Santo Patrono San Nicolás de Bari, que permanece
de celador y Patrono en su trono de nuestra Iglesia Catedral desde hace más de trescientos años, salga de su trono material donde recibe alabanzas (…) y vaya por las Parroquias y Pueblos de la Campaña buscando el trono de la carne, los corazones de tantos hijos que permanecen alejados de Dios por el error, la ignorancia o la fuerza de las pasiones.
San Nicolás va a traerlos a los pies de Señor para que en el Sacramento de la Penitencia reciban el perdón de sus pecados y en la Eucaristía alimenten su corazón hambriento de paz y de bien. La Misión será rica en frutos de salvación.
Mons. Fabriciano Sigampa8
5° Obispo Diocesano (1992 – 2005)
Homilía al recibir la visita misionera de nuestra Señora del Valle año 1995 Somos simples servidores por medio de los cuales han creído y cada uno de ellos lo es según lo que ha recibido del Señor. Somos cooperadores de Dios; ustedes, campo de Dios, edificio de Dios como dice San Pablo. Para cumplir esta tarea con el favor de Dios (…) debemos: IMPULSAR UNA NUEVA EVANGELIZACIÓN (…). FORTALECER LA VIDA CRISTIANA: Debemos revitalizar nuestras parroquias para que sean centros genuinos de Evangelización. CONSOLIDAR LA COMUNIÓN ECLESIAL: La Iglesia es un ministerio de Comunión que profesa la misma fe, celebra un mismo culto, vive la caridad fraterna y es presidida por sus legítimos pastores. PROMOVER LA PARTICIPACIÓN DE LOS LAICOS EN LA VIDA Y EN LA MISIÓN DE LA IGLESIA: Es necesario contar con un laicado evangelizado y evangelizador gestionando las tareas temporales. IMPULSAR UNA ESTABLE ACCIÓN MISIONERA EN LA DIÓCESIS: Se trata de ir con la Buena Nueva a aquellos sectores que no están suficientemente evangelizados.
Debemos mostrar que somos capaces de comprometernos con la tarea de la Nueva Evangelización. LOGRAR UNA MAYOR SOLIDARIDAD CON LOS POBRES: Queremos seguir presentes en la causa del pobre, de su dignidad, de sus derechos como persona, de sus aspiraciones a una improrrogable justicia.
- Momento de silencio
- Oración de los fieles:
A cada intención respondemos: ¡Señor, renuévanos en la esperanza!
- Por todos los que sufren soledad y desesperanza, para que encuentren consuelo en la presencia amorosa de Dios y la solidaridad de la comunidad. Oremos.
- Por nuestros gobernantes, para que busquen la justicia, la paz y la solidaridad en todas sus decisiones y acciones. Oremos.
- Por los enfermos, los marginados y los que luchan contra la enfermedad, para que sientan la presencia sanadora de Dios y la compasión de quienes los rodean. Oremos.
- Por todos los que están en camino de fe, especialmente los jóvenes y los que buscan sentido en la vida, para que encuentren en Cristo el camino, la verdad y la vida. Oremos.
Confiando en que Dios hace crecer el don de la Fe rezamos: Padre Nuestro…
Ritos conclusivos
Para finalizar proponemos rezar la oración a San Nicolás, a nuestros Beatos Mártires o a nuestra Señora
del Rosario de Tama.
Oración a San Nicolás
Glorioso San Nicolás, que fuiste declarado “Padre y Patrón Tutelar”, guíanos con tu ejemplo para que vivamos decididamente nuestra fe cristiana.
Enséñanos a apreciar la oración, la Palabra de Dios y los sacramentos.
Ruega, Santo Bendito, por el Sumo Pontífice,
por nuestros pastores y por todos los que trabajan por hacer presente el Reino de Dios entre sus hermanos.
San Nicolás, atiende a tus devotos, que te suplican confiadamente en sus necesidades.
Escucha a los enfermos y a los angustiados, que acuden a ti. Reconforta a los que están privados de la libertad y a los ancianos. Intercede ante Dios por nuestros seres queridos que han muerto, para que gocen de la alegría de los justos.
San Nicolás, protege a esta Provincia y a sus hijos, que te invocan como insigne protector.
Te suplicamos por la paz para nuestra patria, y para todos los pueblos de la tierra. Y que nuestra vida, animada por el Espíritu Santo, sea como la tuya San Nicolás, una constante respuesta de amor a la voluntad amorosa del Padre. Amén.
Oración para pedir la canonización de los beatos mártires riojanos
Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en Él y por Él manifestaste bienaventurados a los que tienen hambre y sed de justicia, y a los perseguidos y ultrajados por causa suya, te imploramos que la Iglesia en Argentina recoja y siga haciendo fecunda
la siembra evangélica de los Beatos Enrique Angelelli, Carlos de Dios Murias, Gabriel Longueville y Wenceslao Pedernera. Te pedimos la gracia de ver proclamados sus nombres entre los santos mártires de tu Iglesia.
Que sus vidas y muertes, como testigos de la fe en Jesús, afiancen por tu Espíritu la esperanza en el corazón de tu pueblo, para que, peregrinando hacia el Tinkunaco final, construya la paz en la justicia y el amor. Amén.
Oración a nuestra Señora del Rosario de Tama
Santa María, madre nuestra, que, en cada misterio del Santo Rosario, nos brindas al Salvador, acudimos a ti, necesitados, nos alegramos quien desde la Cruz del Señor te haya encomendado la misión de acercarnos a Él y a su Iglesia por la conversión y la penitencia. Madre nuestra del Rosario de Tama que tu presencia renueve nuestra vida, alivie nuestro ser agobiado por el sufrimiento y la enfermedad sostenga nuestra docilidad a la gracia y fortalezca nuestro amor a los demás convirtiéndonos así en testigos del amor del Padre que no vacilo por tu intermedio en darnos a Jesús. Amén.