Tinkunaco riojano – poema escrito por Monseñor Angelelli en 1973

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Ya se oyen galopes en la quebrada del Cerro

las cajas peregrinan una marcha de encuentro

y en las padercitas un fraile prepara

la Pascua para la raza India americana y diaguita.

Un niño vestido con la carne nuestra

es encuentro de cielo y de mamá tierra

los cerros le cantan con voces de estrellas

y en la quebrada cuajada de flor una luz se hace güeya.

La caja diaguita cargada de penas

galopa en el tiempo cantando La Chaya

llenita de harina, llenita de albahaca

con color de vino y coraje de guapa.

Ya son las 12 con rumbo de encuentro

allí ya llegan en el filo del tiempo

y al niño vestido con la carne nuestra

lo adoran los alféreces en la casa de gobierno.

Incienso y silencios se queman en la calle

no es farsa mito recuerdo es mensaje

con gritos de penas y esperanza de sangre

Así reza la caja del inca que de nuevo sale.

Porque el santo lo espera con carne de pueblo

la misma del niño que viene de alcalde

y cuando la campana canta El tinkunaco Grande

La Rioja florece en historia vida y mensaje