Séptimo día de Novena a los Beatos Mártires

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NOVENA

1. En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo.
2. Breve acto penitencial. Luego de un momento de silencio rezar el “pésame”
3. Meditación para cada día.

7° Día: “Seamos constructores de paz” 

Juan 20,19 -21

Al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, estando cerradas las  puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: «¡La paz esté con ustedes!». Mientras decía  esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor. Jesús les dijo de nuevo: «¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me  envió a mí, yo también los envío a ustedes» Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió  «Reciban al Espíritu Santo.

 Juan 16,29 – 33 

  Salí del Padre y vine al mundo. Ahora dejo el mundo y voy al Padre». Sus  discípulos le dijeron: «Por fin hablas claro y sin parábolas. Ahora conocemos que tú lo sabes todo y no hace falta hacerte preguntas. Por eso creemos que tú has salido de Dios». Jesús les respondió: «¿Ahora creen?  Se acerca la hora, y ya ha llegado, en que ustedes se dispersarán cada uno por su lado, y me dejarán solo. Pero no, no estoy solo, porque el Padre está conmigo. Les digo esto para que encuentren la paz en mí. En el mundo 9  tendrán que sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo».

“Justicia y Paz” fue el lema episcopal de Monseñor Angelelli. Dos valores que son frutos inmediatos de la vida evangélica. Ser constructores de la paz significa renunciar siempre a algo personal en virtud de un bien mucho mayor. “La paz esté con ustedes”, es el saludo de Jesús resucitado a sus discípulos. El vivir desde la resurrección nos impulsa a ser “constructores de una paz duradera”, en todos los ámbitos de nuestra vida –familiar, laboral y social- en todo tiempo ser constructores de la paz que es obra del resucitado.

DE UNA HOMILIA DE MONSEÑOR ANGELELLI

(Mensaje de Año Nuevo. 1 de Enero de 1974)

“La PAZ, (…) no es indolencia ni represión; la PAZ no se impone por el miedo, ni es fruto de componendas; la PAZ no se realiza sin el hombre y sin la sed de justicia; la PAZ es un tesoro espiritual y son dichosos los que la construyen cada día en su propio corazón y en las relaciones con sus hermanos; la PAZ necesita hombres con valentía, hombres que se comprometan en la defensa de los débiles y en promover la causa del pueblo ayudándole a que sea protagonista; la PAZ es sabiduría, es entrega y es deber; la PAZ es felicidad: la felicidad para el hombre y para los pueblos. Cada hogar, cada barrio, cada pueblo debe convertirse en constructor de la PAZ; a la PAZ la viviremos verdaderamente cuando -como cristianos- hacemos programa de nuestra vida el Canto de María en la casa de Isabel, su prima; las Bienaventuranzas (…) y las Obras de Misericordia. Construir la PAZ es ser en la vida el Buen Samaritano del Evangelio.

La PAZ es el Don de Dios; la PAZ es CRISTO, a quien nosotros consagramos cada año nuevo declarándolo nuestro “Alcalde”. La PAZ es el fruto de una tarea conjunta y laboriosa; se nos exige ser hombres veraces; creativos; serviciales; respetuosos de los demás; la PAZ exige condiciones en cada persona y en las relaciones que debemos tener como pueblo. A la PAZ la construye el joven, el adulto y el anciano; la construye el gobernante y el pueblo; la construye el legislador, el juez, el maestro; la construye el sacerdote, la religiosa y el cristiano; LA PAZ ES POSIBLE (…), SÓLO SI SE LA CONSIDERA COMO DEBER, es decir, si cada uno de nosotros trabaja por la PAZ. Por eso se nos dice (…): LA PAZ TAMBIÉN DEPENDE DE TI. Vivir este lema es ir realizando nuestro ENCUENTRO o TINKUNACO”.

  • Rezamos: Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
  • ORACIÓN PARA PEDIR LA CANONIZACIÓNDE LOS BEATOS MÁRTIRES RIOJANOS

    Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo,
    que en Él y por Él manifestaste bienaventurados
    a los que tienen hambre y sed de justicia,
    y a los perseguidos y ultrajados por causa suya,
    te imploramos que la Iglesia en Argentina
    recoja y siga haciendo fecunda
    la siembra evangélica de los Beatos
    Enrique Angelelli, Carlos de Dios Murias,
    Gabriel Longueville y Wenceslao Pedernera.
    Te pedimos la gracia
    de ver proclamados sus nombres
    entre los santos mártires de tu Iglesia.
    Que sus vidas y muertes, como testigos de la fe en Jesús,
    afiancen por tu Espíritu la esperanza
    en el corazón de tu pueblo,
    para que, peregrinando hacia el Tinkunaco final,
    construya la paz en la justicia y el amor. Amén.

Beatos Mártires riojanos. R/ Rueguen por nosotros

 

Equipo Diocesano de Liturgia y colaboradores, entre ellos Fray Miguel Ángel López  y padre Luis Liberti SVD.

Programa Mes de los Beatos Mártires Riojanos