Noche Buena 2024 – Homilía Monseñor Braida

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Homilía de Noche Buena 2024                                                                       Mons. Dante G. Braida    

La Navidad es Jesús que Peregrina con nosotros

Queridos hermanos y hermanas de la diócesis:

            “Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor.” Lc 2,11

  • Con estas palabras el Ángel anuncia a los pobres pastores la alegría del nacimiento de Jesús. Con estas palabras se nos anuncia HOY también a nosotros esta Buena noticia. Dios está con nosotros, vino para quedarse para siempre entre nosotros, para sanar, transformar y llevar a plenitud nuestras vidas.

Por eso Vivir la Navidad requiere en primer lugar recibirlo, dejarlo pasar en nuestro corazón, en nuestras familias, en cada comunidad. Es dejarnos liberar, purificar y transformar por su presencia para vivir en la vida presente con sobriedad, justicia y piedad (cf. Tit 2,11-14). Recibir, acoger, dejar que obre en nosotros la presencia de Jesús implica cultivar una actitud contemplativa, que se deja cautivar y modelar. Implica percibir las resistencias que ponemos a los cambios que nos propone el Señor y dejar que ser realice en cada uno su voluntad, como lo hizo en María.

  • Vivir la Navidad implica vivir un proceso de conversión interior y de mayor compromiso con los demás. Vivir la Navidad nos alienta a un cambio de estilo de vida donde prevalezca la sencillez, la sobriedad, lejos de todo consumismo que nos aliena o de la ‘necesidad’, que se nos impone, de comprar muchas cosas para ser felices.

La austeridad del Pesebre donde nace Jesús nos invita a vivir con lo justo y a compartir, en primer lugar, lo que no necesitamos. Nos dice el papa Francisco: “Se puede necesitar poco y vivir mucho, sobre todo cuando se es capaz de desarrollar otros placeres y se encuentra satisfacción en los encuentros fraternos, en el servicio, en el despliegue de los carismas, en la música y el arte, en el contacto con la naturaleza, en la oración. La felicidad requiere saber limitar algunas necesidades que nos atontan, quedando así disponibles para las múltiples posibilidades que ofrece la vida” (Laudato Si 223)

            Un estilo de vida consumista o una mentalidad que nos lleva a creer que el mayor consumo nos dará una vida plena y un desarrollo verdadero debe cambiar para dar lugar a un estilo de vida que nos ayude a valorar más a las personas, estén en la situación que estén, a cuidar la casa común y asumir el momento presente con responsabilidad.

  • Vivir la Navidad nos lleva valorar la familia. El Niño nace en un lugar pobre pero con la presencia de un Padre y una Madre que lo reciben con amor, con cariño y delicadeza.

La familia es el mejor lugar donde un niño puede gestarse, nacer y crecer. Por ello, aún con sus limitaciones debemos cuidar y valorar nuestras familias. Sus miembros más frágiles especialmente deben ser especialmente atendidos porque son una presencia viva de Jesús que se identificó con los más pequeños y en el servicio a ellos podemos crecer en un amor generoso e incondicional.

            Pidamos hoy especialmente por cada familia, por cada papá y mamá para que sean fieles a la misión que han recibido de dar vida, cuidarla y educarla para un desarrollo pleno.

  • Vivir la Navidad conlleva también una misión: como Jesús, ser una presencia que ayuda y alienta a los demás, que se compromete con el crecimiento de las personas, especialmente de los pobres y sufrientes; ser una presencia que busca el desarrollo integral de todo el pueblo.

Queridos hermanos y hermanas de La Rioja, como la de Jesús, nuestra vida es valiosa y se crece en la entrega generosa por el bien de los demás. Nunca crece en el encierro y el egoísmo. Pidamos en esta Navidad la gracia de superar toda mediocridad, toda tendencia al acomodamiento, a la superficialidad o a la indiferencia.

            Cuántas situaciones de necesidad vemos muchas veces cerca de nuestros hogares. Cuántas personas hoy viven solas o tristes. En la cercanía a esas realidades y en la atención a sus necesidades crece la vida cristiana y renace la Esperanza.

  • La NAVIDAD de este año es especial porque estamos iniciando un tiempo de Alegría y Júbilo por los 2025 años del nacimiento de Jesús. Un tiempo de Jubileo. Durante todo un año podremos profundizar en la Vida y Mensaje de Jesús para renovarnos en su seguimiento y ser verdaderos “Peregrinos de Esperanza”, como lo expresa su lema.

             El Papa en esta noche ha abierto la ‘Puerta Santa’ en Roma y nos llama a vivir plenamente este año. Nos dice: “Para acoger este regalo, estamos llamados a ponernos en camino con el asombro de los pastores de Belén. El Evangelio dice que ellos, habiendo recibido el anuncio del ángel, «fueron rápidamente» (Lc 2,16). Esta es la señal para recuperar la esperanza perdida: renovarla dentro de nosotros, sembrarla en las desolaciones de nuestro tiempo y de nuestro mundo rápidamente. Disponerse rápidamente, sin aminorar el paso, dejándose atraer por la buena noticia.” (Francisco, 24-12-24)

Los invito a disponernos del mejor modo para vivir este tiempo de gracia, de Jubileo, y que sea ocasión para que todos podamos crecer en la fe y el compromiso como cristianos.

En las oscuridades de nuestro corazón y de nuestro mundo tiene que brillar con más fuerza la luz de Jesús, nuestro Salvador. Debe manifestarse con más claridad la luz del Señor, en Él ‘la esperanza no quedará defraudada, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado’ como nos dice el Apóstol Pablo. (Rm 5,5).

Queridas comunidades de la diócesis, ¡Que Dios renueve en todos las Esperanza!

¡FELIZ NAVIDAD!