MISA por el BEATO Mons. ENRIQUE ANGELELLI
“Jesús dijo a todos: «… el que pierda su vida por mí, la salvará.”
HOMILÍA misa memoria del beato Mártir Enrique Angelelli y compañeros mártires.
Comunidad Angelelli, Bo Difunta Correa, La Rioja. 03/08/2024. Sab. 3, 1-9; Cor 4, 7-15; Lc 9, 23-26
Queridos hermanos y hermanas:
- Estamos reunidos aquí convocados por nuestro querido beato Mons. Angelelli que nos invita a vivir “con un oído en el pueblo y el otro en el Evangelio”
Hemos recorrido las calles de la ciudad rezando y reflexionando sobre distintas realidades que hoy nos desafían como ciudadanos y particularmente como cristianos. Podemos decir que hemos puesto un oído en el pueblo, en lo que tantos hermanos nuestros hoy padecen: Violencia Género, Trata de personas, Trabajo infantil; consumo problemático y adicciones; estigmatización que sufren muchos pobres; falta de trabajo y trabajadores despedidos; la realidad de tantas personas que han sido detenidas injustamente y la de los agravios en los medios de comunicación. Agradecemos a cada uno de los grupos que, de diferentes modos y con diferentes expresiones, han ayudado a reflexionar sobre estas realidades para que tomemos conciencia y podamos acrecentar un compromiso real con ellas.
Quisiera agregar otra realidad que hemos estado tratando en estos tiempos y tiene que ver con lo que está pasando con las denominadas “apuestas online”… que está naturalizando una conducta muy nociva para todas las personas, para la vida en comunidad y, sobre todo, para adolescentes y niños y sus familias… esta práctica adictiva, decíamos en un comunicado de la Pastoral Social, “socava la cultura del trabajo y del esfuerzo, y afecta crece especialmente entre los más jóvenes que son especialmente vulnerables ante el estímulo del juego”[1]
Ante tantas situaciones de vida que nos aquejan podemos preguntarnos ¿cómo responder a tantos desafíos? ¿Quiénes tienen que hacerlo?
- Angelelli que tuvo que enfrentar duras realidades nos enseña también que es necesario poner “un oído en el Evangelio”, poner los ojos fijos en Jesús que al asumir nuestra naturaleza humana nos enseña con claridad el camino. Recién escuchamos de El: “El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá y el que pierda su vida por mí, la salvará.”
En primer lugar es necesario caminar tras sus pasos, conocerlo, dejarnos amar por él cultivar una amistad profunda en la oración y el silencio y, al mismo tiempo aceptar que modificar las realidades que dañan la vida humana requiere la entrega de nuestra propia vida, en los servicios que asumimos, en el tiempo que dedicamos a los demás. Requiere cargar la cruz de las incomprensiones de las amenazas, de las contrariedades que encontramos en el camino. Requiere aprender a perder la vida por el bien de los demás. Requiere aprender a contemplar que, cuando asumimos estas actitudes evangélicas, se puede hacer mucho bien y contribuir a cambiar vidas. Cuánto bien se hace simplemente cuando tratamos bien a alguien, cuando lo escuchamos atentamente, cuando hacemos bien y con honestidad las tareas que nos corresponden. Siempre conscientes que “llevamos ese tesoro en recipientes de barro, para que se vea bien que este poder extraordinario no procede de nosotros, sino de Dios” Como nos decía San Pablo.
Cuando asumimos la vida desde el Evangelio siempre hay esperanza.
- Siguiendo la escucha del Evangelio, Mons. Angelelli nos enseña la importancia de trabajar juntos, con otros, en comunidad. La importancia de organizarnos y valorar los aportes de cada uno de los hermanos. Una realidad que queremos vivir decididamente fortaleciendo la dimensión sinodal de la Iglesia.
Cada una de las paradas de la marcha estuvo organizada por distintos grupos, como una expresión más de todo lo que ustedes realizan a lo largo del año.
El trabajar juntos, el generar espacios de vida comunitaria dispuestos siempre a la acogida y acompañamiento de la vida como viene es el camino del Evangelio.
Esta comunidad tiene muchos espacios de participación, hace unos días pude participar del Tantanakuy en el que compartían los pasos dados en el año y pude ver el sacrificio y la alegría con que llevan adelante tantas iniciativas. Me alegró ver el espacio creado para la escucha de la Palabra, la oración y el compartir en torno a Jesús Eucaristía. Como ese pulmón que anima todo.
Pronto se va a realizar el Encuentro de Pueblo de Artistas para poner en común la vocación de transmitir los valores del Evangelio a través de distintas expresiones artísticas.
Sus organizaciones, los movimientos sociales son un camino de realización comunitaria de muchos servicios. Los organismos del estado que acompañan con responsabilidad y subsidiariamente estas iniciativas alientan notablemente el camino comunitario y las respuestas que se dan a tantas problemáticas de este tiempo.
- Con un oído en el Pueblo y al mismo tiempo en el Evangelio se encuentra un camino de Vida plena y esperanza cierta. Sigamos andando por estas sendas.
Que cada niño que se gesta y nace pueda encontrar en cada iniciativa comunitaria una familia donde apoyarse y sentirse seguro. Que pueda experimentar en cada iniciativa, en cada gesto el amor inmenso de Dios que quiere lo mejor para él.
Queridos jóvenes, necesitamos del coraje de ustedes, de la valentía de asumir el Evangelio para que, de un modo creativo, llevar adelante muchas iniciativas para el bien de los demás, especialmente de los niños y jóvenes. Necesitamos del rostro alegre de ustedes que muestra cuánto bien se puede hacer cuando nos dejamos ganar el corazón por Dios y caminamos con otros.
Que nuestro querido Beato mártir Mons. Angelelli interceda por cada una de nuestras intenciones y emprendimientos comunitarios y misioneros. Que mirando su ejemplo aprendamos a entregar la vida en cada uno de ellos. Que escuchando sus enseñanzas nos animemos a trabajar por un mundo mejor, más justo, inclusivo y fraterno. Así sea.
[1] Mensaje de la Pastoral Social Argentina. Apostar no es un juego, 10-07-24