Nuestra Señora del Rosario
“María del Rosario, presencia en el corazón de la historia riojana”. Mucho tienen que ver los dominicos en la Evangelización de América. La Orden de Santo Domingo es una de las grandes corporaciones religiosas que procedentes de España, se dedicaron a propagar el Evangelio en el Continente Americano. Los primeros dominicos que vinieron al Nuevo Mundo llegaron a la isla de Santo Domingo, a mediados de septiembre de 1510: Pedro de Córdoba, Antonio Montesinos, Bernardo de Santo Domingo y Domingo de Villamayor. El 21 de diciembre de 1511, en un sermón pronunciado por fray Antonio de Montesinos en nombre de los dominicos de la Isla, se inicia el primer movimiento en defensa de los naturales.
Los dominicos llegaron por primera vez a territorio argentino 40 años después acompañando la primera expedición conquistadora del Tucumán, confiada a Juan Núñez del Prado, a mediados de 1549. El padre Alonso Trueno, capellán de la expedición fue el primer sacerdote dominico que llegó a La Rioja en los primeros meses de 1553. Juan Ramírez de Velasco declaró patrono de la iglesia matriz a San Pedro Mártir, santo dominico muy venerado en aquellos tiempos. El convento se funda en 1620, y es actualmente Casa de la Asunción.
Desde sus comienzos desarrollaron una obra espiritual, educacional y social; uno de los más conocidos es fray Laurencio Torres, maestro en Sagrada Teología, educador insigne; destinó una celda para dar clase a 50 niños cuando no había escuela alguna en la ciudad.
Por los diversos pueblos de nuestra Provincia y en los lugares más solitarios se encuentran vestigios de ese andar misionero. Una antigua tradición nos dice que los dominicos establecieron una casa en Tama (Ángel V. Peñaloza) alrededor del año 1587. Fueron los sacerdotes dominicos llegados a los llanos los que propagaron la devoción a la Virgen María, bajo su advocación de “Virgen del Rosario”. El templo de la Parroquia de Tama estaba en la hoy esquina de la plaza principal, hasta el año 1887 cuando se construyó el nuevo. Para reunir fondos para la construcción de la Iglesia nueva, recorrieron la región con una imagen de la Virgen del Rosario, pintada sobre una lata de zinc. En 1900 se compra la imagen de “La Patroncita”, y en 1920 la imagen en yeso; estas dos imágenes son veneradas e invocadas, siendo las fiestas patronales el primer domingo de octubre.
Es Polco un pequeño pueblo ubicado cerca de Chamical, donde se venera a la Virgen del Rosario, con una fiesta multitudinaria, el primero y segundo domingo de octubre. Cuenta una antigua tradición que a mediados del siglo XVIII, en época de una terrible sequía, un arriero procedente de Santiago del Estero, imploró al cielo pidiendo la intercesión de la Madre del Rosario, por agua para su ganado. El milagro fue concedido y el agua brotó entre las piedras. El arriero agradecido, trajo a Polco la primera imagen de la Virgen, y es tanta la devoción de sus fieles, que ha sido erigido como santuario mariano.
La patrona de Chuquis, en el departamento Castro Barros es la Virgen del Rosario, como herencia de la evangelización de los padres dominicos ligados a Chuquis desde los comienzos, cuando don Gabriel de Mercado y Reynoso compró la Merced de las Aguadas de Chuquis y Pinchas en febrero de 1646. La imagen actual es de 1914 y su fiesta se celebra el tercer domingo de octubre, en coincidencia con el día de la madre; encabeza la procesión por calles del pueblo la imagen de Santo Domingo.
En 1829, Pedro Ignacio de Castro Barros, dilecto hijo de Chuquis, escribió el “Panegírico de María Santísima Nuestra Señora, bajo el augusto título del Rosario o de la Victoria”. Se trata de una predicación sobre el significado de cada una de las palabras del Ave María y de cada uno de los Misterios del Rosario. Dice entre sus párrafos que el rosario es “un místico compuesto de cuerpo y espíritu, en que tributamos a Dios y a María Santísima las mejores alabanzas. Se entiende por cuerpo del Rosario, aquel maravilloso rezo de quince Padre Nuestros y ciento cincuenta Ave Marías que rezamos; y por su espíritu, aquella seria meditación de los misterios gozosos, dolorosos y gloriosos.” También se lee esta súplica: “Virgen Madre de Dios y Señora Nuestra: alcanzadme de vuestro Hijo Sacramentado el auxilio que necesito para alabar debidamente las glorias de tu santísimo Rosario. Imploro esta gracia, según la loable costumbre que nos dejó vuestro siervo Domingo, con la misma salutación de que se valió el ángel.”
En abril de 1976, el Obispado de La Rioja confió al cuidado de la Comunidad Dominicana, una amplia zona de Los Llanos ubicada al naciente de la ciudad de La Rioja en el departamento Capital. No hay pueblos; son pequeñas poblaciones llamadas “puestos”.
Promocionar, aconsejar, asesorar, es un trabajo material que unen a su labor apostólica los religiosos y laicos dominicanos. De este paso, se mantienen dos fuertes devociones a la Virgen del Rosario en Puerto del Valle y en Anchico, y tienen su origen en la misión apostólica de la Cofradía del Rosario. Un dato significativo es que, en 1895, estuvo en El Barreal, fray Reginaldo Toro y les dejó una cruz para que construyeran un pequeño oratorio.
La Cofradía del Rosario es una asociación de laicos originada en la segunda mitad del siglo XV con la finalidad de honrar a la Santísima Virgen y pedir su protección e intercesión a través de esta plegaria. La Cofradía de La Rioja fue fundada por fray Juan de Santa María Romero, siendo superior, en 1929.
Dos imágenes están ligadas a su historia: La Virgen de los Naturales, que actualmente ocupa el nicho central del templo y data del año 1600 aproximadamente, y Nuestra Señora de los Españoles, cuya imagen del siglo XVIII está actualmente en el Museo Sor Leonor de Santa María Ocampo. De esta imagen era devoto Don Ángel Vicente Peñaloza y le donó una manta de tejido fino, para la confección de un hábito.
Transitamos también el Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia. En aquellos años en los hogares se practicaban con devoción la fe católica; los días se desarrollaban al tañido de las campanas, cuando despuntaba el alba se oía el rítmico sonido de los bronces para anunciar el Ángelus, que volvía a repetirse al mediodía y al atardecer.
La Iglesia Dominicana fue, como la de San Francisco, centro de enfrentamientos durante las invasiones inglesas y a ella concurrieron hombres y mujeres comprometidos con la emancipación, que pertenecían a la Tercera Orden, como Manuel Belgrano que pidió ser sepultado en ese templo.
Hablar del caminar de los dominicos, significa estar en presencia de la santísima Virgen María en su advocación del Rosario. La tradición narra que el rosario le fue revelado a Santo Domingo en sus primeras luchas, como oración y como modo de predicación. En cada Misterio, en cada Ave María, es la Virgen maestra y compañera de camino”.
Cofradía del Rosario
Convento Santo Domingo