Jubileo de la Casa Común – Cuidar la tierra desde su raíz

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En el mes de la creación, la Pastoral Social junto a espacios ambientalistas y recuperadores urbanos, organizaron el Jubileo de la Casa Común, al cumplirse diez años de la Carta Encíclica “Laudato Si”. El Jubileo de la Casa Común se llevó a cabo la mañana de este sábado en Las Padercitas, fue la oportunidad para reflexionar sobre la tierra en la que habitamos y cómo la habitamos. 

La jornada, que se realizó el sábado pasado, empezó poco antes de las 10 de la mañana alumbrada por el cántico “A las criaturas” de San Francisco de Asís y la posterior disertación de Carlos Brizuela, Coautor del libro “Ambiente y desarrollo sostenible”, profesor de Antropología médica de la universidad Barceló y Director del proyecto de extensión “Formando líderes en cambio climático y salud”.

Brizuela comentó sobre la realidad climática de La Rioja, la emergencia hídrica y la presencia de glaciares y periglaciares en la cordillera riojana, que podrían abastecer la demanda de agua de la ciudadanía. “El consumo doméstico equivale a un 8% de la demanda de agua, mientras que las fábricas textiles consumen un millón de litros de agua por día” dijo Brizuela y apeló a la conciencia ciudadana sobre el cuidado del recurso.

“La tierra, nuestra casa parece convertirse en un depósito de porquería”, decía el Papa Francisco en su carta Encíclica y Brizuela abonó la idea diciendo que para cuidar el planeta “Es necesario cambiar el estilo de vida. Es necesario crear una conciencia ecológica”.

Esa conciencia ecológica o espiritualidad ecológica es una invitación a vivir el Evangelio reconociendo la dignidad de las personas y el valor de la creación de Dios. “Haciendo uso responsable de los recursos, siendo conscientes que no solo las personas habitamos esta tierra, sino todo un ecosistema” refirió Brizuela.

Luego de la exposición que mantuvo la mirada atenta de jóvenes y adultos entres las paredes de piedra del templo de la Iglesia Tinkunaco; las montañas fueron escenario para que los presentes pudieran reflexionar en pequeños grupos. Reciclaje, participación ciudadana, minería, problemáticas ambientales y acción social, fueron algunas de las temáticas abordadas en los grupos. Que luego de su tiempo de debate, pusieron en común compromisos personales y grupales para cuidar la casa común.

Al final de la jornada, como un signo de cuidado se plantó un olivo en el predio de la Iglesia y se recibió la bendición por parte del sacerdote Carlos Baigorrí y Fray Julio, reafirmando la invitación a vivir los valores del Evangelio en el cuidado de la casa común, entre personas y con toda la creación.