Fabián Vega Oliva es el menor de 4 hermanos, sus padres son; Manuel Domingo Vega (difunto) e Isabel del C. Oliva. Nació y vivió hasta los 18 años en Guandacol (Dpto. General Felipe Varela), La Rioja. Tiene 37 años de edad, estudió Abogacía y Teología y Religiones Comparadas en la U.N.LaR.
Aquí su historia de seguimiento y consagración a Jesús.
Sentí que el Señor me invitaba a seguirlo y entregar mí vida el día miércoles 20 de Enero de 2010 en la Misa de 9 de hs presidida por el Padre Héctor Montiel, en la Iglesia Catedral de La Rioja, tenía 24 años, sin embargo mí respuesta se hizo esperar 5 años más.
Antes de ingresar al Seminario participé en distintas actividades pastorales en la Parroquia del Señor y Virgen del Milagro de la Ciudad Capital de La Rioja como Catequesis, Liturgia, Grupo de Oración “Gloria de Yahve” de la Renovación Carismática Católica, en la Zona Sur de la ciudad, misionamos junto a un grupo de catequistas y dimos origen a la catequesis y a la Comunidad Sagrado Corazón de Jesús (hoy perteneciente a la Cuasi Parroquia Divino Niño Jesús). A nivel diocesano, fui miembro del Equipo Coordinador de la Renovación Carismática Católica en dos períodos consecutivos, por mandato de Mons. Roberto Rodríguez y Mons. Marcelo Colombo.
El 8 de Febrero de 2016 ingresé al Seminario Mayor Ntra. Sra. de Loreto de la Arquidiócesis de Córdoba, donde realicé los cinco primeros años de la formación inicial. A partir del 27 de Febrero del 2021 continúe mí formación en el Seminario Ntra. Sra. de Guadalupe y San José de la Arquidiócesis de San Juan de Cuyo. Actualmente estoy cursando el último año de la formación inicial y desarrollo mi actividad pastoral desde el año 2022 en la Parroquia Inmaculada Concepción de la Localidad de Chepes, junto al Padre Lucas Barroso.
Mi camino de misión, inicia todos los viernes a la tarde cuando emprendo el viaje desde San Juan a Chepes y concluye el lunes a la mañana cuando regreso al Seminario. Las actividades que realizo en el lugar son diversas, como por ejemplo; formación de Catequistas, de Animadores de la Palabra y Ministros del Consuelo, Pastoral de la Escucha, acompañamiento a los enfermos y trabajadores de la salud en el Hospital Regional Luis Pasteur, compartir y celebrar la Palabra de Dios junto a los hermanos de las comunidades rurales, en fin participar de la vida cotidiana del pueblo que congrega en la ronda del mate y en la mesa familiar que celebra la vida. Si bien, puede parecer mucho lo que realizo o hago, pero considero que es mucho más lo que recibo, de un pueblo humilde, alegre, sencillo y siempre fiel a Dios, que en medio de tantos dolores, sufrimientos y necesidades sigue glorificando y buscando el rostro del “Resucitado” por medio de la “Purísima Concepción y San Juan Bautista”.
Es en medio del pueblo, de tantas carencias y padecimientos, donde puedo salir de mí mismo, para donarme a los demás y ver en cada hombre, en cada mujer, en cada niño/a el rostro del Dios de la vida.
En estos 8 años de formación, he vivido momentos de tristeza y de desolación, pero han sido mucho más, los momentos de alegría y gozo, no sólo por la entrega y la vida compartida con los demás, sino también porque Dios ha ido transformado mí corazón y mi vida.
¡Decirle sí a Dios y a su llamado, es encontrar la vida, que se dona, se parte y se reparte con los demás! ¡Decirle sí al Señor, es lo mejor que me puede haber pasado en la vida!