El Papa Francisco: una vida inspiradora para vivir el Evangelio

0
84

 

                                                                 

Homilía Mons. Dante Braida acompañando las  exequias del Papa Francisco fallecido el 21 04 2025

Iglesia Catedral y Santuario San Nicolás de Bari, La Rioja. 25/04/2025 Evangelio: Jn 21, 1-14

Queridos hermanos y hermanas:

  • ¡Cristo Vive y te quiere vivo! Con esta frase comienza la exhortación Christus Vivit, del papa Francisco a los jóvenes[1]. Nunca más oportuna esta expresión en estos días que celebramos la Pascua. En el evangelio contemplamos una aparición del Resucitado en la vida cotidiana a los discípulos que estaban pescando. Y esa aparición los sorprendió y les llenó de vida la existencia. Hizo renacer en ellos la esperanza.

Hemos vivido con intensidad la semana santa y celebrado con alegría la resurrección del Señor, sin embargo el día lunes nos levantamos con la noticia del fallecimiento de Francisco. Nos quedamos como paralizados, desconcertados. Nos costó reponernos hasta que fuimos asimilando y aceptando esta realidad. Cada uno puede contar cómo recibió la noticia y cómo lo afectó. Poco a poco nos fuimos reponiendo tratando de hacer memoria de lo que hemos vivido con él, de sus enseñanzas, de sus ejemplos, de sus gestos, de su sentido del humor. Y eso nos hizo recomponernos, como que fuimos resucitando de a poco y mirando su partida con un corazón más agradecido. Y esa memoria nos fue devolviendo la esperanza.

Esta misa que reúne a tantos fieles procedentes de diversos ámbitos nos habla de que cada uno en su lugar en la sociedad ha recibido algo de Francisco. Aquí estamos reunidos quienes participan del ámbito de la educación, de la vida familiar, de la política, del sindicalismo, de los movimientos sociales; del ámbito de la salud. Hay personas de la Capital y también del interior, veo hermanos de Chamical por ejemplo. Hay muchos agentes de pastoral de distintas áreas: catequesis, cáritas, movimientos, pastoral de juventud, pastoral social, etc. Etc.  En estos años para todos nosotros Francisco tuvo palabras alentadoras y enseñanzas precisas para que vivamos la  propia misión.

  1. Qué bueno recordar algunas enseñanzas para los jóvenes cuando les dice: “No dejen que les roben la esperanza” (107), busquen el gran objetivo de la santidad. “Ser joven no sólo significa buscar placeres pasajeros y éxito superficial. Para que los jóvenes alcancen su meta en el camino de la vida, la juventud debe ser un tiempo de donación generosa, de ofrenda sincera” (108). “Si eres joven, pero te sientes débil, cansado o decepcionado, pide a Jesús que te renueve” (109). Pero recordando siempre que “es muy difícil luchar contra… las trampas y tentaciones del diablo y del mundo egoísta si estamos aislados” (110). Por ello se necesita una vida comunitaria. «No debemos pensar» –escribe Francisco– que “Jesús era un adolescente solitario o un joven que pensaba en sí mismo. Su relación con la gente era la de un joven que compartía la vida de una familia bien integrada en el pueblo”, “nadie lo consideraba extraño o separado de los demás” (28).

Y en la Jornada de la Juventud de Lisboa les decía “no sean administradores de miedos sino emprendedores de esperanza”

Queridos Jóvenes, déjense inspirar por estas alentadoras palabras del Papa y busquemos vivir plenamente la vida, caminando juntos y dando lugar a nuestros sueños.

3-Cuánto el papa nos enseñó también para trabajar por un mundo más justo donde cada uno ocupa su lugar y es protagonista de un cambio y el desarrollo de la sociedad. De muchas maneras puso en evidencia a los descartados de hoy por ser migrantes, por padecer hambre, por estar presos.

  1. En muchas ocasiones nos exhortó a vencer la indiferencia y todo tipo de letargo que impide un compromiso real con las problemáticas de hoy. Trabajar por la justicia social, por una sociedad más justa e inclusiva donde prime el diálogo, la búsqueda de acuerdos y el trabajo en común es posible cuando hay corazones e instituciones que se animen a propuestas superadoras que venzan todo tipo de polarizaciones y podamos avanzar juntos.
  2. Durante su pontificado promovió una visión integral de la educación. Su llamado al Pacto Educativo Global interpela a toda la humanidad a reconstruir el vínculo entre generaciones, culturas y saberes haciendo hincapié en la inclusión, la fraternidad y el compromiso ambiental; en recomponer los vínculos entre escuela, familia, comunidad, política y cultura. Fue crítico de los modelos competitivos o utilitaristas del saber y se orientó hacia una pedagogía del encuentro, la solidaridad, el bien común y el respeto a la condición humana. Esta propuesta se las hizo a docentes, estudiantes, líderes religiosos, dirigentes sociales, intelectuales y gobiernos. Toda una propuesta para repensar la educación. Decía “El mundo necesita una nueva educación, que no se limite a transmitir información, sino que forme personas dispuestas a comprometerse con el otro y con el planeta” considerando que la educación es un derecho universal y no tiene que ser un privilegio para pocos o una mercancía.
  3. Mirando hacia adelante, seguramente tendremos que seguir profundizando sus enseñanzas para cada ámbito, pero sobre todo dejar que trabaje en nosotros su ejemplo para profundizar nuestro vínculo con Dios y nuestro compromiso con el prójimo, particularmente con el más pobre.

Al finalizar su existencia también nos dejó un mensaje sobre la misma muerte: “La muerte no es el fin de todo, sino el comienzo de algo. Es un nuevo inicio”. Lo dice en un libro en el que habla de la vejez. Allí también expresa que envejecer no es un problema en sí mismo, sino una oportunidad espiritual y humana, según cómo se viva. “Es cierto que envejecemos, pero ese no es el problema: el problema es cómo envejecemos”, señaló. “Si acogemos con gratitud y reconocimiento el tiempo (incluso largo) en el que experimentamos la disminución de las fuerzas, el aumento del cansancio corporal, los reflejos ya no iguales a los de la juventud, pues bien, incluso la vejez se convierte en una edad de vida”.

Querida comunidad aquí reunida, vivimos la partida, las exequias de un hombre que nació en esta tierra y vivió plenamente cada etapa de su vida. Sirvió como consagrado en los jesuitas, luego como obispo a la iglesia Argentina y como Papa a toda la humanidad.

Demos lugar amplio a la gratitud y el gozo por ver realizado en él el sueño de Dios.

Tomemos este testimonio para vivir plenamente cada etapa de nuestras vidas como tiempo de conversión, crecimiento y servicio generoso.

Que María nuestra Madre a quien tanto quiso Francisco nos ayude a ser fieles al camino de su hijo. Que el testimonio de nuestros Mártires, tan valorados por Francisco nos ayuden a vivir con generosa entrega la misión que Dios a cada uno nos encomienda

¡Gracias Francisco! ¡Gracias, gracias, gracias!

[1] Papa Francisco