El gran mosaico del Sínodo – Clericalismo, rol de bautizados y la necesidad de oración para todos

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Fuente: Periodista Virginia Bonard

Sínodo de la Sinodalidad, Vaticano, 4 al 29 Octubre 2023

Con la coordinación de Cristiane Murray , vicedirectora de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, hicieron uso de la palabra Paolo Ruffini , prefecto para el Dicasterio de la Comunicación; Sheila Pires, Secretaria de la Comisión de Información del Sínodo; cardenal Cristóbal López Romero, arzobispo de Rabat, Marruecos; padre Agbonkhianmeghe E. Orobator SJ, teólogo; monseñor Anthony Randazzo , obispo de la diócesis de Broken Bay, Australia, Federación de Obispos Católicos de las Conferencias Episcopales de Oceanía; profesora Renée KÖHLER-RYAN, testimoniante del proceso sinodal de Oceanía.

TEXTUALES

RUFFINI: “Esta mañana en la 11° Congregación General tomamos los temas B2 y mañana haremos lo propio con el B3 de Instrumentum laboris. Mañana participaremos de la Audiencia General y la Santa Misa. Son dos ocasiones muy importantes que serán transmitidas en directo por You Tube. Hoy compartimos en recogimiento el Día de Ayuno por la paz propuesto por el cardenal Pizzaballa. El Papa invitó a “unirse a la fuerza santa de la oposición a la fuerza de la guerra”. Tuvimos fuertes momentos de oración. Ayer a la tarde contamos con 330 participantes en el aula; hoy a la mañana fuimos 345. Ayer por la tarde hablamos de cómo superar el clericalismo que obstaculiza la comunión; la posibilidad del diaconado femenino y en general del rol de las mujeres recordando que Jesús estaba rodeado de mujeres; la relación entre liderazgo y servicio como lugar de comunión; de agradecimiento que debemos a los sacerdotes por su servicio”.

PIRES: “Hoy seguimos con el módulo B2 del Instrumentum laboris, puntualmente el B2, 5 que toma el tema de los obispos. Se habló de su rol en la Iglesia, deben promover el diálogo ecuménico e interreligioso, de la necesidad de hacer más consultas para nombrar obispos, que puedan adoptar un estilo sinodal, que puedan consultar a entidades por temas económicos ya que el obispo precisa de asesoramiento en temas legales y tantos más, es necesario que el obispo hable con profesionales de áreas específicas, que todos los obispos se relaciones entre sí incluyendo a los nuevos, deben estar cerca de las víctimas de abuso, ser padres que expresen amor y cuidado. Y se enfatizó en rezar por los obispos: todos los bautizados deben hacerlo”.

LÓPEZ ROMERO : “Vengo de Marruecos. Tengo una impresión muy positiva del Sínodo y soy fanático de la sinodalidad. ¿Por qué? Daré mis razones que son dos. La primera: esto que estamos viviendo NO es el sínodo, esto es una asamblea de sínodo. Hasta ahora ha habido centenares de miles de encuentros en parroquias, escuelas, conferencias episcopales… en todas partes del mundo. Esto ya ha valido la pena porque ha supuesto un conocimiento de unos con otros. Que pase el sínodo y la sinodalidad se quede. Y todo en un clima espiritual: ninguna reunión sin la Palabra de Dios. La segunda: la organización del Sínodo tiene en sí misma un mensaje, la consulta extendida a cristianos y no cristianos, las asambleas continentales, que haya mujeres, laicos y presbíteros, todo esto es un mensaje. Y que no hayamos usado la sala del sínodo, esta situación en mesas redondas indica mucho. También y por supuesto, el método de la conversación en el Espíritu, en un ambiente libre y fraterno, todos juntos, laicos y cardenales, todos sentados en la misma mesa. Y dos advertencias: no pretender que en este sínodo hablemos de todos los temas y no esperar revoluciones en esta etapa porque falta un año de trabajo, cuando volvamos a casa no nos iremos de vacaciones sino que seguiremos en etapa de sensibilización y con los ojos bien abiertos”.

Renée KÖHLER-RYAN :* “Este es un momento muy emocionante, de escucha de la Iglesia universal con perspectiva de oración. ¿Lo que veo más significativo? La presencia de laicos y de mujeres. También hay miembros de otras religiones: es una oportunidad increíble de vernos como Iglesia universal, hay enseñanzas globales que nos ayudan a todos, aprendemos diferentes maneras de hacer las cosas. Un punto importante: no todos pueden acceder a la tecnología en el mundo, vivimos en distintas culturas. Entre esta asamblea y la próxima de 2023 tenemos oportunidad de orar para llegar a todos”.

RANDAZZO: “Este es mi primer sínodo. En Australia trabajamos el sínodo a nivel local, regional, juntas las 4 conferencias episcopales en consulta con laicos, el clero, los diáconos. Nos reunimos en mesas redondas en escucha profunda de Dios ara escucharnos como Iglesia de Oceanía. En nuestro continente el agua es muy importante por eso la importancia de generar canales de comunicación: lo digital aquí es muy útil. Si hay aislamiento hay que superarlo. Tenemos que reflexionar cómo hablamos entre nosotros de nosotros. En la pausa-café nos encontramos todos los continentes: es maravilloso. Un punto focal que indica el Papa: este sínodo no brota de la nada sino de la realidad humana en todo el mundo. ¿Cómo podemos trabajar juntos todos los cristianos como discípulos del Señor? Todos podemos contribuir al mundo que vivimos”.

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OROBATOR : “Marco tres puntos. Soy un teólogo y, según mi experiencia, estamos atravesando un proceso de la Iglesia que es increíble, de gran cambio, y una gran oportunidad para nosotros teólogos de ir a lo profundo de estos cambios. Mi pregunta es ¿cuál es la levadura de este proceso? Lo segundo: analizo el proceso, que es muy enriquecedor, el marco de la escucha que ayuda al diálogo y al discernimiento que seguramente nos llevará a seguir nuevas maneras que prescindan de nuestras procedencias. Agradezco personalmente este proceso. Lo tercero: en la sala del sínodo se da una gran diversidad, es muy importante comprender el gran mosaico eclesial. En mi mesa somos todos de países distintos: brota la sabiduría”.

La última pregunta llamó la atención porque motivó una respuesta contundente de todos en la mesa, aquí la de Ruffini: “Nosotros estamos en el medio del camino de sínodo, decir que es ‘solo una mesa redonda’ es mentira. Es una mesa de discernimiento”. Se sumó Orobator: “Todos los temas se tratan con seriedad y pasión”. Y también Randazzo: “Este sínodo cambiará la vida del día a día de la Iglesia”. Y López Romero : “Paciencia mucha, esperanza toda”. Y Köhler-Ryan : “Hay encrucijadas pero necesitamos tiempo para analizar todas las temáticas”.

LEONARDO STEINER : “Yo procedo de la región amazónica, ahí la Iglesia tiene una larga experiencia en sinodalidad. Nuestras asambleas prevén la participación de laicos y laicas, y representantes indígenas. En la Iglesia de Manaus emprendimos el camino sinodal consultando a más de 1000 personas. Estas respuestas fueron nuestra contribución a este sínodo. El sínodo es un proceso. No buscamos soluciones. Hacemos ejercicio de sinodalidad. Claro que tomaremos decisiones pero todos intentamos participar y compartir experiencias considerando la misión de la Iglesia en la evangelización. Le agradecemos al Papa por este sínodo, para nosotros es un aliento más para escucharnos entre todos. Nosotros escuchamos a las culturas indígenas y desde ahí compartimos el Evangelio”.

Wyatt OLIVAS : “Es muy entusiasmante estar aquí. El Papa quiere escucharnos. Yo tengo 19 años, vengo de una pequeña ciudad (Wyoming) norteamericana. Soy escuchado y veo distintas perspectivas del mundo”.

 

ZBIGŅEV STANKEVIČS : “Yo vengo de Letonia donde somos menos de 2 millones de habitantes y los católicos somos menos del 20%. Cuando conocimos la experiencia alemana del proceso sinodal hubo un cierto rechazo, por eso invitamos al cardenal Grech que nos explicó el sínodo. Actualmente trabajamos el sínodo intensamente. La tarea principal de este sínodo es escuchar a todos: al conjunto de los cristianos, a los que no lo son, a los no creyentes. Y nos vamos preguntando: ¿qué dice el Espíritu Santo a la Iglesia hoy?, ¿cómo podemos ampliar el reino de Dios en el presente? Recordemos que el Concilio Vaticano II nos dijo que hay que despertar al gigante. Tenemos un enorme desafío por delante. Debemos despertar los carismas dormidos y descubrir caminos para aplicarlos a la Iglesia. Otro tema muy importante: el don especial de las mujeres, su genio. Las mujeres tienen dos dones especiales: la maternidad física y la espiritual. La mujer no debería competir con el hombre sino complementarse. En su dimensión materna nos ayuda a superar nuestros retos como hombres. Se trata de una relación recíproca, darle mayor lugar a las mujeres sin tocar lo que dice el Evangelio”.

PABLO VIRGILIO DAVID : “Hay millones de filipinos que viven fuera del país, el 15% de nuestra población. El Papa Francisco dijo que ‘hacían contrabando de fe’. Los filipinos son grandes trabajadores que intenta vivir su fe. Los obispos nos preguntamos ¿hemos cumplido nuestra tarea, los hemos formado bien? El objetivo de este sínodo pasa por la corresponsabilidad. Es muy importante convertir a las parroquias en verdaderas misiones donde los laicos descubran su corresponsabilidad. He sentido una sorpresa en este sínodo. Yo participé en el sínodo de 2008 como obispo auxiliar, estaba sentado al fondo en una sala en hemiciclo, me costaba distinguir quién hablaba… Cuando llegué aquí y vi las mesas redondas me gustó muchísimo: esto habla de igualdad, todos discípulos en el bautismo. Aquí se está hablando del sacerdocio de los fieles orientado por el sacerdocio ministerial. Asia es sinodal, estamos acostumbrados a sentarnos en redondo y verlo en Roma fue una sorpresa muy grande. Aquí se adoptó el momento de reflexión personal que nosotros ya lo venimos practicando. Se discute el ministerio como servicio al mundo”.

Comparto la respuesta de monseñor Zbigņev Stankevičs sobre la bendición a parejas homosexuales: “La actitud oficial de la Iglesia hacia los homosexuales ha sido indicada en la catequesis, se les pide vivir en castidad, la tendencia no es condenar, si existe una relación homosexual —o cualquier relación fuera de matrimonio— es pecado. Si llega un homosexual y nos dice que quiere vivir en la gracia de Dios hay que recibirlo. Si llegan dos homosexuales que quieren vivir en castidad y vivirla juntos, tenemos que ayudarlos. Si llegan dos que viven como marido y mujer, yo ahí veo un problema. Pero hay un aspecto muy importante: el Papa Francisco dijo en Lisboa: “Todos, todos, todos”. En la Iglesia hay lugar para todos. La Iglesia es para todos y también para los homosexuales, debemos recibirlos con amor y respeto, en un amor que no se separa de la verdad. Necesitamos un nuevo enfoque y una nueva sensibilización: si vienen dos que viven en pecado no podemos decirles ‘vayan y hagan lo que quieran’. El Santo Padre me ayudó en mi propia conversión en esto. El homosexual es mi prójimo en un verdadero amor”.