Carta de Angelelli padre a la Hna Lola Llorente

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El 7 de mayo de 1976 (tres meses antes de su martirio) Monseñor Angelelli le escribía a la hermana Lola Llorente, religiosa de las Hermanas Azules, quien había sido trasladada desde la Comunidad de la ciudad de La Rioja a Aimogasta. 

Compartimos algunos párrafos de una carta encontrada luego del fallecimiento de esta hermana acontecida en 2024, su hermano Gonzalo la donó a la Sala de la Memoria de Chamical en donde está expuesta en un marco. 

Carta de monseñor Angelelli a Lola Llorente que se encuentra en la Sala de la Memoria
La comunidad de las Hermanas Azules con Monseñor Angelelli, Lola es la que está al lado del Obispo

Mercedes, llamada familiarmente Lola, ingresó a los 18 años a la congregación de las Hermanas Azules. Nació en Buenos Aires en 1944, fue la segunda hija de 13 hermanos entre los que se encuentran el Padre Gonzalo, sacerdote de la Diócesis de La Rioja. Estuvo en La Rioja en tiempos de Angelelli teniendo una gran cercanía con él que se aprecia en las palabras de la carta. Leer más

 

Monseñor Angelelli con estilo paternal le escribe:

Te agradezco muchísimo lo que hiciste en La Rioja. Si no te lo dije es porque quería que el cambio a Aimogasta fuese sencillo y sereno. El Señor te bendecirá en esa tierra cacheteada por los vientos y por dentro con el óleo que unge y hace testigos de la Pascua.

La casita que están haciendo tiene que ser una estrella como la de Belén: Aquí nació EL SALVADOR DE LOS HOMBRES cacheteados por el zonda y suavizado por el fruto del olivo. Tenés que ayudar a esa comunidad a que sea “un nuevo nudo con luz de estrella”.

Quizás el Señor te pidió que comieras también la tierra de unos cimientos para que las paredes de otros sean “sin mancha ni arruga”. Me imagino verte la cara de contrincante para responderme “no estoy de acuerdo” “mire monse, usted tiene que venir más” con dos lagrimones mordidos por dentro y apenas aparecidos por fuera. Aunque menudita tenés temple para torear esos vientos y sacarle el aceite que lleva para brindárselo a la gente que te arrima a lo largo del camino de la vida para que aprendan que la ESPERANZA es propia de los hombres que caminan y no de los quedados a las orillas de las acequias.

La Hna Lola con niños wichis de Formosa

Por aquí sacudiditos, parece ser que la misa radial no podrá ser más transmitida, sí la harán desde el regimiento. Cada vez más claro el panorama de Supervigilancia a la Iglesia, la ceguera que tienen no les hace ver la luz ¡pobrecitos! Hay que pedir que vean para que no hagan sufrir tanto a la Iglesia, a la gente y a este pueblo.

Es hora de asumir interiormente una actitud catacumbal. Dios nos regala esta aparente inactividad para que nos metamos dentro del MISTERIO DE LA VIDA. Nos hacen mucho bien, no saben el beneficio que nos hacen, es un regalo, por más requisas y vigilancias no podrán matar nunca la fuerza del Espíritu Santo que  obra en el corazón de cada hombre. Si se dieran cuenta de todo esto no cometerían estas barbaridades que hacen.

Fue un gusto poder charlar un ratito contigo para que sepas que no estás en un bordo sola como choco ladrándole a la luna.

Y firma cariñosamente Pascualino Corqueliano que solo los códigos entre ellos explican lo que significa.

El padre Gonzalo Llorente con la carta enmarcada de su hermana Lola