El próximo 9 de octubre, la Santa Sede presentará Dilexi te (“Te he amado”), la primera exhortación apostólica del Papa León XIV, centrada en el amor hacia los pobres y el llamado a una Iglesia que viva la caridad como expresión concreta del Evangelio.
El documento será dado a conocer en una rueda de prensa en el Vaticano, a las 11.30 horas (hora de Roma), con la participación de los cardenales Michael Czerny, S.J., prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, y Konrad Krajewski, prefecto del Dicasterio para el Servicio de la Caridad. También intervendrán el hermano Frédéric-Marie Le Méhauté, provincial de los Frailes Menores de Francia/Bélgica, y la pequeña hermana de Jesús Clémence, de la Fraternidad de las Tre Fontane.
Un llamado a redescubrir el amor a los pobres
Apenas cuatro meses después de su elección, León XIV ofrece su primer gran texto pontificio, de carácter pastoral. Dilexi te busca animar a las comunidades cristianas a volver al corazón del Evangelio, donde la fe se hace servicio, cercanía y compasión.
El Papa retoma en esta exhortación el espíritu de San Francisco de Asís, modelo de amor desinteresado y fraternidad universal, y propone un camino de Iglesia pobre para los pobres, invitando a redescubrir el rostro de Cristo en los más necesitados.
Continuidad con el pontificado de Francisco
El título Dilexi te (“Te he amado”) guarda una clara continuidad con la encíclica Dilexit nos (“Nos amó”), publicada por el Papa Francisco en 2024, centrada en la devoción al Sagrado Corazón de Jesús como respuesta al individualismo y la indiferencia.
Mientras Francisco hablaba del amor de Cristo a toda la humanidad, León XIV se dirige ahora al creyente de manera personal, pasando del “nosotros” al “tú”, para subrayar que cada acto de amor hacia los pobres es respuesta al amor primero de Dios.
Una exhortación con mirada esperanzadora
Con Dilexi te, el Papa León XIV invita a toda la Iglesia a mirar el mundo con los ojos de la misericordia y a comprometerse en la transformación social desde el Evangelio. Su mensaje, profundamente evangélico y humano, se inscribe en la continuidad del magisterio de los últimos pontificados y abre una nueva etapa en el camino de una Iglesia cercana, fraterna y servidora.