El 1 de marzo se celebraron 203 años de la autonomía de La Rioja. En el acto conmemorativo Monseñor Dante Braida hizo la siguiente oración:
En este momento de oración que compartimos abrimos el corazón para recibir la Palabra de Dios del Evangelio según san Mateo.(6,13-16)
Dijo Jesús: “Ustedes son la sal de la tierra… Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en la cima de una montaña. Y no se enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón, sino que se la pone sobre el candelero para que ilumine a todos los que están en la casa. Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Reflexión:
Queridos hermanos y hermanas aquí reunidos: el Señor nos pide que seamos SAL, llevando un sabor nuevo a la realidad que vivimos. Y que seamos LUZ, iluminando a través de las buenas obras que expresen su amor incondicional y su paz.
En este día damos gracias a Dios por los 203 años de autonomía provincial y por quienes a lo largo de estos años fueron dando vida y forjando nuestra propia identidad.
Sabemos que esta autonomía está enmarcada en una red federal de provincias. Una red que hoy tiene forma de nuevas estructuras como el Paralanoa o la red de provincias que conforman el Norte grande.
Esa red hacia el exterior de la provincia tiene que ser respaldada por una red cada vez más fuerte entre las instituciones y ciudadanos al interior de la misma.
El diálogo sincero y los acuerdos en temas que respondan a las necesidades y búsquedas más profundas del pueblo serán indispensables para perfeccionar este andar.
Que este año, en que celebramos los 40 años de democracia ininterrumpida sigamos dando pasos para afirmar el camino recorrido y abrirnos a nuevas etapas de mayor participación y compromiso ciudadano.
Sabemos que este no es un camino fácil por eso pedimos y suplicamos la ayuda de un Dios que, en la persona de Jesucristo se hizo uno de nosotros, para darnos una mano, para ayudarnos a vivir plenamente nuestra condición humana y el ser hijos suyos.
Por eso, con confianza, los invito a rezarle juntos:
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdónamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
Que por intercesión de nuestros beatos mártires Riojanos Dios derrame una abundante bendición sobre nuestra querida provincia, en el nombre del Padre +, y del Hijo + y del Espíritu Santo +. Amén.
Y que tengan buena jornada de nuestra autonomía provincial.