Ambil, pequeño y gran pueblo
Ambil es una localidad del departamento General Ocampo, provincia de La Rioja, Argentina. Se encuentra sobre la Ruta Nacional 79 a 200 km de la Ciudad capital. Es una de las oblaciones más antiguas, se tienen registros desde 1540 y su nombre significa en quechua “Pueblo del Alto”.
La localidad se destaca por las ruinas de su capilla dedicada a San Nicolás de Bari, obra de Desiderio Tello construida en 1894, que ha resistido tanto a las consecuencias del terremoto de San Juan de 1944 como al terremoto de Caucete de 1977. Forma parte del circuito Iglesias al costado del camino de hierro, que también conforman otras edificaciones religiosas de Los Tellos, Desiderio Tello, Nepes, Chamical, Patquía, Castro Barros y Chañar Viejo.
La Sra Isabel Llanos de Parada es una inquieta vecina de Ambil quien escribió una sucinta y atractiva historia de esta población, el libro llamado Origen y destino de Ambil que es digno de ser leído y difundido.
De allí sacamos algunos párrafos referidos al pueblo y particularmente a su templo que se avista a unos 4 km antes de llegar al pueblo.
El templo inaugurado en 1894 si haber concluido sus torres, sufrió a los pocos meses los daños de un terremoto que afectó las paredes del lado sur, se arregla el daño y posteriormente se inauguran las torres, redondas por dentro y cuadradas por fuera lo que le da mayor firmeza.
El altar estaba presidido por el Sagrado Corazón y el Santísimo Sacramento, a la izquierda San José y a la derecha el patrono San Nicolás cuya imagen tiene ojos de vidrio y fue traída de España a comienzos del 1600. También se destacaban los altares de la Virgen del Rosario y de San Patricio. El techo fue construido con madera de algarrobo y tejuelas de ladrillo, el mismo material que los cuadrados del piso.
En 1944 nuevamente el terremoto afecta la estructura sur y es más difícil su reparación, siendo afectado nuevamente por el terremoto de 1977 ropiéndose gran parte del techo.
Allí las autoridades decidieron dinamitarlo por precaución, pero curiosamente las dinamitas no funcionaron y los vecinos del pueblo se opusieron a su demolición adjudicando el hecho al Tatita San Nicolás.
En 1978 se decide construir un nuevo templo con el apoyo del entonces obispo Monseñor Witte y en 1988 inauguraron el techo del nuevo templo, mucho más sencillo, enfrente del original con la Plaza de por medio. A medida que se fue terminando el nuevo se fue deteriorando el antiguo ya sin posibilidades de ser restaurado aunque sus torres se mantienen esbeltas.
A partir de 2011 se comenzó a custodiar su memoria con un museo y apuntalamiento de las paredes que aún están como testimonio de la vida del pueblo y la fe de su gente.
Ambil es un pueblo encantador que encanta por sí mismo y más aún cuando se conoce a su gente, cuando se celebra su fiesta, cuando se indaga en su historia, cuando se admira su paisaje. En todo está presente Dios.