400 AÑOS DEL TEMPLO DE SANTO DOMINGO EN LA RIOJA
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Aportes del P. Rubén González OP.
El Convento de Santo Domingo es uno de los centros religiosos mas representativos de la ciudad. Su particular arquitectura de empedrado, ligada a la historia del trabajo de los pueblos originarios que fueron ineludibles en su construcción, y los misteriosos túneles subterráneos que antaño conectaban los centros religiosos y políticos de La Rioja, son un legado de la Orden de Predicadores que late en el centro de la ciudad Capital, y que alberga una herencia carismática dominica, sostenida hoy en día por los fieles laicos que aún recorren los rincones del Convento.
El primer sacerdote misionero que llegó al actual territorio riojano a fines de 1.552 o principios de 1.553, fue el padre dominico Alonso Trueno, capellán de la primera expedición conquistadora del Tucumán, capitaneada por Juan Núñez del Prado. Este, después de fundar la ciudad del Barco en el actual territorio de Santiago del Estero, en 1.550, y de trasladarla en 1.551 al valle calchaquí, y luego en 1.552 al territorio de Juries, junto al río Dulce, realizó una entrada a las actuales jurisdicciones de Catamarca y La Rioja, entre los capayanes y diaguitas. Esta expedición pretendía llegar –como parece que llegó- al valle del Famatina.
Regresando de La Rioja a Santiago, por mayo de 1.553, el Padre Alonso Trueno, fue apresado por Francisco de Aguirre (enemigo declarado de Núñez del Prado por cuestiones de prestigio y de “líneas internas” entre ellos) y enviado a Chile en calidad de “deportado”. Poco después tanto el P. Alonso Trueno como su superior, Fray Gaspar de Carbajal, fueron enviados al Perú por el mismo Francisco de Aguirre.
Tardaron muchos años los dominicos en volver a La Rioja. Según la tradición, llegaron a Tama en 1.586, cinco años antes de la fundación de la Ciudad de La Rioja. Pueden haber sido frailes -afirma el P. Hugo González- del convento de Chuquisaca (actual Bolivia) pues hay constancias de que antes de 1.590 misionaron en la región del Tucumán.
Fundada la ciudad de La Rioja en 1.591, los dominicos, a quienes se habían asignado el solar que hoy ocupa el convento, tardaron muchos años en establecerse, al menos de modo permanente. Parece que fue para 1.620 pues en 1.623 ya hay convento de esa Orden y su Superior (Prior) es el P. Gabriel Hernández, acompañado de los padres Pedro Gutiérrez y Alfonso de Ubeda. El 13 de mayo de 1623 fue inaugurado el templo realizado totalmente en piedra con anchos muros. En el dintel de la entrada, tallado en madera, aparece como centinela el núnemo 1623 que recuerda los 400 años de fe que sus paredes han albergado y multiplicado.
En 1.625, don Pedro Ramírez de Velazco, hijo del fundador, se compromete a edificar el templo, que es terminado en 1.648, año de su muerte. Es el templo actual, uno de los pocos del siglo XVII con que cuenta el país. En 1.931 fue declarado “Monumento Nacional”, y luego refaccionado bellamente entre 1.965 y 1.970.-
Desde la ciudad de La Rioja los dominicos irradiaron el mensaje evangélico por zonas extensas de esta jurisdicción, como puede comprobarse por las advocaciones de la Virgen del Rosario (Polco, Ulapes, Tama) y Santa Rosa de Lima (Ñoquebe, Patquía, Arauco), con las que cuenta la provincia.
Al decir del P. Hugo González, el Convento de Santo Domingo de La Rioja estuvo siempre provisto de sacerdotes hasta mediados del siglo XIX en que, por la carencia de personal, no fue posible atenderlo por varios años hasta que en 1.852 llegó el ilustre riojano F. Laurencio Torres, de gran prestigio y actuación en nuestro medio riojano. Desde mediados del siglo XVII encontramos sin embargo varios sacerdotes en el Convento. En 1.642 hay cuatro frailes, y en 1.658, siete padres y un hermano cooperador. En el siglo XVIII se mantiene y aún aumenta el personal, pudiendo afirmarse que el promedio es de ocho Padres y un Hermano, que recorren la Provincia permanentemente, con breves días de descanso, y vuelven al interior de la misma sobre todo con ocasión de las “fiestas patronales” de los pueblos.
Se ha dicho que los dominicos que misionaban la Provincia de La Rioja procedían de Córdoba, lo cual parece poco verosímil, dado el número de sacerdotes que en ese entonces tenía el Convento riojano. Este Convento, como los de más del Tucumán, Río de la Plata y Paraguay, perteneció a la jurisdicción de la Provincia Dominicana de Chile hasta 1.724, en que se creó la actual “Provincia Dominicana Argentina”.
Podemos anotar que un riojano, el P. Lucas Morano, fue Provincial de la Provincia Dominicana de Chile de 1.701 a 1.702, año en que falleció.
Acercándonos al presente, la Provincia Dominicana de Argentina, ha decido retirar la presencia religiosa de La Rioja en el año 2.019, motivo por el cual la Diócesis de La Rioja ha asumido la administración sacramental del Convento, permaneciendo en cabeza de los fieles laicos dominicos, la conservación de la integridad del carisma de los Predicadores en estas tierras riojanos que nacieron bajo esa tutela evangelizadora.